Víctor Arenhardt fue consagrado obispo de la Diócesis de Oberá

Domingo 16 de agosto de 2009
En una emotiva ceremonia, Víctor Selvino Arenhardt fue consagrado ayer primer obispo de la Diócesis de Oberá. La solemne celebración ecuménica se desarrolló en el anfiteatro mayor del Parque de las Naciones de esta localidad de la zona Centro.
Más de seis mil almas participaron de la ordenación del obispo nacido en Campo Grande en 1948 “en medio del monte”, como lo reconoció él tras recibir los atributos por parte del Nuncio Apostólico en Argentina, monseñor Adriano Bernardini. Entre las principales autoridades civiles estuvieron presentes el gobernador Maurice Closs, el presidente de le Legislatura provincial, Carlos Rovira, y el intendente de Oberá, Ewaldo Rindfleisch, además de representantes de los tres poderes del Estado provincial y comunal.
La ordenación comenzó con la lectura del decreto de creación de la nueva Diócesis de Oberá, que lleva la firma del Papa Benedicto XVI, máxima autoridad de la Iglesia Católica. En la misma, el Sumo Pontífice dejó sentado que los obispos de  Iguazú y Posadas, Marcelo Martorell y Rubén Martínez, respectivamente, solicitaron la creación de una tercera Diócesis en la provincia para una mejor atención de los fieles. En tanto, determinó que la actual parroquia San Antonio fuera elevada a la categoría de Iglesia Catedral, dependiente de la Iglesia Metropolitana de Corrientes.
Entre los argumentos que derivaron en la elección de Arenhardt, se destaca su preparación filosófica y teológica, como también su experiencia pastoral en diferentes puntos de Misiones.

Alegría y emoción
La ordenación de Arenhardt fue presidida por el Nuncio Apostólico Bernardini, quien le recordó al nuevo obispo que “el Señor debe ocupar en ti siempre el primer lugar”, al tiempo que llamó a “estar al lado de los pobres y débiles”.
Acto seguido, tal como lo marca el protocolo, el obispo fue interrogado frente al público y ratificó su vocación de servicio y amor al prójimo.
La ordenación, con el novel obispo boca abajo, se realizó invocando a todos los santos. Luego fue el turno de los atributos: el anillo, la mitra y el bastón, símbolos de la misión del pastor. Ya consagrado, Arenhardt fue saludado por los hombres de la Iglesia, lo que constituyó uno de los momentos más emotivos de la jornada, ya que el público festejó con bullicio el reencuentro del nuevo obispo con los sacerdotes que se desempeñan en la zona. Durante la ceremonia, que duró más de dos horas y media, se llevó a cabo la comunión y la bendición al pueblo por parte del obispo de Oberá, que así tomó contacto por primera con la feligresía en su nueva función.
En sus primeras palabras agradeció la presencia de tantos fieles, como así también de las autoridades civiles y del Nuncio Apostólico, que “acaba de ponerme esta mochila que llevaré por el resto de mi vida”.
Haciendo gala de su conocido histrionismo, agradeció “a los demás obispos, que ahora son mis colegas, eh”, dijo despertando risas y aplausos por doquier.
Incluso se mostró aún sorprendido por tamaña designación, aunque destacó que “el Señor quiso que haya una tercera Diócesis en la provincia y cuando el Señor llama no hay retorno”.
Además, destacó que “en Oberá siempre me sentí como uno más. En definitiva, mi fe nació y se fortaleció acá”, dijo quien durante muchos años se desempeñó como párroco en esta localidad.
Prometió recorrer la amplia Diócesis que tendrá a cargo y destacó su misión: “Ayudarles a descubrir la infinita bondad del Padre. Estaré junto a ustedes y podrán contar conmigo”.
Y fiel a su estilo jovial, el obispo Arenhardt ponderó la “protección San Antonio de Padua… el Patrono a prueba de fuego”, en alusión al incendio de la parroquia en 1986 cuando él era el párroco.


Voces de la ordenación
Entre las principales figuras eclesiásticas que asistieron a la consagración del obispo Víctor Selvino Arenhardt estuvo Carmelo Juan Giaquinta, arzobispo emérito de Resistencia.
Consultado al respecto, Giaquinta lo calificó como “un buen pastor, yo lo conocí  acá en Oberá y era un pastor espectacular”.
A su turno, el gobernador Maurice Closs ponderó la importanci de contar con un obispado en la zona Centro. “Tendrá más cercanía a nuestras parroquias y capillas de cada uno de nuestros pueblos”, opinó. Además, subrayó la convivencia entre la Iglesia y el Estado: “Como dijo el obispo, ellos velando por la integridad del alma y nosotros por todas las necesidades de la sociedad misionera”.
En tanto, el intendente Ewaldo Rindfleisch opinó: “Creo que es un hecho sumamente importante por la gran congregación que tenemos y en especial por la persona de Víctor Arenhardt, que demostró méritos suficientes para encabezar esta Diócesis”.

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