‘‘La escuela misionera tiene que poner la mirada en el niño”

Lunes 4 de julio de 2011
Gloria Fernández. | Profesora, coordinadora Instituto Superior de Formación Docente
(Por Silvia Godoy). La profesora Gloria Fernández es la coordinadora pedagógica del Instituto Superior de Formación Docente (ISFD) de la Escuela Normal Estados Unidos del Brasil, un centro de referencia de la enseñanza superior y la investigación educativa en la provincia.
Del instituto egresan cada año los maestros que deben insertarse en una escuela en transformación atravesada por la dimensión social.
Con una mirada crítica abordó la realidad de la docencia hoy en Misiones, desde las problemáticas laborales, las expectativas de los estudiantes de magisterio y las demandas de los alumnos.
Un cambio en educación debe darse desde la voluntad política, disparó. Sostuvo que los docentes hacen posible este cambio en la práctica de todos los días, movidos por una utopía de alcanzar una educación mejor.
“La escuela misionera debe tener la mirada en el niño, el maestro tiene que darle algo porque el chico así lo espera, la escuela es su única posibilidad en un contexto tan complejo y diverso como es la población estudiantil en Misiones”, reflexionó a El Territorio.

¿Cuál es la actualidad de la formación docente y hacia dónde se proyecta  teniendo en cuenta la transformación por la que está atravesando la institución escuela?
La formación docente está implementando el tercer año del plan nuevo, que elevó a cuatro años el plan de estudio para jerarquizar la profesión, es un acierto de la Nación.
De febrero hasta ahora por el contexto político de un año eleccionario no avanzamos, estamos en plena transformación y requiere paciencia.
Cada gestión tiene una línea de acción que es ‘la niña mimada’, el plan nacional Conectar Igualdad tiene toda la atención, de igual modo que en los años 90 con la Ley Federal el plan social que regalaba libros a las escuelas era la reina.
Este programa tiene muchas cosas buenas, pero en lo que refiere a los ISFD vamos a recibir aulas móviles. Pero el reclamo que hacen los estudiantes de los profesorados es poder contar con esta herramienta en la formación.
El planteo es que los estudiantes de magisterio no van a tener sus máquinas como los alumnos del secundario, cuando ellos son el eje de la alfabetización, también digital y de la transformación educativa.
A la Normal por su matrícula le toca unas 56 máquinas que van a circular en un carrito, a esto los alumnos lo ven como una postergación.

¿La demanda es que los ISFD deben incorporar el manejo de las tics desde la formación como otra herramienta?
El problema que hay en cuanto a la inserción de la tecnología es que Misiones no tiene investigación como para dimensionar cuestiones referidas al acceso, al impacto. El instituto va a hacer un aporte, si Dios quiere dentro de poco se va a publicar el primer estudio referido a la tecnología en la formación docente que es el resultado de un proyecto de la Normal con la dirección de la profesora Graciela Karabin.
También ganamos un concurso nacional para investigar como las wikis pueden desarrollar la escritura de otra manera.
Hay mitos acerca de que los chicos saben más, que manejan la computadora y tienen más conocimientos, sin embargo tenemos estudios claritos que muestran que manejan algunas cosas. Pero para cuestiones de estudio, de búsqueda de la información no tienen ni idea a no ser que tengan la familia alfabetizada tecnológicamente, pero solos no saben.
Entonces ése es el reclamo, porque si las tecnologías están presentes y entran a la escuela pero el docente no puede manejarlas porque es un inmigrante digital, hay que pensar que el cambio en educación se logra si los docentes reciben la capacitación ya desde su formación profesional.

¿Desde la Provincia qué cuestiones se promueven dirigidas a la formación docente?
Hay algunos esfuerzos, se creó en la provincia la Dirección de enseñanza superior, ahora tenemos representación a nivel nacional. Este será el ámbito para las nuevas legislaciones y esperamos que se abra un camino de diálogo con los rectores de los ISFD.
Los programas, los proyectos, los concursos que están vigentes en la Normal son líneas de Nación, con financiamiento de Nación.
Y algo que esperamos los institutos que se implemente en la provincia son los llamados a concurso para el ingreso a la formación docente y que se produzca un despegue del polimodal, en el sentido de que los profesores universitarios se forman para la escuela media y no con una pedagogía para educar a los futuros docentes que darán clases a niños de primaria.

