Afirman que condenas perpetua y de muerte no merman el delito

Jueves 7 de agosto de 2008
En el marco del IX Congreso Argentino de Antropología Social, se desarrolló ayer la mesa Antropología Jurídica (ver aparte), en la cual se discutió sobre políticas públicas referidas a la seguridad.
Un grupo de ponentes se refirió a la situación de las cárceles en la provincia de Buenos Aires y de cómo influye el accionar estatal en la disminución de los hechos delictivos. 
Una de las conclusiones de la jornada sostiene que tanto las penas de cadena perpetua, como la pena de muerte (no presente en la Argentina, pero sí en países como Estados Unidos) no disminuyen la cantidad de hechos delictivos.
El trabajo se enmarca en un Proyecto de Investigación desarrollado por el Grupo de Estudios Sociales de la Vida Penitenciaria (GESVIP) de la Universidad Nacional de Quilmes, junto con el Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC). El mismo pretende ser  exploratorio y constituirse como un avance de una investigación más amplia a presentarse a futuro.
El principal objetivo del trabajo concretado fue el de analizar, desde la perspectiva de los condenados y a través de entrevistas realizadas en distintas Unidades del Servicio Penitenciario Bonaerense, las consecuencias individuales, grupales y sociales que provocan las penas de prisión y reclusión perpetua.
Los investigadores pretenden conocer las formas de sobrevivencia psíquica que sostienen a los condenados a prisión perpetua.
Se analizan el rol que desempeñan la fe, las visitas, la escuela en tanto ámbito de liberación y construcción de identidad, el trabajo como espacio de canalización de energías físicas y síquicas, como forma de obtención de recursos económicos; los peligros que perciben, la relación con otros internos y los diversos pabellones.

Las dificultades
El proyecto se comenzó a desarrollar en abril de 2007 y se prevé finalizarlo en mayo de 2009.
El acceso a las unidades penitenciarias siempre resulta dificultoso y no está exento de trabas. 
Para facilitar este ineludible requisito de la investigación se firmó un convenio entre la Universidad Nacional de Quilmes y el Servicio Penitenciario Bonaerense. 
“No obstante este convenio, la predisposición del Servicio no siempre es la mejor y tiende a dificultar el trabajo o a establecer trabas en algunas unidades, sobre todo aquellas que son de máxima seguridad o tienen régimen cerrado. Largas esperas para ingresar a la unidad y poder tener contacto con el entrevistado y falta de lugares adecuados para realizar las entrevistas han sido los principales inconvenientes”, destacaron los realizadores de la pesquisa.
Entre las conclusiones, los expertos destacaron que existe cierto contraste en las opiniones de los entrevistados en relación a la pena: mientras que para algunos opera como un límite, un espacio de reflexión y encuentro consigo mismo y mencionan el haber adquirido un oficio o el estudio como aspectos positivos; otros, sobre todo quienes ingresaron jóvenes, refieren a la maduración forzosa que les significó el encierro. 
“Pero también hay quienes afirman en forma tajante que la cárcel no sirve para nada y enfatizan en los aspectos negativos de la misma”, aseveraron.

Los pormenores 
El evento es organizado por el Departamento de Antropología Social, en el que se dictan la Licenciatura en Antropología Social desde 1975 y el Programa de Postgrado en Antropología Social que coordina los niveles de Maestría (1995) y Doctorado (2000).
En los pasillos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, así como en su edificio Anexo, estudiantes de universidades nacionales se distribuían en las diferentes mesas de debates y de exposiciones. Todavía siguen arribando participantes al congreso.  
Alumnos provenientes de países vecinos, como Brasil, Paraguay y Uruguay se apiñan en las puertas de las aulas universitarias. Pero también participan jóvenes de Colombia, Ecuador, México y de países de la Europa central.
Hoy desde las 19:30 en el Montoya se contará con la participación de Gustavo Lins Ribeiro, de la Universidad de Brasilia y también docente del Postgrado de Antropología Social de la UNaM, quien expondrá sobre “Diversidad Cultural: el nuevo universal”.


Un equipo binacional
El grupo de estudio sobre Antropología Jurídica pretende dar continuidad a los trabajos de una red interdisciplinaria de estudios comparativos en el campo del derecho y la administración de conflictos, y resulta de la colaboración entre equipos de investigación en Argentina y Brasil: el Equipo de Antropología Política y Jurídica del Instituto de Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires; el Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Lanús; el Núcleo de Estudios y Pesquisas de la Universidad Federal Fluminense y el Programa de Postgrado en Antropología de la Universidad de Brasilia.
Se propone reunir estudios que desde una perspectiva etnográfica y comparativa analicen las condiciones político-culturales del problema de la violencia institucional, como proceso constitutivo de las relaciones sociales. Para este Congreso se recibieron ponencias que abordaron diferentes cuestiones: el funcionamiento de las burocracias penales y administrativas, tradiciones, prácticas y reformas policiales y tribunalicias; movimientos y acciones colectivas de derechos humanos, y demandas de justicia y seguridad; interrelaciones entre políticas de asistencia y políticas represivas en la criminalización de la protesta social; interrelación entre seguridad pública y privada.