Asaltantes de Cerro Corá creían que Antúnez descubrió oro en su chacra

Miércoles 29 de octubre de 2008
Los vecinos comentaban hace tiempo que Francisco “Pancho” Solano Antúnez (67), el jubilado que junto a su esposa de 62 años fue asaltado y brutalmente golpeado, “tenía plata”. Pero no sólo eso; también se rumoreaba que había encontrado oro y lo tenía escondido en su chacra de 50 hectáreas.
Según los vecinos, por estos comentarios que casi nada tienen de verdadero, lo asaltaron y “apretaron” en un inusual -por lo aberrante- hecho delictivo en un pueblo donde, según dijo una comerciante de la zona, “nunca pasa nada, pero cuando pasa es muy grave”.
Llegar hasta la chacra de Antúnez sin un guía o un dato preciso es prácticamente imposible, ya que está ubicada a unos cinco kilómetros monte adentro por caminos de tierra y piedra.
En el asalto intervinieron tres desconocidos, que hablaban con acento porteño.
Ayer, a la mañana, el Juzgado de Instrucción Uno ordenó la detención de uno de los cuidadores de la chacra, de 26 años. Pero luego de la declaración de Antúnez fue liberado, ya que se supo que era tan víctima como sus patrones.

Los dos heridos
Dolor e impotencia sienten los familiares más cercanos de Francisco Antúnez y de su esposa Raimunda Uriarte, brutalmente atacados por los tres delincuentes que ingresaron a su domicilio.
Una pariente cercana de Raimunda Uriarte relató que la pareja se encuentra internada en una clínica de Posadas, donde ayer a la mañana se les practicó una tomografía y estudios de complejidad.
Si bien ambos están estables, presentan graves lesiones en todo el cuerpo y deberán someterse a una larga rehabilitación.
Según comentó el familiar de Uriarte a El Territorio, los delincuentes golpearon también al matrimonio con piedras y el hombre fue torturado con electricidad.
Ambos tienen severos golpes en la cabeza y algunos cortes.

Zona casi impenetrable
Cero Corá es un pueblo rural, que tiene como calle principal la ruta provincial 3, cuyo asfalto fue inaugurado hace pocos meses.
El resto es caminos de tierra entre las chacras.
La comisaría, que tiene en total trece efectivos trabajando, está en el medio del pueblo.
Para llegar hasta la casa del conocido Pancho Antúnez hay que entrar en una calle de tierra pedregosa, rodeada de vertientes y pequeños arroyos que cruzan la arteria, casi inaccesible para un automóvil.
Por ese camino hay que recorrer unos tres kilómetros y medio hasta llegar a uno de los pocos cruces, en el que hay una goma de coche con una flecha a la derecha que reza “Antúnez”.
Al kilómetro de ese cruce está la primera vivienda y unos 200 metros más allá la casa del jubilado Antúnez.
Después la calle sigue y lleva hasta otras chacras, pero el camino es empinado y con piedras de grandes dimensiones. Sólo a pie se puede continuar.
Según contaron los lugareños, la chacra de Antúnez tiene unas 50 hectáreas que cultiva para consumo familiar, cría algunos animales vacunos y porcinos y vive de su jubilación estatal, ya que fue secretario de la Municipalidad local durante años.
Las chacras que están alrededor son de familias que viven principalmente de la venta del carbón que producen, de plantaciones y ganado. Cada una tiene un mínimo de doce hectáreas; otras 25, 50 y hay de más hectáreas.

Vecinos solidarios
Orlando Portillo (28), el vecino más próximo de Antúnez, fue quien dio aviso a la Policía del caso.
El Territorio fue hasta la casa de Antúnez y, mientras los policías rastrillaban la zona, Portillo, que estaba en el lugar, respondió algunas preguntas.

¿Cómo supiste lo que pasaba?
Yo llegué cerca de las 17 y golpeé la mano; me atendió la señora. Ella me dijo que su marido estaba muy golpeado y que los habían asaltado.

¿Para qué vino a lo de Antúnez?
Vine porque el vecino me presta la yunta para trabajar con el buey, y entonces yo vengo a devolverle el favor con trabajo. Porque acá es así, una mano se lava con la otra.

¿Cómo viste a la señora?
Yo llegué y ella me pidió que le avisara a la Policía, entonces me fui sin preguntar mucho. Me dijo que su marido estaba mal.

¿A cuánto está la comisaría?
Y…unos cuatro kilómetros más o menos. En unos 40 minutos llegué y dije a la Policía lo que pasó.

