Males tropicales: por las represas, la deforestación y el cambio climático

Domingo 10 de febrero de 2008

“Lo advertí hace diez años y decían que era alarmista”. Podría decirlo cualquiera, pero los archivos de El Territorio registran las advertencias del médico Hugo Humada, que pregonaba la necesidad de crear en Misiones un Instituto de Enfermedades Tropicales para prepararse ante los cambios que traería el impacto de las represas.
Hoy alcanza con leer los diarios para saber que en Misiones hay paludismo, leishmaniasis, fiebre amarilla y dengue. Misiones no está sola en el mapa de estas enfermedades que también dejan su huella mortal en el Brasil y el Paraguay.
“En los últimos informes internacionales, hasta el 2005 las zonas endémicas de fiebre amarilla no abarcan Misiones ni el Paraguay. En el área endémica figuraban los países del norte de América del Sur e incluso el Brasil. O sea que esto es nuevo para Misiones, quiere decir que se amplió el área endémica", subrayó Humada.
Represas y deforestación
Las causas para explicar la infestación de enfermedades transmitidas por insectos que vive Misiones en los últimos dos años pueden ser varias, según explicó el médico, que estudió Medicina Tropical en forma autodidacta.
“Una es el cambio climático que altera la ecología de las regiones. Hay que considerar que el cambio climático, que aumentó la temperatura de la región, hace que proliferen tanto los reservorios, es decir los animales, como el mosquito, en zonas donde antes no había”, puntualizó.
Otra es la deforestación y también las represas.
“En nuestra provincia vengo diciendo hace diez años que las represas son un factor de riesgo de las enfermedades tropicales. Estamos entre dos, la de Itaipú y la de Yacyretá. Esas dos represas producen riesgo”, remarcó Humada.
“Me acuerdo que hasta se publicó un mapa que mostraba que el área de influencia de Yacyretá llegaba hasta Oberá. Y ahora tenemos leishmaniasis visceral humana en Oberá. Todo Misiones está afectada por represas”, aseguró el médico.
Humada recordó su advertencia de la presencia del vector del hantavirus en Misiones. Y llegó el hantavirus. “También aparecían los casos leishmaniasis cutánea y se advertía que podía llegar la visceral y llegó”.
De todas formas opinó que se están haciendo las cosas bien ante los casos fiebre amarilla selvática confirmados en San Pedro tras la muerte de catorce monos. “La vacunación masiva es lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud. Y en Misiones por suerte se está vacunando hace años contra la enfermedad”. De hecho, la vacuna forma parte del cronograma obligatorio de vacunación en todo el país.

Instituto de Medicina tropical
Humada no sólo había advertido que esto sucedería, sino que en dos oportunidades presentó en la Cámara de Diputados un proyecto de ley para la creación de un Instituto de Medicina Tropical.
“Sería un centro de prevención, enseñanza, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades tropicales. Para darte un ejemplo, ahora, para confirmar todas las enfermedades se tiene que mandar las muestras a Pergamino. El objetivo es todo eso se haga en Misiones, como hay en el resto del mundo”, explicó el médico.
El centro también serviría para la producción de vacunas, como hay en San Pablo y Río de Janeiro, Brasil.
“Misiones se ha convertido en un lugar especial para la Nación. Con el Instituto no sería necesario que vengan especialistas de Buenos Aries”, sostuvo.
En el proyecto de Humada, el dinero para financiar el Instituto debería provenir de las represas.
Según el médico, estos tres factores -las represas, la deforestación y el cambio climático- están afectando Misiones. “La enfermedad que llegue a la provincia se queda. O sea jamás dejaremos de tenerla y hay que prevenir que lleguen otras enfermedades”, advirtió. Humada señaló que el Paraguay también está afectado tanto por Yacyretá como por Itaipú y que en Brasil hay muchas más.
De todas formas, indicó que la explicación de la expansión de estas enfermedades está en Misiones. “Hay un equilibrio ecológico. Están los vectores de las enfermedades (los mosquitos) y los virus localizados en diferentes zonas, duermen. Y al llegar la influencia (las represas, la deforestación, el cambio climático), despiertan. Por eso es que antes no había”, describió.
El proceso puede llevar años o meses. “Depende del impacto. Ahora tenemos estacionadas las dos represas. Pero pienso qué sucederá cuando suba la cota de Yacyretá o si se construye otra represa. Habrá más superficie inundada. El impacto no es sólo allí, influye en toda la región. El quiebre ecológico será cada vez más grande”, advirtió.


Los monos y la fiebre amarilla
En el marco de las acciones que lleva adelante el Gobierno de la Provincia, para prevenir enfermedades como la leishmaniasis, el dengue, el paludismo y la fiebre amarilla, el Subsecretario de Salud del Ministerio de Salud Pública, Carlos Báez, informó “que se ha confirmado en un 90%, que la aparición de monos muertos en el Parque Provincial Piñalito ha sido por causa de la fiebre amarilla”.
El funcionario indicó durante la semana pasada, que “nuestra preocupación pasa por la salud de cada misionero  y es justamente por eso que las acciones realizadas oportunamente hacen que hoy por hoy no tengamos ningún caso de fiebre amarilla en personas...”.


Los mejores amigos...
Al menos en ocho ciudades misioneras hay perros enfermos con leishmaniasis visceral, con el diagnóstico confirmado por laboratorio, según los datos que hasta fines del 2007 llevaba el Consejo Profesional de Veterinarios en Misiones.
Y la dolencia también fue confirmada en un perro de la localidad correntina de Alvear, del que se enviaron muestras a Posadas, para diagnosticar la enfermedad.
Posadas es la ciudad que va a la cabeza con más de mil animales con diagnóstico positivo, mientras que le siguen de cerca Alem con 24, Puerto Rico con 17, Oberá con 12, Aristóbulo del Valle con 7, Eldorado con 3, Puerto Iguazú con 2 y San José con 1 caso.
La dispersión de los casos confirmados por laboratorio, tanto en el norte como en el centro y sur de la provincia, indican que la enfermedad está presente en todo Misiones y permite adivinar que los animales contagiados serían muchísimos más.

Casos humanos
La dispersión de los casos de la enfermedad en perros es una señal de alerta ya que, como vienen advirtiendo los veterinarios desde la confirmación del primer caso humano autóctono del país en Posadas, en un niño de nueve años, el brote en animales precede al humano. Y la confirmación del primer caso de leishmaniasis visceral humana detectado en Oberá a fines de enero indica que la enfermedad ya no es exclusiva de la capital provincial.
Tras el primer humano confirmado, en junio de 2006, los casos llegan a quince y dos resultaron fatales. Si bien los datos que se manejan son en función de la fecha de confirmación de diagnóstico y no de contagio, los tres casos pediátricos confirmados en el 2006, contrastan con los diez casos de la enfermedad diagnosticados en 2007 tanto en niños como en adultos de los cuales dos resultaron mortales. Y el 2008 comenzó con dos diagnósticos, uno en Oberá y otro en Posadas.