Las muestras revelaron que los bovinos murieron por intoxicación

Miércoles 5 de febrero de 2014 | 07:47hs.
Cada vez menos. | Los colonos desconfían de que la planta sea la responsable de la intoxicación. | Foto: Archivo.

Técnicos patólogos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) arribarán a la provincia de Misiones para realizar estudios sobre terreno y tomar nuevas muestras de los animales que murieron sin causa y que provoca desde hace meses un verdadero misterio y un gran temor entre los productores ganaderos de la región Sur.

De todas formas, se conoció ayer que las autoridades locales del Senasa ya tienen en su poder tres resultados de muestras que se enviaron con anterioridad a la Facultad de Río Cuarto, al Inta de Rosario y a la Facultad de Veterinarios de Corrientes, los que coinciden en revelar que los animales fallecieron a causa de una intoxicación crónica e irreversible.

Muchos colonos siguen desconfiando de los primeros estudios que apuntan a una planta tóxica que históricamente es consumida por los bovinos. Ayer se creó una comisión técnica interinstitucional. 

Juan José Boyesuk, delegado del Senasa en la localidad de Apóstoles, detalló ayer a El Territorio que “la intoxicación crónica provocó en los animales una directa afectación al hígado, es decir, les causó una cirrosis hepática. Pero hay que decir que el escenario es complejo y es muy difícil de determinar con certeza cómo y con qué se intoxicaron, aunque en principio todo indicaría que se trataría de una planta, de una maleza que en la región es conocida como María Mole”.

Pero la mayoría de los productores no cree en esa posibilidad, argumentando que esa planta existió siempre y siempre fue parte del “menú” del ganado, tanto en el paraje Las Tunas como en toda la región de los departamentos de Concepción de la Sierra y Apóstoles.

El delegado de Senasa admitió esa desconfianza de ciertos colonos respecto a la planta, pero afirmó que “probablemente ahora, por una cuestión ambiental o por alguna otra causa natural, ahora esa planta (Senecios brasiliensis) es más tóxica que en años anteriores.

Incluso, en la reunión de ayer en la Municipalidad de Apóstoles en la que se conformó la comisión técnica interinstitucional, el veterinario local Martín Ramos explicó que hace unos diez años, en Brasil ya se hablaba de una intoxicación con María Mole, aunque en otras especies de animales.

En esa misma reunión en la que estuvieron presentes los intendentes de la región y profesionales veterinarios, además de las autoridades del Senasa, el Inta y de los Ministerios de Agricultura y Ganadería, el alcalde anfitrión, Mario Vialey, dijo que “independientemente de la remisión de muestras al laboratorio de Senasa, se trabaja con otros laboratorios particulares o privados para comparar los resultados que ya se conocen y de los otros que pronto se sabrán”.

Pero para el también veterinario Julio Frettes, lo que está sucediendo con los animales, “también podría ser por varias causas, como otras enfermedades infecto-contagiosas o el mal uso de las drogas de laboratorio o de fabricación casera”.

El misterio en Las Tunas

En el paraje Las Tunas, en Concepción de la Sierra, a unos 75 kilómetros de Posadas, los productores de vacunos ya perdieron más de 100 cabezas de ganado por alguna razón que desconocen. Hay productores que perdieron 70, 40, 50, 17 y en el menor de los casos, 5 animales.

Las vacas se mueren a razón de tres por día en promedio. Ya fueron veterinarios pero ninguno de ellos supo decirles qué sucede ni por qué se mueren sus vacas. El ganado es cuidado, de productores experimentados, responsables, pero muere como moscas.

Uno de los pequeños productores más afectados, es Juan Zanek, quien detalló a El Territorio en su chacra en donde aún cuenta con novillos y terneras, que hay dos síntomas que revelan una pronta enfermedad seguida de la muerte.

Según Zanek, sus animales empezaron mostrarse fuera de sí, nerviosas e incluso arremetían contra las personas y expulsaban espuma de sus bocas. En otros casos, los animales se morían en un período corto, revelando una extraña sequedad de sus órganos internos. “Se secan por dentro”, dijo Zanek, que ya suma 70 cabezas de ganado perdidas por el extraño mal que aqueja al ganado desde hace casi dos años.

Pero si bien eso viene desde el 2012, en los últimos meses la situación se salió de control y se estiman en poco más de 200 los animales que murieron sin explicación científica alguna hasta ahora.

En el mismo campo de Zanek, las vacas empezaron a parir terneros ciegos, situación que puso más desesperado al productor, que estima en más de 140 mil pesos las pérdidas desde que empezó a morírsele el ganado de la misma y extraña forma.

“Eso fue lo que a mí me hace pensar que estamos ante un virus, pero no entiendo cómo todavía nadie pudo detectar lo que pasa. Yo compré la chacra hace dos años y desde entonces no pude vender ningún animal. Para mí son todas pérdidas”, se quejó.

De acuerdo a Zanek, en Azara “hay otro productor que ya perdió 40 cabezas y está tan desesperado como yo”.
Las pérdidas económicas son cuantiosas. Es que se estima que el precio más bajo de una cabeza bovina es de 3.000 pesos.

“Las gordas caen primero”

licia Ostapowicz, del paraje Capón Bonito, detalló que en la reunión concretada el pasado lunes en la iglesia San Nicolás de Las Tunas “no se llegó a ninguna conclusión, aunque claro que todos los afectados expusieron sus dramas y prácticamente coinciden todos. Caen primero las más gordas, y las flacas se mueren en más días. El delegado del Senasa nos dijo que el ganado muere por intoxicación, eso de la planta que muchos comentan... No hay nada seguro”.

La familia Ostapowicz perdió hasta ahora 5 animales, los cuales “fueron cayendo como moscas”.
En la región Sur de la provincia, la actividad ganadera experimenta un destacado crecimiento y muchos de los productores trabajan además con plantaciones de yerba mate y distintas hojas verdes tanto para el consumo personal como para la venta en distintos puntos de distribución, e incluso para su consumo en varias localidades cercanas.


De vacunas y tristeza bovina

Juan Zanek, hasta ahora el pequeño productor más afectado en el Paraje Las Tunas, con 70 animales muertos en un período de dos años, aseguró a El Territorio que a la gran intriga que generan estas muertes sin explicaciones concretas, se sumó hace unos meses una extraña situación que podría tener relación directa con esas muertes. Según Zanek, cuando agentes de Senasa se presentaron en sus campos para cumplir con la vacunación contra la fiebre aftosa, “unas dos semanas después se empezaron a enfermar y a morirse mis animales; eso me llamó mucho la atención”, dijo.

Además de la sospechas del productor Zanek, esta intrigante situación que amenaza con matar a más vacunos disparó distintas opiniones o teorías de lo que podría estar provocando la muerte, en varios casos súbita, de las vacas.
Según un veterinario, los vacunos también se mueren en similares circunstancias de “tristeza bovina”, mal que las aqueja o se le atribuye a la molesta presencia de las garrapatas.