La venta de bebés se transformó en una “industria” en Oberá

Domingo 13 de julio de 2008
A tiempo. | Evangelina (37) evitó que le robaran a su hijo gracias a la advertencia de una doctora. | Foto: Corresponsalía
Matías corre atrás de la pelota, entreverado en el picado de la siesta con los amigos del barrio. Tiene nueve años, va a tercer grado y es un chico sano, lleno de energía. Desde el portón de su casa, cruzando la calle, lo observa su mamá Evangelina Silva (37), quien nunca olvidará el día en que quisieron robarle a su hijo recién nacido.
La escena transcurre en San Miguel, un humilde y poblado barrio de la periferia de esta localidad, un lugar en donde la pobreza y la marginalidad imponen sus reglas y la vida se hace cuesta arriba.
En ese contexto, propicio para inescrupulosos, proliferan los denominados “busca panzas”, personas que se contactan con mujeres embarazadas y de escasos recursos, a quienes les ofrecen una ayuda económica a cambio del hijo que llevan en sus vientres.
Según varios testimonios, en San Miguel y otros barrios de la periferia local la venta de bebés se transformó en una verdadera “industria” de la que vive y se enriquece mucha gente, entre ellos conocidos profesionales obereños.
Mucho se habla y se especula sobre el tema, pero pocos se animan a dar la cara y a contar sus experiencias al respecto. Por ello, el testimonio de Evangelina Silva es tan esclarecedor como escalofriante, ya que hace nueve años un abogado y un conocido médico se complotaron para quitarle a Matías.
“La esposa del doctor, que también trabajaba en la clínica, me abrió los ojos: ‘te quieren sacar tu bebé, te están engañando. Andate lo más rápido posible”, me dijo. Así que agarré las cosas y me fui con mi hijo”, recordó la mujer en diálogo exclusivo con El Territorio.

El engaño
Si bien este medio se reserva los nombres y apellidos de los profesionales que fueron citados durante la entrevista, se puede confirmar que todos siguen desempeñándose en Oberá.
El relato de la señora Silva se inicia en 1999, cuando estando embarazada de Matías, su cuarto hijo, fue abandonada por su marido y cayó en la desesperación.
 “Yo no tenía cómo darle de comer a mis hijos y salí a buscar trabajo o cualquier changa -reconoció-. Así, por intermedio de una cuñada me contacté con un hombre que me dio la dirección de un abogado que podría ayudarme”.
En un pequeño trozo de papel el intermediario anotó un nombre y una dirección de calle Gobernador Barreyro. La mujer se dirigió hasta allí y el abogado en cuestión, muy amable, le prometió una ayuda económica de 50 pesos por semana, ropa para ella y sus otros hijos, además de los estudios previos y hacerse cargo del parto.
“Me dijo que era una ayuda, no a cambio del bebé. Y como yo era jovencita le creí el cuento, pensé que era bueno”, comentó.
El profesional cumplió con todo lo prometido y el día pautado Silva fue internada en una clínica céntrica. El parto se adelantó varias horas, al punto que dio a luz en la misma habitación y con la asistencia de las enfermeras, ya que aparentemente a esa hora el médico estaba durmiendo la siesta en su casa.
“Las enfermeras me atendieron y enseguida me trajeron de vuelta a mi hijo, pero había sido que el abogado le dijo al doctor que me saquen el bebé, que no le dejen junto conmigo”, recordó la mujer con renovada indignación.

Una triste verdad
Lo que luego le habría dicho el médico a la señora Silva pone los pelos de punta, genera indignación y bronca.
“Tenés que entregarme el bebé, el abogado que se hace pasar por tu papá me dijo eso ¿O vos no sabés nada?”, con estas palabras la habría increpado el obstetra.  Nueve años después, está convencida de que ambos profesionales actuaron en conjunto, más la complicidad de algún administrativo de la clínica, ya que el abogado habría firmado los papeles de la internación como el padre de la mujer.
En el momento de mayor tensión y desconsuelo apareció una figura tan inesperada como clave en el desenlace de la historia: la esposa del médico, quien también se desempeñaba en el lugar.
“A vos te quieren sacar tu bebé, te están engañando. Andate lo más rápido posible porque el abogado ya llamó a los padres adoptivos de tu bebé y, si no me creés, vas a perder tu hijo”, son palabras que aún retumban en su cabeza.
Todavía algo débil, a media tarde recogió sus pertenencias y abandonó la clínica. “Incluso le pedí diez pesos a la doctora para el remís”, recordó.
Recién a los 15 días del parto regresó a la clínica para retirar el certificado de nacimiento de Matías. Entretanto, el abogado habría ido varias veces hasta el barrio preguntando por ella y el bebé, aunque “no nos encontró porque nos fuimos a vivir con unos vecinos”.
“A mí me engañaron, pero es cierto que acá en el San Miguel muchos venden los hijos -reconoció Silva-. Ahora ofrecen hasta 500 pesos por mes y muchas mujeres se dedican a eso. Es triste, pero es la verdad”.


“Un negocio nefasto”
Cada tanto, los medios porteños incursionan en el tema de la venta de bebés y Misiones, especialmente Oberá, son siempre citados y eje de las investigaciones periodísticas. Con más o menos despliegue, en los últimos diez años varios programas televisivos retrataron esta situación desgarradora y compleja.
Algunos de estos informes tuvieron incluso derivaciones jurídicas, como una investigación de Canal 13, que en diciembre del 2000 propició la destitución de una ex jueza Civil de Oberá luego que “Telenoche Investiga” revelase gruesas irregularidades en las adopciones que otorgaba.
“Fue un caso paradigmático y todos lo recuerdan por la trascendencia mediática que tuvo, pero no por eso dejó de existir la venta de bebés. Eso está claro y muchos colegas lucran con ello”, reconoció un abogado del foro local.
Según el profesional, “la disyuntiva entre lo legal y lo legítimo pasa por el agujero jurídico que existe en torno al tema”.
“En su desesperación por tener un hijo, una pareja es capaz de pagar 20, 30 mil pesos, aunque gran parte del dinero queda en mano de los intermediarios. Es un negocio nefasto”, opinó.
Además, dejó en claro que “otra cosa es la supresión de identidad, eso sí es un delito gravísimo. Es decir, lisa y llanamente anotan a la criatura como si la hubiera tenido la madre adoptiva y en eso existen múltiples implicados”.


Una beba por seis mil pesos

OBERÁ. El miércoles se conoció la historia de una pequeña llamada Shirley quien habría sido vendida por sus padres por seis mil pesos a una pareja que reside en Buenos Aires.
La niña sería la cuarta hija vendida por un matrimonio que residía en el barrio San Miguel y que habría aceptado dos mil pesos para la entrega de la nena de 14 meses. Mientras que el saldo sería cobrado en la primera quincena de agosto.
El acuerdo se cerró el sábado de la semana pasada, al parecer en el estudio jurídico de una reconocida abogada de Oberá, quien habría contado con la colaboración de una escribana.
Esta mujer habría elaborado el permiso al matrimonio bonaerense para que pudiera viajar con la menor sin inconvenientes y los “usurpadores” se habrían llevado las documentaciones de Shirley.
La madre biológica se llama Nélida, tiene 28 años y junto a su concubino, se domicilian, al menos fue así hasta el domingo, en el barrio San Miguel. Los otros hermanitos fueron vendidos sucesivamente, desde el año 2003. Al parecer, la abogada y la escribana habrían sido parte también de las transacciones anteriores.