Primera pericia determinó que el lingote secuestrado no sería de oro

Jueves 26 de marzo de 2015 | 07:35hs.
Sorpresa. | La placa fue hallada debajo de uno de los asientos de una EcoSport.

El lingote de 25 kilogramos secuestrado hace dos semanas en el puente internacional entre Posadas y Encarnación no sería en realidad de oro, según el primer peritaje químico al que fue sometido por orden del Juzgado Federal de la ciudad de Posadas.

 

Las pericias realizadas por los efectivos de Gendarmería Nacional a la plancha dorada con la que cayeron dos hermanos paraguayos, el 15 de este mes, en la cabecera argentina del puente San Roque González de Santa Cruz, fue realizado con un compuesto químico denominado ácido nítrico, el cual es utilizado para comprobar si un material es de oro o de platino.

 

Dicho compuesto, al tomar contacto con el oro, genera una reacción corrosiva. Pero en el examen practicado, este comportamiento no fue observado y por lo tanto, el peritaje dio un resultado negativo en relación a que el lingote sea de oro.

 

Asimismo, fuentes de la investigación también indicaron que una muestra de la plancha será enviada esta semana a Buenos Aires, donde se realizará un segundo examen para certificar los resultados obtenidos en esa primera pericia.

 

Este nuevo estudio será clave para el proceso judicial que se le sigue a los hermanos paraguayos Carlos y Ever Espínola Verdún, ya que de ello también depende la carátula de la causa.

 

La plancha sería en realidad de cobre o bronce, y de acuerdo a la determinación final de su valor, el delito de los paraguayos podría ser considerado sólo como una infracción aduanera.

 

En cuanto a la situación de los Espínola, voceros judiciales confirmaron que hoy mismo podrían recuperar su libertad, debido a que el delito en el que están implicados es excarcelable.

 

El misterio del lingote
El misterio en torno al presunto oro había comenzado el 15 de marzo, poco después de las 20, cuando los agentes de la Afip-Aduana requisaron una camioneta Ford EcoSport que provenía de Paraguay. La actitud de sus ocupantes llamó la atención de los trabajadores y por esa razón sometieron al vehículo al escáner de la institución.

 

En esa instancia quedó al descubierto que debajo de uno de los asientos de la EcoSport se hallaba un elemento sospechoso.

 

Grande fue la sorpresa de los agentes cuando se procedió al desarmado del rodado y en esa instancia se halló una imponente plancha dorada de 25 kilogramos, con la inscripción de “Banco Central del Paraguay 1824” en el frente y “Reserva del Estado” en el reverso.

 

De inmediato, el lingote fue secuestrado, al igual que otro pequeño bloque de un kilogramo presuntamente de oro y otro de 500 gramos de plata.

 

Debido a la escritura observada, la plancha fue considerada en un principio como una pieza de gran valor histórico. Sin embargo, con el correr de las horas las dudas y las sospechas se fueron acrecentando.

 

En primer lugar, porque investigadores paraguayos sostuvieron desde un principio que la inscripción es falsa, ya que dicha institución bancaria recién comenzó a operar en 1952.

 

Posteriormente a esto, autoridades judiciales también comenzaron a dudar de la calidad de la pieza y fue por eso que ordenaron que fuera peritada por expertos.

 

Las hipótesis más fuertes, en este sentido, hablarían de una operación realizada adrede para agregarle un valor histórico extra al propio valor del material hallado.

 

En cuanto al origen del lingote, se difundieron dos versiones. Una de ellas habría sido vertida por uno de los detenidos, quien durante el mismo procedimiento en el puente adujo que el elemento había sido comprado a un aborigen paraguayo por 50 mil dólares.

 

Más tarde, medios paraguayos consignaron que el padre de los detenidos, José Gill Espínola, fue el que desenterró la placa, en la zona de San Juan de Nepomuceno -de donde son oriundos-, para luego comercializarla en el mercado negro en la provincia de Córdoba.

 

También trascendió, de relevamientos de pesquisas paraguayos, que el hombre ya había intentado vender el supuesto oro a un empresario local, pero ante la presunción de falsedad de la mercancía el negocio se truncó.