Entusiasmo de los guaraníes por la escuela de Guías en Iguazú

Sábado 24 de marzo de 2007 | 18:00hs.

La comunidad mbyá guaraní de Yryapú, vecina a las cataratas del Iguazú, recibió con entusiasmo la inauguración en su tierra de una escuela de guías de turismo para indígenas, que esta semana comenzó las clases con 16 inscriptos, dos de ellos del Paraguay.
"El aula matriz, construida en plena selva, fue desbordada por autoridades espirituales y políticas comunitarias y familias con muchos niños", dijo a una agencia de noticias Claudio Salvador, coordinador del Modelo Argentino para Turismo y Empleo (MATE), proyecto conjunto de Misiones y Canadá que gestó la iniciativa.
Con un sonoro "aguyjeveté", saludo que desea bienestar físico y mental, la "abuela Clemencia" o Jachuka Yvapoty, una conductora espiritual de Yryapú, abrió el lunes la ceremonia en la escuela, que lleva su nombre.
Los alumnos son cinco chicas y once varones adolescentes o veinteañeros que darán allí el primer paso de un programa para que los mbyá lleguen a autogestionar negocios y participen en la millonaria industria turística del Iguazú. La mayoría son de Yryapú (ruido de agua), también hay jóvenes de Mboreré, y aunque aún no dijeron presente hay inscriptos de Andresito y Kaagüy Porá (selva hermosa) y se espera que se sumen más de otras localidades misioneras. La alumna más joven es Teófila, de 13 años, voz privilegiada del coro ritual infantil de Yryapú. Los mayores, de unos 23, son Graciela, asistente sanitaria y mamá de dos niños, y Justino, que también tiene dos hijos.
"La lista de alumnos no está cerrada y no hay límite de edad. Los más grandes merodean la escuela acercándose de a poco",aclaró Salvador.
Los dos paraguayos, Miguel y Anastasio, llegaron sin previo aviso el primer día desde la aldea Kiritó Pindó y tuvieron una cálida bienvenida.   "Nuestra realidad es muy distinta -comentaron-: allá no hay más selva y tenemos que viajar en colectivo para trabajar afuera, para otros".
Las clases propiamente dichas comenzaron el martes pasado, "con mucha alegría y, lejos de lo esperado, sin timidez aunque sí con humildad", aseguró Salvador.
"Yo había perdido mi estudio, pero soñé mucho con esto. Ahora estoy acá, esperando que ustedes me acepten y ser un buen alumno. Voy a respetar y cumplir con la escuela", dijo el alumno Hermes, según relató el coordinador.
Mientras la escuela cobraba vida, una veintena de indígenas, dirigidos por dos cabos -delegados del cacique, Ernestro Chamorro- ampliaban con sus machetes el sendero de acceso.
"Interpretación del Patrimonio Natural y Cultural" será el primero de nueve módulos del curso, en cuyo diseño participó activamente la comunidad de Yryapú, que pidió opinión a sus "personas sabias" y hasta produjo audiovisuales en su propia lengua para este fin.
Será un curso intercultural en el que la actuación combinada de docentes "blancos" e indígenas permitirá a los alumnos integrar conocimientos científicos con la sabiduría ancestral de su pueblo.
Los mbyá consideran que el turismo les permitirá enviar al mundo el mensaje de una cultura que representa y se identifica con la selva misionera, y reafirmar a la vez el "ñande rekó", su manera de ser y de vivir.
La comunidad de Yryapú ya recibe visitantes, a los que ofrece artesanías, conduce por un sendero selvático y muestra otros aspectos de su cultura, pero las visitas son comercializadas por empresas de Puerto Iguazú, sin participación indígena en el diseño del producto.
El MATE es una iniciativa educativa y de inclusión social en la que confluyen la escuela terciaria pública Instituto Tecnológico (ITEC) de Iguazú y un colegio de Canadá, el Niagara College.
El proyecto fue financiado por la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional y apoyado por las autoridades educativas misioneras, y recibió donaciones de clubes rotarios canadienses y de Cáritas.
El día de la inauguración amaneció con una densa niebla sobre la selva de Yryapú, lo que según Francisco Franco, un mbya que actúa de asistente del MATE en esa comunidad, es "señal de que viene un buen tiempo".