¿Quién debe formar a los estudiantes de magisterio?
Antes se debía ser maestro primero y tener una especialidad, la experiencia de conocer la escuela primaria. Después eso se perdió y se está queriendo recuperar los concursos una lucha de los docentes del nivel.
Los docentes a cargo de la formación de los futuros docentes deben tener un perfil de  investigación, de intervención socio comunitaria porque sino los ISFD quedan aislados de la sociedad.

¿Cuáles son las exigencias para ese futuro docente todavía en formación?
Tenemos una realidad que es que los que ingresan al nivel superior tienen muchas carencias en las áreas claves del conocimiento. Estas fallas atraviesan todos los niveles del sistema educativo y afectan el acceso a la educación superior.
En la provincia el currículum es enciclopedista y muy extenso, esto marca una dificultad en el paso de secundaria a la educación superior, muchos no superan el umbral. Los números de la deserción en el ingreso y en el primer año son importantes.
Otro obstáculo que se le plantea al alumno es que en el imaginario social se acepta que para ser maestro no hay que esforzarse tanto y después descubre que tiene que estudiar en serio para ser docente.
A todo esto, una fortaleza de nuestro currículum es que desde el segundo año se trabaja sobre las didácticas específicas, apuntando a cómo enseñar y, no en la escuela ideal sino que los alumnos van a campo y descubren la complejidad de la práctica docente en la interacción con un sujeto complejo y diverso.

¿El alumno misionero es complejo?
La realidad social es compleja, y haciendo esta experiencia con nuestros alumnos, nosotros los profesores también nos sometemos a evaluación. Porque si los estudiantes para docentes logran resolver en campo situaciones complejas, en una realidad muy difícil muy dura, nos está mostrando que el instituto debe reforzar en esa línea.

¿El futuro maestro se debe preparar para enseñar de la misma manera en cualquier escuela?
En una escuela de un barrio alejado me dijeron, acá se van a formar los mejores docentes porque todos los días los chicos te demandan herramientas nuevas, te demandan educación. Cada instituto tiene su objetivo, pero el objetivo nacional es  atender a estos sectores de la población, incluir.
El equilibrio tiene que darse porque los chicos no tienen que aprobar por su condición social, el rol del maestro es que el chico aprenda en su paso por la escuela.

¿Hay tensión en el objetivo de la enseñanza en contextos desfavorables? ¿El chico del barrio debe aprender lo mismo que uno del centro, en los mismos tiempos? ¿Son valederos los parámetros que miden la calidad educativa?
La Ley es clara en cuanto a la igualdad de oportunidades, el desafío es capacitar a los docentes para que puedan enseñar donde les toque.
Con honestidad, el docente tiene que procurar que los niños aprendan los contenidos esperables para el curso al que asisten, problemáticas se presentan en las escuelas del barrio y en las escuelas del centro.
Hay que superar prejuicios también, porque prestar atención a la dimensión social, dar contención no es asistencialismo, sino que es parte del rol docente.
En el instituto los alumnos tienen la oportunidad de ver que los chicos en los barrios y en contextos de educación no formal asisten porque quieren aprender, nadie los obliga ni les ofrece a cambio un caramelo. Sólo la atención y el cariño del acto de enseñar. 
Yo aprendí mucho de estas experiencias, la escuela tiene que tratar bien a los chicos darles la dimensión de sujetos de derecho, sabemos que en Misiones la escuela tiene una tradición de expulsora que está cambiando.

Usted diferenció el concepto de contención social del de asistencialismo, justamente muchos docentes reclaman que la escuela no está para cumplir funciones que corresponden más al seno de las familias, como el de alimentación, salud, cuidado...
No hay que recorrer tantas escuelas para darse cuenta de la condición social de gran parte de las familias misioneras.
El docente de primaria sabe que en la escuela quedan de manifiesto emergentes del contexto familiar-barrial del chico.
En las escuelas hay casos de embarazo adolescente, hay casos de adicciones, muchas cosas que el docente no tiene por qué saber manejarlas todas, pero tiene que poder mirarlas, porque va a aparecer atravesando el acto de enseñar.

