Vuelven a colocar trampas en Posadas por la leishmaniasis

Viernes 23 de enero de 2009
En un trabajo que es continuidad del realizado en Posadas y Garupá hace dos años, el entomólogo Daniel Salomón dirige una investigación con el objetivo de determinar los niveles de infestación de Posadas con el insecto vector.
“Estamos haciendo un trabajo parecido al que se hizo al comienzo del 2007, con algunos complementos como para hacer ya algunas intervenciones para el control”, explicó ayer el experto.
Salomón es director del Centro Nacional de Investigaciones Epidemiológicas (CENDIE) y ahora trabaja en un nuevo mapa de Posadas, “con la distribución del vector de los nuevos casos caninos”. Aseguró que “sigue siendo preocupante la situación de la leishmaniasis en Posadas” y volvió a alertar a la población sobre la tenencia responsable y la movilización de las mascotas de las zonas en donde se ha detectado la enfermedad.
Salomón, junto a un equipo técnico del CENDIE, se encuentra en Posadas realizando un nuevo estudio que consiste en la colocación de trampas, captura de mosquitos, toma de muestras en insectos y canes. El objetivo también es formar recursos humanos locales para realizar los estudios de medición de vectores y control ambiental.
El experto, junto con la secretaria de Calidad de Vida de la Municipalidad de Posadas, Lilian Tartaglino, se reunión ayer con autoridades de Salud Pública y responsables de las áreas de Epidemiología y Saneamiento Ambiental para articular medidas sanitarias de prevención y control de la enfermedad en  toda la Provincia.
“Se toman nuevas muestras en insectos y en los perros con la finalidad de lograr una transferencia total del proceso, para que estos estudios se puedan hacer con agentes locales” y agregó que lo que “se busca con ello es determinar qué insectos son y como están distribuidos en la zona”.

Desde el Brasil
Salomón es uno de los especialistas que más sabe sobre el comportamiento de la lutzomyia longipalpis, el insecto transmisor de la leishmaniasis visceral, sus hábitos y posibilidades de contagio, así como también las medidas para combatir y prevenir la enfermedad que, sin tratamiento resulta mortal.
Según explicó Salomón, la variedad de lutzomyia longipalpis que hoy inunda Misiones es la misma que fue bajando desde el Brasil. Ya en el año 2002 se había detectado en Corpus. Pero el insecto que hoy está en casi la mitad de las casas de Posadas, según los estudios realizados en más de 400 puntos en Posadas y Garupá en el año 2007, no es del mismo tipo que aquel detectado cinco años atrás, pero sí similar al del Brasil.
Y por eso es que los estudios darían evidencia de que, por alguna causa, son las lutzomyias brasileñas las que fueron descendiendo hacia el sur del continente.
Respecto de las causas de este descenso, Salomón apuntó en primer lugar a los grandes movimientos humanos. Como ya lo señaló en varias oportunidades, el especialista puso el acento en la alta incidencia de la conducta humana en la propagación de la leishmaniasis visceral.
“Hasta ahora lo que sabemos es que las represas no son la causa en forma directa, puede ser que en forma indirecta sea un factor de cambio a largo plazo (más humedad y un patrón distinto de lluvias)”, puntualizó. De todas formas, el especialista sostiene que hay otras causas más directas que intervinieron en “el gran despegue del norte del Brasil sobre el sur de continente”.
“La enfermedad es típicamente urbana y la causa está más vinculada al tránsito intenso de personas y mascotas” en toda la región.
A modo de ejemplo mencionó que cuando la enfermedad irrumpe en Mato Grosso do sur “está asociada a la construcción de un gasoducto y una carretera con mucha movilización de gente con su entorno familiar en caminos que se abrieron en la selva”.
“Una cosa hay que tener presente, la lutzomyia longipalpis ya estaba en esta región. Pero si pensamos en el calentamiento global el insecto puede aparecer más al sur”, indicó.
En cambio, en Misiones, el aumento de la temperatura en la región sí podría influir en la cantidad de insectos.
Si bien no es su tema específico, consultado al respecto, Salomón señaló que en el avance de la fiebre amarilla también influye la reducción de las islas de monte donde viven tanto los monos que actúan como reservorios de la enfermedad, como los mosquitos selváticos que la transmiten.


No viajar con mascotas
Salomón alertó a la población respecto a la movilización de las mascotas entre barrios y provincias. Recomendó a la gente que “en los lugares en que se han detectado Leishmaniasis visceral no lleven, ni traigan mascotas”.
“Si la ciudadanía toma conciencia de esto, podremos cercar al mosquito y focalizar la enfermedad”, aseguró