Rituales para el Año Nuevo

Domingo 27 de diciembre de 2009 | 03:00hs.
A la espera del Año Nuevo


Se trata de una fecha cargada de energía, por lo tanto de rituales y costumbres cuyo sentido muchas veces es desconocido por quienes los practican. Aunque las fiestas de fin de año se celebran en todo el mundo, desde tiempos remotos cada país las vive de distinta manera e implementa rituales vinculados a sus creencias y tradiciones. Pero en los últimos años estas costumbres trascendieron las fronteras.
La fiesta de Año Nuevo más antigua que se ha registrado se celebraba en la ciudad de  los babilonios quienes, hace 4.000 años, observaron en la repetición de las estaciones un motivo de celebración. A partir del comienzo de la primavera, realizaban 11 sucesivas celebraciones que terminaban en la gran fiesta del cambio de año.

Para los egipcios, en cambio, el día de festividad es cuando llegaba la ansiada crecida del Nilo. Con gran algarabía, se celebraba la iniciación de un nuevo año con la confianza que daba una segura siembra y una generosa cosecha.
Desde siempre, el nuevo año ha significado el festejo de una victoria que se desea pero aún no ha ocurrido, un elogio a la esperanza que se renueva cada 365 días. 
La fiesta de fin de año es un ritual pagano de escasa significación mística, por eso sobresale por sus cábalas. Algunas personas proponen sentarse y volverse a parar con cada una de las doce campanadas; dicen que trae matrimonio. Otros reciben el año con dinero dentro de los zapatos.
Hay quienes proponen pasar la noche del 31 con la ropa interior al revés, o poner un anillo de oro en la copa de champaña, o encender velas de colores. Otros postulan lavarse las manos con champaña y azúcar, repartir espigas de trigo o quemar al muñeco "viejo". Como tambien el ritual de sacar las maletas a la puerta de la casa o dar una vuelta a la manzana arrastrando las maletas. Eso garantiza que en el año que empieza realizará muchos y sorpresivos viajes.
En las diferentes culturas de todos los tiempos los cambios de ciclo han llevado implícitos ritos que atraen salud, amor y dinero, los tres pilares básicos de la felicidad del hombre. Por eso, no es extraño encontrar ritos ancestrales, propios de cada cultura y pueblo, que busquen la felicidad, el éxito y la abundancia.
La espera de fin de año es especial en Venezuela. Antes que den las 12, las familias se reúnen en sus hogares y preparan la hallaca, una especie de humita exuberante, repleta de condimentos y relleno especial, que se regala a los amigos durante la noche de víspera de Año Nuevo. Es una forma de reafirmar la amistad y de desear buena suerte para el próximo año.
Como en todo el mundo, en Brasil se come y se bebe con generosidad, pero aquí es inevitable el homenaje al mar. Mientras el cielo se ilumina con los fuegos artificiales, las filhas do santo (sacerdotisas africanas) lanzan al mar pequeños barcos con flores y velas encendidas para que se los lleven las olas, lo que es un buen presagio. Es la Fiesta de Lemanjá, un bello espectáculo esa despedida de la noche vieja. 
En Venezuela antes que den las 12, las familias se reúnen en sus hogares y preparan la hallaca, una especie de humita exuberante, repleta de condimentos y relleno especial, que se regala a los amigos durante la noche de víspera de Año Nuevo. Es una forma de reafirmar la amistad y de desear buena suerte para el próximo año.
Herederos de un linaje de aguerrido guerreros, los escoceses tienen manías furibundas. En año nuevo, el Hogmanay consiste en prender fuego a un barril de madera y lanzarlo a rodar por las calles. Según dicen, es para permitir el paso del nuevo año; recomiendan no dejarse atropellar por ese desbocado año viejo.
En Alemania, el año viejo se despide con un homenaje a San Silvestre. En su honor, se bebe y se queman castillos de papel para ahuyentar los espíritus malignos.
España y Francia, como otros países, conservan la costumbre de comer las tradicionales 12 uvas, se coloca un pequeño frutero con las 12 uvas frente a cada comensal. De acuerdo con el ritual, se debe comer una uva por cada campanada del reloj.
Los dinamarqueses, para demostrar el cariño por los seres queridos rompen las vajillas. Los platos rotos son indicativos de la cantidad de amigos. 
En Italia la Nochevieja se despide con lentejas, que sustituyen a las uvas. En algunas ciudades, como Roma y Nápoles, arrojan los trastos viejos por la ventana, símbolo de la renovación.
Los festejos más prolongados, son en Japón, donde ya están brindando por el nuevo año. La celebración comienza 15 días antes de fin de año y cada día se celebra con un plato típico. En la noche vieja comen una sopa con fideos y a continuación, se dirigen al templo budista a pedir por el año que empieza. En esa ocasión, las campanas tañen 108 veces. Después del templo, beben sake., reciben amigos y se preparan para la comida de Año Nuevo.
El fin de año más colorido quizás sea el chino. Los festejos, generalmente en febrero del calendario occidental, duran 9 días. Todo el mundo se vuelca a las calles donde hay bailes de dragones y fuegos de artificio para ahuyentar los malos espíritus.