Chucho enseñó, se divirtió y recibió el cariño de los misioneros

Domingo 23 de diciembre de 2007
El mundo del tenis misionero vivió ayer uno de los mejores momentos del año, al disfrutar de su hijo predilecto, José “Chucho” Acasuso, que realizó una clínica exhibición en el club Capri, colmado por grandes y chicos que se deleitaron con el juego del tenista posadeño.
Durante la tarde-noche de ayer, Acasuso dio una clase de tenis y compartió la cancha con las promesas de la tierra colorada.
Durante la clínica fueron pasando el obereño Francisco Saenz (10 años) que practicó revés con el ídolo; y la posadeña Paula Insaurralde  hizo correr a Acasuso, ya que realizó un ejercicio de desplazamiento de punta a punta.
Ian Smichowski fue el siguiente alumno que tuvo enfrente el Chucho y el cierre fue con la gran promesa del tenis misionero: Bruno Hamann, que actualmente ya se encuentra jugando la gira Cosat a nivel sudamericano y es el principal heredero de Acasuso.
Chucho quedó impresionado por el juego de Bruno -fue la primera vez que lo vio en acción- y este último hasta se robó un par de elogios, tanto del jugador profesional como del público presente, que por primera vez tuvo frente a frente a las dos generaciones.
Todos los aplausos se los llevaron los sobrinos de José, que varias veces ingresaron a la cancha para jugar con el tío.
Los familiares se hicieron presentes para apoyar la iniciativa de Acasuso, quien donó ventiladores, sábanas y varios elementos más al Hospital de Posadas.
Además, lo recaudado se destinó al Hogar de Niños Minusválidos de Posadas.
El jugador profesional fue reconocido por el presidente del Iplyc, Adolfo Safrán, por el subsecretario de deportes Dante Pigerl, por la autoridades del Capri y por la empresa Bwin, el principal sponsor de la clínica.

Junto al maestro
El momento emotivo de la tarde se vivió cuando Chucho llamó a uno de sus primeros profesores, “Pilín” Blanchard, que se abrazó con su ex alumno y fue el árbitro principal del set exhibición que realizó Acasuso junto al tenista Gustavo Marcaccio.
“Me siento muy emocionado porque es un alumno que rindió muchísimo. Costó salir pero anduvo. Él tenía muy buena mano para jugar al tenis, es talentoso”, dijo Blanchard, con lágrimas en los ojos.
Durante el set, Chucho se mostró sólido, metió varios aces y hasta se animó a hacer la gran Willy.
Después hubo tiempo para la diversión, llegaron los sorteos y todos se llevaron un presente del ídolo. Con celulares o cámaras de fotos todos se llevaron un recuerdo del ídolo.  “Estoy muy contento, se cumplieron todos los objetivos, la gente respondió y la verdad que eso me pone muy contento. Creo que la gente se fue contenta y ojalá se pueda repetir el año que viene”, dijo Chucho a El Territorio.
“Es una inyección anímica muy grande y también es una motivación muy grande. Esto es una manera de devolverle un poco de lo que tanto me dio la provincia, la ciudad y espero que lo gente lo haya disfrutado. Me voy muy feliz”, dijo un sonriente Acasuso.

Ella lo alentó y  le tiró besos
La modelo Agustina Córdoba (foto) estuvo en primera fila alentando a su novio, José Acasuso y no paró de mirarlo y alentarlo durante toda la tarde. Llegó vestida con un strapless color uva, un mini short haciendo juego y lentes negros de última moda.
Agustina, cuando los mosquitos hacían estragos, sacó de su bolso un repelente y sin perder la figura se roció para cuidar la piel. Cuando Chucho fue consultado si tenía novia, ella se puso colorada y le tiró un beso para robarse todos los aplausos.