Nigeria es el infierno de los niños

Jueves 22 de octubre de 2009

Miles de niños africanos viven su particular infierno, en silencio e indefensos. Son ahogados, lanzados a la hoguera, acuchillados, quemados con ácido y soda cáustica, envenenados e incluso enterrados vivos. Su delito supuesto: estar poseídos por el demonio en un continente donde la brujería sigue siendo la razón para explicar el mal ajeno.
La brujería y los hechizos forman parte indisoluble de la manera de ser de África, pero el auge de iglesias evangélicas radicales, sobre todo en Nigeria, hizo saltar todas las alarmas.
Varias ONG en este país de África Occidental indican que hasta quince mil niños fueron acusados de estar embrujados en la última década. Y un millar pagaron con su vida las creencias irracionales. Sólo en el último mes, tres niños acusados de estar embrujados fueron asesinados y, otros tres, quemados.
Los presuntos niños endemoniados son identificados por aclamados líderes religiosos,  miembros de congregaciones extremistas, cuyos dogmas combinan rasgos del cristianismo con creencias y tradiciones locales. Los vitoreados profetas se encargan de extender la voz de que un determinado niño es el causante de la destrucción, enfermedad o muerte en su familia. “Una vez poseídos, pueden embrujar, echar males de ojo e incluso contaminar a otros”, se defienden los falsos salvadores. Sólo queda el exorcismo. O la muerte, en caso de que el espíritu no desaparezca, afirman.
Los líderes religiosos se jactan de ofrecer ayuda a las familias con niños poseídos. Eso sí, a un precio. El exorcismo se cobra como oro en un país donde muchos de sus habitantes viven con un dólar al día. Las estadísticas muestran que las diferentes sesiones de exorcismo pueden llegar a costar el equivalente al salario de todo un año.
Muchos niños muestran las características marcas de brujas - quemaduras de ácido y heridas de machete, y en los hospitales se niegan a tratarlos.
Aunque inexplicable, los expertos aseguran que la mayor parte de las veces son los mismos padres los que echan a sus descendientes a la hoguera, los obligan a beber ácido o les arrojan químicos a la cara que les dejarán marcas para siempre o agonizar hasta la muerte. El objetivo: erradicar los males que acechan a la saga familiar.
Las ONG internacionales denuncian el creciente abandono, tortura y asesinato de niños en los estados de Akwa Ibom y Cross River, feudo de los extremistas religiosos, en el sureste de Nigeria, debido a las creencias en brujería.
“Mujer de Dios”
Nigeria es uno de los países más afectados por la locura de quienes dicen ser salvadores del mundo. A la hora de buscar culpables todas las miradas se fijan en la misma persona: la nigeriana Helen Ukpabio, líder de la iglesia Liberty Foundation Gospel Ministries, que lleva a cabo una auténtica campaña de terror contra menores acusados de brujería. La autodenominada “Mujer de Dios” escribe en varios de sus libros, como “Desenmascarando los Misterios de la Brujería” o “El fin de la Infamia”, que “un niño de dos años que llora por la noche es un agente de satán”.
En todos los casos, las familias afectadas por la brujería son extremadamente pobres, y puede que incluso se sientan aliviadas de tener una boca menos que alimentar.
“Pobreza, conflicto y educación nula o deficiente sientan las bases para las acusaciones, que siempre son desencadenadas por la muerte de un pariente, pérdida de un trabajo o denuncia de un autodenominado pastor o profeta”, explica Martin Dawes, portavoz de Unicef. “Cuando la comunidad está bajo presión, se buscan chivos expiatorios y las creencias locales dicen que siempre hay alguien responsable de los cambios negativos. Y los niños son los más indefensos”.
“Obispo”
Los ejemplos de vidas destrozadas son muchos. En el delta del Níger, un autodenominado Obispo se (Ulup-Aya) jacta de ser el mejor ahuyentando los malos espíritus de los niños. En su iglesia de Ibaka, riega los ojos de un niño con una mezcla de mercurio, alcohol y su propia sangre. “Quiero que este brebaje destructor destruya al brujo ahora mismo, en nombre de Jesús”, proclama.
El falso cura cobra 140 euros por el tratamiento de dos semanas. Los niños permanecen retenidos hasta que la familia salda la deuda.
Por ejemplo, a Margaret, el hechizo de su hija de 8 años, le costó el equivalente a 200 euros. La niña, Abigail, fue acusada de bruja por un profeta de la Iglesia Apostólica porque le gustaba dormir en la calle en las noches de insoportable calor. El gesto de alivio de la niña se interpretó como un deseo oculto de acudir a los aquelarres. Las diferentes sesiones de exorcismo le costaron a Margaret el equivalente a ocho meses de salario y la cara destrozada de su hija.


Casos testigo

  • Ekemeni, de 13 años de edad, fue atado con alambre, dejado sin alimentos y golpeado durante dos semanas.
  • Mary, de 14 años, fue quemada con ácido antes de que su madre tratara de enterrarla viva.
  • Uma Eke (17), quedó con el cerebro dañado después de que le clavaron un clavo de tres pulgadas en su cráneo. 
  • Uduak Eyo fue acusada de ser bruja a los 7 años y sometida a diversas torturas. Fue colgada de un pie durante semanas en una iglesia evangelista en Esit Eket.
  • Mbet fue declarada bruja a los 8 años. Su madre la hizo tomar aceite, comer frutas venenosas e invitaba a hombres a que la golpeen.
    Un ‘pastor’ la encadenó a un árbol, pero la liberó cuando su madre no pudo continuar pagando el ‘tratamiento’.
  • Mary Sudnad, de 10 años, fue acusada de estar poseída. Cuando su hermano menor murió y un pastor convenció a sus padres que había sido su culpa, su madre llevó a su casa a tres hombres que la golpearon mientras su padre miraba. Su madre la obligó a tomar veneno y le dijo que si sobrevivía la iban a colgar con alambres de púas.
    Finalmente su madre la quemó con agua hirviendo y cal viva.
  • ‘El obispo’ Ulup-Aya, se enriqueció con la práctica y mató a más de 110 niños. “Yo no estoy negando que soy un médico brujo, pero lo que yo maté con hierbas fueron las brujas en el interior de mis pacientes, no los niños”, se justifica.
  • En Enugu, este de Nigeria, en el 2008 se descubrió una clínica donde las mujeres son violadas para quedar embarazadas y luego los bebés vendidos. Hasta ahora unas veinte clínicas de ese tipo fueron descubiertas en el país.