La narración oral: una herramienta fundamental en la educación

Viernes 21 de marzo de 2008


 

La narradora oral escénica, misionera por elección, Gricelda Rinaldi indicó que los motivos de porqué se eligió ese día “están cargados con la misma fantasía que produce la narración oral, porque no hay un hecho histórico que marque la elección de ese día. Simplemente Cuba, que es pionera en la narración oral escénica de la mano de Francisco Garzón Céspedes, es el primero en utilizar este concepto de narrador oral escénico. Hasta ese momento solo se hablaba de narradores orales o narradores espontáneos”.
En la actualidad los narradores se dedican a desmitificar que la lectura tiene que servir para algo, “es el camino más equivocado que hemos elegido, y la consecuencia es que a los niños y niñas no les guste leer”, subrayó. “Se les da un cuento a los niños con el fin de que encuentren ahí lo gramatical, la conjugación de verbos, y es un camino equivocado, porque para acercarnos al placer hay que crearles el deseo por escuchar, porque ellos cuenten, porque vale la pena porque otros están escuchando, porque de eso se trata lanarración”, explicó la docente y narradora.

Un poco de historia
El cubano Francisco Garzón Céspedes abrió un espacio de formación con la intención de que un narrador oral deba profesionalizarse, “adquiera técnicas, y se transforme. La narración oral es un hecho escénico que está munido de diferentes elementos que vienen del teatro, de la música, dependiendo del tipo de narrador que tenemos en la escena”, señaló Rinaldi. Añadió que los cubanos “están entre los primeros que realizan festivales de narración oral, que fue en el año 1989, se hace en Cuba, más o menos para el inicio de la primavera, alrededor del 20 de marzo. Fue el primero de Cuba, pero el más antiguo de la región fue el de Buga, que es el más antiguo de Iberoamérica, que ya tiene 22 años”.
Expresó que lo que se hace es una “fusión simbólica”, ya que pusieron ese día como el inicio de la primavera, como recordando el primer festival que se organizó en Cuba, y desde Cuba se viene conmemorando ese día y se lo declaró el Día Internacional del Narrador Oral.
“No hay un hecho, un motivo, es como que la narración tiene que ver con el florecer, con la aparición de una palabra que suscita olores, sabores, colores, emociones y quizá sea una metáfora de la primavera, y ese sea el motivo por el cual se conmemora el 20 de marzo”, agregó la docente.
Por otro lado, comentó que todos los narradores  orales que están vinculados a través de redes, asociaciones y demás, aguardan que llegue ese día para realizar eventos. “Entre ellos, que todos los medios gráficos, televisivos, radiales, tengan ese día un espacio dedicado a la narración desde los espacios públicos como las plazas, el anfiteatro, la calle, el narrador oral toma la calle y se narra”, dijo.

En Iberoamérica
Gricelda Rinaldi afirmó que la narración oral ocupa un espacio muy importante dentro de Colombia, “en ese país hay tantos festivales de narración oral como casi provincias tiene Colombia. Termina uno y empieza el otro, y nunca se superponen. Y a su vez las universidades tienen la carrera del narrador oral escénico, los pubs y boliches tienen una hora en la cual siempre hay un narrador que hace una fusión entre la narración, lo teatral, el canto”, subrayó.
“Cuba también tiene muchísimos festivales. En este momento está ocurriendo el de la primavera que se llama ‘Primavera de cuentos’ y lo organiza Maira Navarro. Como también en España, sobre todo en Canarias, en Cádiz y en Barcelona, hay mucha participación y la narración oral está como profesionalizada. También ocurre en Venezuela, aunque no en el mismo nivel que Colombia y Cuba”, reseñó.

