Alerta por gavillas paraguayas vinculadas a violentos asaltos

Martes 26 de agosto de 2008
Modus operandi. | En ocasiones, los asaltantes paraguayos huyen en autos de las víctimas y los dejan cerca del Paraná. | Foto: Foto ilustrativa
El resurgimiento de robos a mano armada en el interior de Misiones, en algunos casos con pérdidas de importantes sumas de dinero y en otros, con una violencia inusual, puso en alerta a los investigadores misioneros respecto de la presencia de gavillas paraguayas que atraviesan el río Paraná para asaltar a ciudadanos o comercios misioneros y luego regresan a su país de origen.
El último atraco ocurrió el sábado, alrededor de las 6, en Montecarlo, donde un remisero fue maniatado, golpeado y despojado de la suma de 40 pesos.
Los autores materiales fueron dos sujetos de tonada guaraní, que abandonaron a la víctima en un camino de tierra adyacente a la ribera del río Paraná, frente a la localidad paraguaya de Apeaimé.
Los pesquisas aseguran que criminales paraguayos también intervinieron en otro episodio delictivo de mayor envergadura: el asalto a una estación de servicios de San Vicente, perpetrado el domingo 6 de julio, de donde escaparon con un botín de 60 mil pesos.
En este caso, los delincuentes atravesaron gran parte de la tierra colorada en busca del dinero que, de antemano, sabían que había en el interior de la gasolinera. Luego volvieron hacia el vecino país.
Por esta razón, tampoco descartan la participación de malvivientes de nacionalidad guaraní en los atracos a la estación de servicios Top Center de San Javier, de donde huyeron con 50 mil pesos en efectivo, y a la despensa Santa Teresita, en la localidad de Salto Encantado.
“En el golpe a la gasolinera de San Javier actuaron cuatro sujetos, dos de ellos de acento portugués. Los otros dos eran lugareños, por lo que no es descabellado pensar en una banda mixta paraguayo-brasileña”, consignó la fuente consultada.
Sin embargo, los detectives misioneros se inclinan más a pensar en que, al menos en el robo a la gasolinera Top Center, los autores materiales fueron malhechores brasileños que, es muy probable, actuaron con la complicidad de alguna gavilla misionera.
Los atracos a la gasolinera de San Javier y al comercio de Salto Encantado fueron muy similares en su modalidad.
Los criminales fueron cuatro, encapuchados, armados con pistolas de grueso calibre (9 milímetros o 45) y huyeron en coche. Testigos de ambos episodios aseguraron que era un automóvil viejo (Taunus o Renault 12).
La reaparición de estos grupos delictivos extranjeros fue alertada por la Dirección General de Seguridad de la provincia, a través de una disposición remitida en abril pasado a las unidades regionales de Posadas (UR X), Jardín América, Puerto Rico, Eldorado y Puerto Iguazú.
En la misma se dispuso la realización de operativos de prevención en la zona ribereña del río Paraná, para un relevamiento poblacional (por los indocumentados paraguayos que se afincan en la región, muchos de ellos con antecedentes penales en su país) y geográfico, ante la posibilidad de nuevos caminos clandestinos para ingresar a Misiones y eludir los controles migratorios.
Expertos en la materia indicaron que estos grupos -ya sean paraguayos o brasileños- raramente están conformados por más de cuatro miembros.
“Son bandas de dos y hasta cuatro miembros. Siempre andan armados y, en consecuencia, se dedican únicamente a robos calificados por el uso de arma de fuego. No vienen a llevarse ropa de una tienda a la que destrozan la vidriera, sino en busca de dinero”, explicó un experimentado investigador.
“Antes se dedicaban al robo de ganado, ahora se especializan en asaltos a mano armada. A veces actúan al voleo, pero por lo general vienen con el dato de que en tal o cual lugar hay dinero. Y en ocasiones, son parientes de la misma nacionalidad, radicados en Misiones, quienes pasan el dato del botín”, concluyó.


Atraco con suerte en Salto Encantado
“El asalto perpetrado en la despensa Santa Teresita, de Salto Encantado, fue un episodio con suerte, más allá del momento de tensión que pasó el sereno, al que tomaron de rehén y encerraron en el baño. Al ver que no había dinero en el local, los delincuentes fueron en busca de los dueños del comercio, porque la casa está a pocos metros, pero no los encontraron porque habían ido a un velorio. De lo contrario, quizás, la historia hubiera sido muy diferente”, consignó ayer a este diario uno de los investigadores.
Los asaltantes fueron cuatro, todos encapuchados. Al menos dos de ellos portaba pistolas de grueso calibre (9 milímetros o 45), similares a las que utiliza la Policía de Misiones y otras fuerzas de seguridad.
La gavilla requisó el inmueble, pero no encontró objetos de valor, razón por la cual debió conformarse con el revólver que sustrajeron al custodio del negocio.
El cuarteto delictivo escapó a bordo de un automóvil, que los testigos no supieron precisar si se trataba de un Renault 12 o un Ford Taunus.
Ayer, desde la Dirección General de Seguridad, se prendió la luz de alerta. Y la lectura es lógica. “Si estos tipos pelaron la frente en Salto Encantado; se fueron con las manos vacías y encima con un arma más, es muy probable que vayan por la revancha y en cualquier momento intenten otro golpe”.
Por este motivo, una comitiva de la Dirección Investigaciones de la provincia se trasladó ayer hacia Salto Encantado en busca de pistas que los conduzcan hacia los maleantes.