Qué difícil el acto de enseñar…
Y sí, por eso son necesarias las reivindicaciones, el docente no puede trabajar doble turno y atender a todas estas cuestiones, en qué tiempo reflexiona sobre su práctica, revisa sus estrategias, busca respuestas, es mamá o papá, estudia.

Piensa que hay un espacio para que se escuchen los reclamos de mejoras laborales del sector docente.
Los docentes están cansados de tantos atropellos, veo como positivo que hay movimiento compromiso de lucha para mejorar, pero falta mucho. El tema de las 42 horas de trabajo de los docentes es un problema.
Una maestra se levanta a las 6 de la mañana y vuelve a las 6 de la tarde a su casa, en que momento prepara su clase, en que momento estudia y se sienta en la computadora a ver el programa de Conectar Igualdad.
Las autoridades tienen que entender que el problema es mucho más profundo que una cuestión económica. Los docentes están demandando cambios de fondo.
La sociedad demanda una política educativa que atienda a las problemáticas reales de la población y que devuelva la dignidad al trabajo docente y al jubilado docente.

¿Estas demandas se ajustan sólo a la provincia o es una realidad de los docentes del país?
Hay provincias que consiguieron mejoras en la cuestión educativa y en lo laboral, el caso de Mendoza hay que verlo. El amiguismo le ha hecho muy mal a la docencia, no permite a la docencia que se actualice que avance que haya esfuerzo.

¿Se evidencia preocupación entre los docentes por estos temas?
Hay temor, hay miedo a perder el cargo y es comprensible porque con el trabajo no se juega. La gente vive del trabajo, el tema es que el miedo paraliza, eso también es peligroso.

¿Hay precariedad laboral en el sistema educativo?
Una de las cosas que más indigna a los docentes es que se designe a personas sin título con cargos de maestro, cuando hay gente que estudió.

¿La formación docente tiene que abordar con sus alumnos estas cuestiones de defensa del trabajo?
Claro, porque tenemos profesionales muy jóvenes que tienen que aprender a insertarse en el sistema. La formación tiene un taller de legislación laboral que se incorporó con el plan nuevo.  El Estatuto no es para recitarlo como la Constitución, es para atenderlo.

Hasta aquí fuimos transitando un panorama que puede desalentar o desafiar al cambio, según se lo asuma. ¿Con qué actitud debe enfrentar un docente recién recibido el acto de enseñar?
En este momento queda a voluntad de ellos enseñar, atender a los chicos según la escuela que les toque, es así.
Del instituto tratamos de mirar la realidad política, social e histórica de la educación, no hay lugar para la ingenuidad, eso creo que queda muy claro.
Yo confío en que algo cambie en materia de educación, esa es la utopía que es el faro de cada docente para realizar su trabajo. 
Ganamos cuando vemos maestros jóvenes que tienen confianza en que se puede cambiar, se puede dar al chico algo diferente.
Entonces y por eso digo que la escuela misionera tiene que poner la mirada en el niño, tiene que darle algo, porque el chico está esperando algo de la escuela.


El perfil
• Gloria Fernández
Tiene 51 años y hace 32 que se dedica a la docencia.
Es la coordinadora pedagógica del ISFD de la Escuela Normal Estados Unidos del Brasil, el centro de formación centenario en la provincia.
Es profesora e investigadora de la Facultad de Humanidades de la Unam e investigadora del Instituto Nacional de Formación Docente dependiente del Ministerio de Educación de la Nación.
Dirige en el marco del Cedit el proyecto de estudio del impacto del plan Conectar Igualdad en una escuela.
La profesora es madre de tres hijos y contó que además de enseñar disfruta de los viajes. En su tiempo libre le gusta investigar acerca del uso de las redes sociales en internet.