Misiones
La narradora oral escénica indicó que esta región es muy rica “en lo que hace a memoria oral, en cuanto a que la gente tiene muchas cosas para contar,  ya sea desde el mito, desde la leyenda, como desde la situación de frontera de esta región, hace que estemos hablan do de una región altamente valiosa en cuanto a la relación oral”.
Advirtió que hay dos cuestiones que hacen que aún no surjan movimientos de narradores orales. “Por un lado, acá no existe la profesión del narrador oral, salvo en esta excepción (dice señalándose), pero que no fui formada acá. Y por otro lado, hay mucho desconocimiento. Pero sí siento que hay una pequeña apertura desde hace algunos años, gracias a planes de lectura, bibliotecas y eventos determinados, se va trabajando este deseo en los docentes, que son como los contadores primarios de lo que es la narración en las escuelas, esta necesidad de querer contar. Hay mayor receptividad, y de hecho se han formado grupos de docentes en el interior que lo piden como herramienta didáctica y desde el deseo personal de narrar”, puntualizó.

Las semillas diseminadas
Comentó que en Argentina hay varios grupos formados y consolidados de narradores. “Está el movimiento de ‘Cuentacuentos’ que lidera Claudio Ledesma, que es un grupo de gente que viene trabajando hace muchos años y de hecho van por el cuarto festival que realizan. Comenzó en Capital Federal y Gran Buenos Aires, después se extendió a Córdoba, ahora se extendió a Mendoza. Se trata de un festival durante dos semanas en el que narradores orales de todo el mundo que van haciendo como un camino del cuento. Empieza en Buenos Aires, sigue en Córdoba, continúa en Mendoza, vuelve y culmina en Buenos Aires. Consiste en narrar en diferentes espacios, ya sea escuelas, bibliotecas, y a su vez talleres de capacitación que dan estos mismos narradores que vienen de todo el mundo. Eso es un movimiento que está trabajando muy bien, organizadamente. El año pasado el cierre fue en la biblioteca nacional, yo participé de algunos talleres con un narrador peruano, y tiene una amplia convocatoria. Lo que ocurre es que este recorrido que ellos hacen todos los años  lo hacen en regiones donde hay una apertura, donde haya un grupo de gente dispuesta a gestionar desde todo punto de vista, no solamente logístico, sino económico”, remarcó.
Después recordó de la existencia de un movimiento muy pequeño en el sur, que es más incipiente. “Yo participé el año pasado en Comodoro Rivadavia, donde di unos talleres a profesores de literatura y a unos narradores orales que están recién agrupándose”, apuntó al tiempo que citó también a Rosario, que tiene un pequeño grupo. “Están las ‘Abuelas cuentacuentos’ que son narradoras espontáneas, que son un antecedente muy valioso en el país”, alegó.

La narración en la vida
Rinaldi dejó muy en claro que para aprender a narrar y a escuchar un buen cuento, en primer lugar tienen que crear el deseo por escuchar. “En mi búsqueda personal la narración nació en primer lugar por el placer que yo sentía por leer, y por que me cuenten cuentos.  Después empecé a hacer un camino más profesional que tuvo que ver con acercarme a Ana Pellegrini, una narradora española, y a otros referentes. Después por supuesto, asistiendo a festivales, congresos, por mi formación personal con Ana Gogo”,  relató.
Por un lado señaló que se debe retornar a esa vieja costumbre de contar cuentos, “ser conscientes de que es una herramienta muy valiosa dentro de la educación, con los niños, con los jóvenes, como una forma de promover la lectura pero desde otro espacio. Y de ahí, quien realmente elija ser un narrador oral, puede formarse en donde pueda, porque no hay en la región. Yo formo, pero soy una formadora itinerante. Escuelas hay en Córdoba, en Capital Federal, y en Colombia”.
Finalmente, la referente en la provincia en narración reflexionó que “los juegos, como las narraciones y el amor, brindan la posibilidad de transformación, permiten el acceso a un plano donde el tiempo se desplaza, donde cabe volverse diferente y díscolo a esa imagen
estática que los condicionamientos sociales nos exigen componer con uniforme monotonía y que los demás nos adjudican y devuelven a diario. En esto consiste el gozo recóndito de la narración”.