Docentes afirman que no están preparados para tratar la violencia

Domingo 1 de junio de 2008
Ante los sucesivos hechos de violencia que protagonizan adolescentes y jóvenes misioneros, los docentes afirman que no están preparados para enfrentar la violencia y que en las escuelas faltan gabinetes con psicopedagogos y psicólogos.
Justamente ese fue el pedido que hicieron el viernes al vice ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, en cuanto a que el Estado conforme equipos multidisciplinarios dentro de las escuelas para prevenir y tratar la violencia.También solicitaron que se establezcan normas de convivencia comunes a todas las instituciones educativas.
La solicitud fue parte de la conclusión de la jornada provincial de Reflexión y Capacitación Multidisciplinaria sobre la Violencia que reunió a estudiantes, docentes y padres de distintas escuelas de la provincia.
Según Claudia de la Rosa, rectora del Instituto de Enseñanza Agropecuaria Nº 3, la violencia está en la sociedad y siempre hubo. “Ahora se difunde más. Hay violencia en la sociedad que se manifiesta en la escuela, y la escuela no está preparada para resolver eso, no tenemos gabinetes multidisciplinarios”, comentó la docente que también participó de la jornada de reflexión.

Desde la casa
En tanto, para estudiantes del Instituto Santa Catalina el tema  es bastante complejo. Los chicos admiten que existe la violencia entre sus pares y que mucho depende de la educación de la familia. También consideran que si bien hace falta tolerancia entre los jóvenes y adolescentes, también el grupo no debe mostrar actitudes de agresión hacia las diferencias. Adrián, Agustina y Claudio, alumnos de ese instituto, ejemplificaron que tenían un compañero que recibía burlas y agresiones verbales de sus pares porque era gordo.
La situación había comenzado  antes de terminar la primaria y siguió en la secundaria. Un día ese chico se hartó de la situación y le propinó una piña en el rostro a quien lo cargaba, rompiéndole la nariz. “Demasiado se aguantó”, contó Agustina y consideró que “ahora hay más violencia que antes por la Estudiantina. La agresión no solo es verbal sino también física. No se puede establecer el diálogo, hay chicos que creen que son campeones por agredir a otro”.
Los chicos creen que se pueden hacer muchas cosas para evitar la violencia, y que primero está la educación que se recibe en la casa, pero si la familia no está, quién lo educa, se preguntaron.Y mencionaron que hay compañeros a los que les molesta recibir amonestaciones pero a otros no.
Por su parte, para Ana Drozina, vice directora del turno noche del Colegio Martín de Moussy, los chicos no son culpables de la violencia.
“Creo que ellos son víctimas de la sociedad de consumo, materialista y de apariencia, con poco respeto y poco valores morales. Tal vez la escuela no responde a lo que debería responder y quizá no tiene tantos recursos para eso”, contó la docente, tras recordar que carecen de gabinete psicopedagógico y hay cursos con 51 alumnos.
Fue el miércoles pasado, dos días después de que un alumno de ese establecimiento educativo  agrediera a otro en la cabeza con un elemento contundente, y ya en el suelo le propinó patadas causándole múltiples lesiones, en una parada de colectivos del centro posadeño. Ambos serían vecinos, el agresor  alumno del turno noche y la víctima del turno tarde.
La docente explicó que en el turno noche son cerca de 400 alumnos, una vice y dos preceptores. “Falta personal especializado y los docentes no estamos preparados para resolver problemas de violencia, que es un problema social fuerte. Por ahí en la escuela es donde se ve porque el chico tiene libertad de expresión, se reúne en grupos de pares”, consideró.
Tanto en esta nocturna como en otras, muchos adolescentes concurren porque quieren obtener el título de la secundaria.
Eso lo confirmó la vice. Hay repitentes o que pasaron por varias escuelas, y la familia no los contiene más. “Nosotros pasamos a contener y no estamos preparados. Contenemos lo que podemos pero no somos profesionales para eso”, opinó.
A su vez apuntó la necesidad de que el Estado garantice, no con charlas sino con terapeutas y pedagogos, la resolución de conflictos. También que los padres estén obligados a formar parte de los talleres. “Pero todo eso necesita recursos y tiempo, y las reuniones de grupo no son suficiente, así la violencia se va a acrecentar”.
Para Drozina la solución es hacer un trabajo entre todos, con  actividades formativas y creativas que les resulten interesantes a los chicos.

Hay que preocuparse
Por su parte, el ministro de Educación de la provincia, Hugo Passalacqua, dijo que hay que preocuparse de la violencia verbal que hay en las escuelas.
El funcionario confirmó una tendencia observada por varios profesionales, como psicólogos, psicopedagogos y docentes en general que plantean a las burlas y cargadas como el origen de algunas violencias físicas.
El funcionario provincial insistió en que la escuela es el lugar más pacífico del mundo, como el caso de Misiones donde hay 350 mil estudiantes. Aunque consideró necesario asumir con responsabilidad tales actitudes como lo sucedido en Wanda, donde un chico apuñaló a otro a pocos metros de la escuela.
A criterio del psicólogo Raúl Gallardo, la escuela es la caja de resonancia donde desbordan los diversos tipos de violencia, desde aquellas pequeñas escuchadas o vividas en su familia o su entorno, que lo trasladan a su ámbito de desarrollo.


Recuperar la confianza
Según el viceministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, hay una crisis de confianza entre familia,  docentes y estudiantes, y que esa confianza hay que recuperarla para salir adelante.
El viernes, en el marco de la jornada provincial de reflexión y capacitación multidisciplinaria sobre la violencia que se hizo en Posadas, el funcionario sostuvo además, que el docente debe recuperar la autoridad que perdió y que la escuela debe enseñar valores, enseñar la democracia y revalorizar la escucha de los alumnos.
El funcionario apuntó a proponer habilidades para la vida y a desterrar el pensamiento único, porque la ignorancia genera dependencia.
"No me gusta hablar de violencia escolar, porque a la escuela le va mejor que a la sociedad", expresó Sileoni ante unas 300 personas que formaron parte del taller de reflexión. Para el funcionario el diálogo es el camino ante la violencia, y uno de los principales problemas a resolver es la crisis de confianza. "La familia no confía en la escuela, y somos testigos de agresión verbal y hasta física de algún padre descontento con alguna nota de su hijo. Los docentes no confían en la familia porque los chicos no llegan con las condiciones que debían tener. Y los estudiantes no confían en los docentes", dijo y afirmó que la escuela debe debe aceptar el conflicto, para empezar a tratarlo. En todo momento consideró que la principal responsabilidad está en los adultos y en que estos crean que hay un futuro mejor para los jóvenes.