El teatro suele ser “el deseo de transformar al público y de subordinar el arte a una visión ética o ideológica”, escribió el investigador francés Patrice Pavis. “Es didáctico todo teatro que pretende instruir a su público, invitándole a reflexionar sobre un problema, a comprender una situación o a adoptar una determinada actitud moral o política”, señala el mismo autor.
Con esa raigambre didáctica apuntada por Pavis, la obra teatral Un poco de mí, Andresito, apunta necesariamente a la decisión política de hallar los restos del prócer Andrés Guacurarí, por quien existen varias especulaciones respecto a su último paradero.
Es “el primer desaparecido en la Argentina”, define la dramaturga y directora Lilia Tiki Marchesini, autora de Un poco de mí…, inspirada en la figura del máximo héroe de la región. La artista parafrasea a Juan González, integrante de la Comisión pro Repatriación de los restos de Andresito, y quien elaboró un proyecto presentado en la Cámara de Diputados de la Nación.
El mito de un destino final incierto
El 17 de junio de 1821 zarpa desde Río de Janeiro el bergantín inglés “Francia”, llevando a Montevideo a los prisioneros artiguistas que eran liberados por gestión del embajador español Conde Casa Flores, no siendo Andresito (imágen: pintura de Gerónimo Rodríguez) de la partida. Ante el reclamo del Conde Casa Flores por la ausencia del jefe indio entre los liberados, le responden que antes de embarcarse fue nuevamente destituido por participar en una gresca callejera y desde entonces no se conoce su destino final, convirtiéndose en un desaparecido político social del siglo XIX.
Es por eso que, en la desaparición de Andresito, se ve reflejada la desaparición de tantos luchadores indios que pelearon en la gesta emancipadora americana. El 1 de junio del 2005 es aprobado por el Senado de la Nación el proyecto de repatriación de los restos del Comandante Andresito - impulsado por la organización Flor del Desierto- , y se recomienda la incorporación del tema en la agenda de de la Comisión Bicameral del Mercosur. En septiembre del año pasado se propone a Diputados de la Nación el reconocimiento y restitucion del grado de “Comandante General” a Andres Guacurarí y Artigas.
No es un compromiso panfletario
Cuando los textos entran en ese camino que puede parecer una crónica, pueden tergiversar la teatralidad de un planteo escénico. Y ahí surge el Director bien plantado. La actriz, o el actor que no boludean y están con el compromiso a flor de piel. No el compromiso panfletario. Sino, el otro. El de la vida por la vida. Leí (la dramaturgia de “Un poco de mí, Andresito”) y recordé una frase de Tolstoi el otro día ( O como afirmaban nuestros habitantes originarios: “Un día entre los días”) que decía “La felicidad no es hacer siempre lo que uno quiere, sino querer siempre lo que se hace”.
Alberto Drago
Dramaturgo y docente teatral