Tañarandy, Jesús resucita en el país guaraní

Domingo 24 de abril de 2011
 (Paraguay, enviada especial). Tañarandy es una localidad paraguaya en el departamento Misiones, situada a 130 kilómetros de Encarnación, en la que se vive una original representación de los episodios acaecidos, según la Biblia, en esta época hace más de 2 mil años. Cada Viernes Santo, miles de personas se suman a la procesión campesina donde se reconstruyen los cuadros y esculturas más famosas del mundo barroco. Arte y religión, la mixtura perfecta para rendirle homenaje a Dios. Muy cerca de Posadas, a no más de hora y media de viaje, Paraguay, hay un lugar en el que estas jornadas tan caras al sentimiento cristiano se convierten en arte vivo.
Tañarandy o “Tierra de los irreductibles” es un pueblito rural ubicado a dos kilómetros de la localidad de San Ignacio. Tiene sólo mil quinientos habitantes, pero cada año para Semana Santa convoca a más de 15 mil personas -este viernes superó las 20 mil- que llegan de toda la tierra para observar y participar del arte del mundo reconstruido en cuadros humanos. “Es una fusión entre religiosidad popular con expresiones artísticas en la que se entremezclan teatro, música y plástica con el encanto del mundo campesino”, explica a El Territorio el periodista de Última Hora Andrés Colmán Gutiérrez. En este lugar se refugiaban los indios que se resistían a ser reducidos o disciplinados en las misiones jesuíticas y aún hoy siguen siendo irreductibles (ver aparte).

Alfombra de 15 mil velas
La magnitud de la cantidad de peregrinantes se puede tener cuando se llega a una alfombra de quince mil velas artesanales que ilumina la procesión de tres kilómetros, depositando a la convocatoria en la cumbre del encuentro. Otras miles de antorchas de tacuara forman murallas a los costados del recorrido y miles candiles son portados por más de 15 mil personas que caminan por las calles de tierra colorada, mientras se escuchan los coros que llegan de San Ignacio acompañados de música barroca.
Durante la procesión se pueden apreciar las casitas rurales con cuadros que ilustran el nombre de la familia que allí habita. Lo curioso es que cada uno lleva consigo el oficio al que se dedican. Una bicicleta anuncia la presencia de un bicicletero, la silueta de una máquina de coser hace saber que allí habita una modista, un soldado advierte la presencia de un ex combatiente. Todos tienen su cartel y todo Tañarandy participa en la reconstrucción de las viejas costumbres que comenzaron a realizarse hace 17 años.

Una catedral de Gaudí
Posteriormente se llega a La Barraca, un anfiteatro natural con espejos de agua donde esta vez el escenario tuvo como principal protagonista la réplica exacta de la Catedral de Gaudi. Una mixtura del modernismo Barroco Efímero, con religiosidad popular, llena los corazones de más de 15 mil personas que llegan de todos los rincones de la tierra para participar del Yvága rape o Camino al cielo. Se puede hallar gente de Francia, Italia, Brasil y México, entre otros países, que vinieron para conectarse con el sello cultural y la idiosincrasia única de Tañarandy.
Por una lado una luz que ilumina la cruz de Cristo junto a la soprano paraguaya Gloria Criscione Pineda -reconocida internacionalmente como Gloria del Paraguay-, que entona entre otras canciones el Ave María en guaraní. Por otro, la reconstrucción de la Catedral de Gaudí. A un costado las animaciones del proceso creativo de la obra que él había proyectado y en el centro de la laguna la presencia de una Virgen reflejada sobre el agua.

Rumbo a San Ignacio
Luego continúa la representación en El Molino de San Ignacio, ubicada dos kilómetros del escenario principal. En este lugar, el consagrado artista plástico Delfín Roque Pérez, conocido en el mundo como Koki Ruíz, dirige un taller en el que se forman pintores, escultores y actores. “Esta intervención artística en una humilde comunidad campesina, que iniciamos hace 17 años, hoy tiene una convocatoria sin fronteras. Cuando encontré que muchos jóvenes tenían un talento artístico innato para la escultura, la pintura o la artesanía, fue surgiendo este movimiento de artistas populares. Cada año se abren nuevos hoteles, pero siguen faltando lugares”, destacó Koki Ruíz.
Cientos de jóvenes de Tañarandy y San Ignacio participan de esos talleres para anticiparse al gran Viernes Santo, donde la oscuridad de la noche los transforma en protagonistas de los cuadros y esculturas más famosas del arte barroco.

En siglo pasado
Tañarandy significa “Tierra de los irreductibles”. Esta pequeña población de 1500 habitantes fue declarada en1997 la ciudad más limpia de Paraguay. “Es como estar en el siglo pasado”, dicen los turistas. En Tañarandy la gente es muy cálida. Reciben a los turistas como si fuesen familiares que hace años que no se ven. Los invitan con chipas, sopa paraguaya y otras comidas típicas artesanales mientras se preparan para el Viernes Santo.
“La idea era de que los carteles de la localidad de San Ignacio fueran artesanales, que todo el pueblo tuviera su publicidad comercial, empresarial y de servicios con cartelería artesanal. Pero la desidia y negativa de la junta municipal de entonces hizo que el proyecto se traslade a la localidad de Tañarandy”, explica el periodista local Narciso Ramón Meza Martínez.
Cuando un cartel llegaba a la colonia campesina se hacía siempre un festejo con gallinadas y comidas típicas. Actualmente todo el pueblo es arte. Cada casa por humilde que sea tiene el sello particular de algún artista. La Semana Santa Ymá es un proyecto que comenzó cuando muchos jóvenes de hoy eran niños y le exigieron a Koki Ramírez que dicte talleres de teatro y así nació el movimiento cultural y revolucionario que motivó a los habitantes de este pueblo a movilizarse cada año para realizar junto al artista un espectáculo de música, danza, teatro y rituales religiosos.