Rechazan el accionar del Consejo de Ancianos y Guías Espirituales

Martes 2 de noviembre de 2010
Caciques, representantes  y miembros de 30 comunidades del Pueblo Mbya Guaraní presentaron al gobernador Maurice Closs el “Manifiesto de Fracrán”, en el que “expresamos nuestras opiniones y sentir respecto a muchos temas que nos preocupan y sobre los cuales precisamos que Usted preste la atención debida”.
El documento, redactado en el Aty Ñeychyro realizado en la Comunidad de Fracrán desde el 19 al 21 de octubre, rechaza de manera tajante al “Consejo de Ancianos y Guías Espirituales de la Nación Mbya Guaraní” y a la inscripción de la religión ancestral del Pueblo Guaraní en el Registro Nacional de Cultos.
Asimismo, exige el llamado a referéndum en las próximas elecciones para la enmienda de la Ley 4000; y el respeto a los líderes elegidos libremente en el interior de las comunidades.
Según el comunicado difundido por el Equipo Misiones de Pastoral Aborigen (Emipa), los movilizados “rechazan de manera absoluta la pretendida representación genuina de la Nación Guaraní que se otorga a una supuesta Comunidad Consejo de Ancianos y Guías Espirituales de la Nación Mbya Guaraní, por no pertenecer a nuestro sistema cultural y haber sido creado por decreto, sin ningún tipo de consulta y sin nuestro consentimiento previo, libre e informado, para intervenir en nuestras decisiones, manipulando a nuestros hermanos”.
Destacan que “el pueblo Mbya Guaraní desconoce de manera categórica a ese organismo y todas sus decisiones, las tomadas y por tomarse”. Se agrega que “exigimos al Gobierno de la provincia que en las próximas elecciones llame al pueblo misionero al Referéndum que ordena la Ley 4000 para la inclusión de los derechos indígenas en la Constitución Provincial, rechazando toda forma de intento solapado de derogación de la mencionada Ley, hecho que sólo pretende discriminarnos una vez más”.
“Exigimos al Señor Gobernador ordene a sus funcionarios, especialmente al Director General de Asuntos Guaraníes, Arnulfo Verón, que no se entrometan en la autonomía de las Comunidades respetando a los líderes elegidos libremente por cada una de ellas”, aclaran. Al decir de los aborígenes, “estudiamos detenidamente la ofensa que nos ha sido producida al inscribir nuestra religión ancestral, muy anterior al Estado argentino, en el Registro Nacional de Cultos con el Número 3627, poniéndola debajo del nivel de otras llegadas a nuestros territorios hace apenas unos años”.