La investigación
Una vez conocido el episodio los efectivos comenzaron a buscar testimonios.
Grande fue la sorpresa cuando supieron que, una vez que se fueron los ladrones de la chacra de los Antúnez, el matrimonio solicitó al cuidador, que también fue golpeado, que diera aviso a la Policía.
Pero extrañamente no lo hizo, porque al parecer estaba muy lastimado, y horas después fue el vecino Portillo quien cumplió el mandado.
Cuando la Policía llegó a la casa se encontraron con que el joven cuidador estaba durmiendo.
Al ser interrogado sobre lo que vivió y los golpes, simplemente dijo que no recordaba nada. Ni los acentos, ni las características físicas; nada.
Es por ello que el Juzgado de Instrucción Uno de Posadas, secretaría Dos, ordenó su inmediata detención en averiguación del hecho. Pero al declarar Antúnez, se supo que el cuidador también había sido agredido y lo liberaron.
Durante las primeras horas de ayer y hasta el mediodía, efectivos de Cerro Corá y de la Dirección Investigaciones rastrillaron un radio de 25 kilómetros por picadas, montes, caminos de tierra y agua sin encontrar nada.

Decían que encontró oro
“Acá no pasa nada, pero cuando pasa es algo grave”, dijo Natalia, una comerciante que tiene un lubricentro sobre la recientemente asfaltada ruta provincial 3.
Y agregó: “acá vienen mayormente clientes de la colonia y no vi a nadie de afuera últimamente”.
También dijo que “el asfalto hizo la zona mucho más peligrosa, por la velocidad a la que pasan los coches; dicen que va a traer crecimiento, pero hasta ahora no trajo nada”.
Asimismo comentó que “es raro lo que hicieron a Pancho (refiriéndose a Francisco Antúnez), aunque dicen en la zona que tiene plata”.
Por su parte, Pedro, otro poblador de la zona, comentó que “hay algunos que comentaron que había encontrado oro o que tenía oro en su casa, pero no sé; acá todos saben que él es un buen hombre y que trabajó toda su vida y se jubiló en la Municipalidad”.
Por otra parte, en uno de los almacenes locales, el propietario -que prefirió que no se mencione su nombre-, dijo que “se habla mucho de que tenía oro o de que encontró oro; seguramente alguno de afuera se creyó esa historia y por eso lo vinieron a asaltar”.
“Acá sabemos que vive de su pensión de jubilado y que tiene lo suyo, porque trabajó, pero lo del oro es cuento”, agregó el comercante.


opiniones
“Acá no pasa nada, pero cuando pasa es muy grave. Se comentaba que Pancho Antúnez tiene mucha plata, pero es muy raro que pase algo así”
Natalia
Comerciante
“Decían que Pancho había encontrado oro en su chacra y los ladrones puede que hayan creído esa historia”
Pedro
Vecino y  conocido de la víctima



El violento asalto y la picana eléctrica
El atraco comenzó a eso de las 10 del lunes, cuando tres delincuentes ingresaron a la propiedad de los Antúnez por la parte trasera.
Luego redujeron a Francisco Solano Antúnez (67), a su esposa Raimunda Uriarte (62) y a un cuidador de 26 años y comenzaron golpearlos.  Los maniataron y torturaron para que revelaran el lugar  donde escondían el botín que fueron a buscar.
Pero la crueldad superó cualquier frontera racional cuando uno de los asaltantes tomó un cable con descarga eléctrica y comenzó a picanear al hombre de 67 años en los testículos, hasta que se dio por vencido y desistió de su macabro accionar.
A pesar de su insistencia, los maleantes requisaron cada centímetro de la casa alzándose con la suma de 300 dólares, 200 pesos, dos motosierras, una desmalezadora, una bicicleta y un revólver, cuyo calibre se desconoce.
En la Renault Kangoo de Antúnez cargaron dos escopetas y un microondas.
Pero por alguna razón el utilitario no arrancó y debieron dejar esos elementos.
Antúnez, su esposa y el cuidador del lugar quedaron maniatados y encerrados.
La Policía se enteró del salvaje episodio a eso de las 18, cuando el vecino Orlando Portillo arribó a la comisaría de Cerro Corá.
Los ladrones tenían acento porteño, vestían ropa negra con gorras del mismo tono.


En el pueblo abundan los mitos y leyendas de tesoros

POSADAS. El domingo 5 de febrero de 2006, El Territorio publicó una noticia titulada: “Buscan tesoros enterrados en una centenaria casona de Cerro Corá”.
La publicación fue porque una familia, propietaria de una antigua e histórica residencia de Cerro Corá, denunció el jueves 2 de ese mes en la Policía que desconocidos ingresaron en el interior de la vivienda para cavar enormes pozos y que, extrañamente, no se robaron ningún elemento de valor.
En el lugar estuvieron buscando tesoros.
Según contaron, muchos lugareños tienen la creencia de que existen en la zona tesoros enterrados en casas antiguas.
Al excavar, según sus dichos, pretendían hallar antiguos objetos de la época jesuítica o que pudieran pertenecer a uno de los tres fundadores del pueblo, allá por el año 1889.
Al momento de la publicación, el intendente de Cerro Corá, Roberto Ramírez, dijo que se trataba de antiguas creencias que permanecen en el imaginario colectivo de la gente, aunque afirmó que de tanto en tanto, algunas personas dicen haber hallado monedas de la antigua Europa, que fueron traídas por los misioneros a  la tierra colorada.