Ángel sanador desde Alemania

Viernes 21 de mayo de 2010

El niño posadeño Matías Negrete (13) conoció ayer a Alexandra Kober (25), la joven alemana, que hace tres años le salvó la vida al donarle células madres y ambos sintieron que por sus venas corre algo más que sangre.
Se abrazaron. Se miraron a los ojos sumamente emocionados y -traductor mediante- se dijeron lo importante que fueron el uno para el otro. El le regaló una gargantilla con una piedra preciosa de Wanda y ella le obsequió una camiseta de la selección de fútbol de Alemania.
El emotivo encuentro se realizó ayer por la tarde en un hotel del centro porteño. Hasta allí llegó Matías acompañado por sus padres Horacio Negrete y Sandra Michite. La familia viajó desde Posadas para esta ocasión. En tanto que desde la ciudad alemana de Nordheim vino la joven Alexandra acompañada por su novio Ralfh. Todos se saludaron con besos y abrazos como si se conociesen desde hace mucho tiempo y hacía sólo dos segundos que por primera vez se estaban viendo frente a frente.

Luego, se sentaron a tomar una gaseosa, y comenzaron a contarse todo lo que sintieron desde hace un mes, cuando los gobiernos de sus países les comentaron que habían sido invitados para mostrarlos como ejemplo en las Jornadas Médicas Internacionales del Bicentenario que se está realizando en esta ciudad para conmemorar el séptimo aniversario de la creación del Registro Nacional de Donantes de Células Progenitoras Hematopoyéticas. Esas células de nombre difícil, son las encargadas de producir los glóbulos rojos que llevan el oxígeno a los tejidos, los glóbulos blancos que combaten las infecciones y las plaquetas que participan en la coagulación de la sangre. Por lo tanto, su reproducción en sangre es fundamental para la vida.
“Yo desde chico soñaba con viajar a Disney. Hasta que me enfermé  y sólo soñaba con poder sanarme. Cuando me curé, gracias a las células que donó Alexandra, cambié el destino de Disney por el de Alemania para conocerla a ella y poder darle las gracias” comentó Matías a El Territorio.
Por su parte, Alexandra destacó que “tenía muchas ganas de conocer a Matías. Es más dulce de lo que lo imaginé y estoy sumamente feliz por verlo sano. Siento que al curarse él también pude crecer como persona y eso es muy importante para mí”.
El año pasado, gracias a esa comunicación rápida y efectiva que hoy proporciona internet, Matías y Alexandra comenzaron a escribirse correos electrónicos que iban y venían entre Posadas y Alemania. Antes no podían hacerlo porque la legislación internacional que regula este tipo de transplantes no permite que el donante y el receptor se conozcan durante el primer año posterior a la cirugía.
Al ser consultados sobre cómo se escribían para entender el idioma del otro, Matías contó que “tengo un tío que sabe alemán y me ayudó”. Mientras que Alexandra dijo que en Nordheim tiene un vecino que es de Posadas, se llama Francisco Acuña y es carnicero. “El me asistía para escribir en español. También me contaba sobre Misiones y sobre lo linda que es esa provincia”, comentó.
La operación de transplante se realizó el 2 de agosto del año 2007 en la Fundación del Doctor René Favaloro. Allí los médicos lograron inyectar en la medula ósea de Matías un importante número de células progenitoras de Alexandra, que permitieron superar la enfermedad terminal que padecía el niño posadeño. Hoy, que la historia ya logró un final feliz, Matías y Alexandra se sienten más cercanos que nunca. La semana que viene, la rubia alemana visitará la tierra colorada  de la mano de los Negrete. Luego esperará  que la familia posadeña también conozca su país. 

 

“Fue todo muy duro”
Mientras los padres de Matías observaban como su pequeño posaba para la prensa junto a la donante alemana, comentaron la satisfacción que sienten por haber logrado lo que su hijo necesitaba para seguir viviendo. Pero inmediatamente también recordaron lo duro que fue enterarse casi de un día para otro que la vida de su hijo estaba en riesgo.
“Nuestro calvario comenzó en el año 2006, cuando Matías tenía 10 años y comenzó a tener muchos hematomas en las piernas y constantes hemorragias por boca y por nariz” recordó Horacio Negrete.
En ese momento la familia consultó al médico pediatra del niño, quien les aconsejó traerlo urgentemente a Buenos Aires para hacerles los estudios médicos que ayuden a descifrar de que enfermedad se trataba.
Los Negrete no pedieron tiempo y vinieron enseguida al Hospital Garrahan de esta ciudad, donde luego de un mes de análisis clínicos, diagnosticaron que el pequeño padecía del síndrome mielodisplácico, una enfermedad que afecta a los miolodes, que son un componente de la sangre.
El pequeño fue anotado en la lista de espera de donantes del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) que unido a la red de este tipo de organismos que poseen casi todos los países del mundo, generó la búsqueda de las células que necesitaba el pequeño posadeño.
Así se detectó que en una pequeña ciudad de Alemania, vivía Alexandra, que se había inscripto como donante potencial y que tenía un alto grado de compatibilidad con las células que necesitaba Matías.
La maquinaria sanitaria se puso en acción y pudo lograrse la donación y el posterior transplante con éxito.

 

“Quiero volver a jugar al fútbol”
Matías es apasionado al fútbol. Se definió como un fanático de Boca Junior y de Guaraní Antonio Franco Practicaba este deporte en el Club Rowing de Posadas, hasta que se enfermó. “Recuerdo que uno de los golpes mas terribles fue cuando me dijeron que no podía jugar mas al fútbol por un largo tiempo” recordó el pequeño, que ahora ya se está preparando para volver a la cancha en cualquier momento. 
Hoy a las 14, Matías y Alexandra serán mostrados como ejemplo ante un centenar de médicos especialistas en transplantes de medula ósea que están debatiendo en esta ciudad, los últimos avances científicos en la materia. Al acto también asistirá el ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur y el titular del Incucai, Carlos Soratti.