Irá a juicio acusado de amputar el brazo a su mujer por celos

Jueves 17 de julio de 2008
Juan Arévalo (55) deberá responder en un juicio oral y público por la acusación de intentar asesinar a su pareja, a quien  le amputó el brazo a machetazos. La víctima, que tiene 22 años menos que él, perdió el brazo. La agresión habría sido por celos.
El hombre, luego de lastimar a su pareja y creyendo que moriría, intentó suicidarse, aunque ambos sobrevivieron.
El auto de elevación a juicio fue enviado al Tribunal Penal de Posadas, por el juzgado de Instrucción Uno de la Cuarta Circunscripción Judicial, a cargo de Éctor Acosta.
El hombre está acusado del delito de tentativa de homicidio, por el cual puede recibir entre cinco y quince años de prisión.
Según pudo saber El Territorio, el episodio ocurrió el 2 de octubre de 2007 en Garuhapé-Mí, ahora rebautizado con el nombre de paraje San Miguel, distante a unos seis kilómetros del ejido urbano de la localidad de Garuhapé.
Todo ocurrió cerca de las 9 de ese día, cuando Juan Arévalo (55), enceguecido por los celos y convencido de que su mujer, Alicia Luján, madre de ocho chicos y 22 años más joven que él, mantenía una relación secreta y pasional con otro hombre.
El sujeto, de nacionalidad paraguaya, al igual que su pareja, apareció en la casa alterado porque en el “rozado” (desmalezamiento de monte) le “hicieron el oído” de que ella tenía un amante, contó uno de los investigadores.
La mujer en un primer momento echó al changarín de la casa.
Ya en la calle, el hombre, completamente fuera de sí, tomó el machete con el que venía de realizar tareas de desmonte y arremetió contra la persona a la que tenía por infiel.
Entonces la atacó con una furia demencial, sin medir las consecuencias de sus actos.

Perdió el brazo
El hombre tomó un machete de grandes proporciones y lanzó una brutal ofensiva contra su pareja. Algunos de los golpes hicieron blanco en la región frontal parietal derecha de la víctima, abriendo heridas de consideración con salida de abundante sangre.
Sin embargo, lo peor estaba por suceder.
En medio de la agresión, Luján intentó taparse el rostro con el brazo y el machetazo tuvo el efecto de una guillotina. En su parábola descendente, el arma blanca seccionó el brazo derecho de la víctima.
El antebrazo derecho cayó al suelo mientras la mujer parecía atravesar el firmamento con sus gritos.
Alertados por los alaridos desgarradores de dolor de la víctima, los vecinos acudieron en su ayuda.
Así llamaron a la Policía de Garuhapé. Una patrulla se hizo presente en el lugar y trasladó de inmediato a la mujer hacia el hospital Samic de Eldorado.
En el mismo móvil transportaron el brazo seccionado, a temperatura adecuada y en una conservadora, que los expertos intentaron reimplantar a la mujer, aunque sin éxito.

Intentó suicidarse
El agresor, en la creencia de que el destino de su pareja no sería otro que la muerte, también intentó acabar con su existencia.
Sin embargo, el corte a la altura de la yugular no fue suficiente y el hombre acabó hospitalizado en Eldorado.
Minutos después del hecho, tras un breve rastrillaje, los uniformados localizaron a Arévalo.
“No podía hablar por el corte que tenía en el cuello”, relató el detective.
De urgencia fue llevado al Samic de Eldorado, donde quedó alojado con custodia policial por el hecho.
El diagnóstico médico estableció que presentaba una herida “cortante profunda que interesó tiroides, tráquea, que se extiende con profundidad con hemorragia muy grave”.
El acusado Arévalo por esos días estuvo a punto de morir, aunque se recuperó y será juzgado por la Justicia.