No jubilarse de la vida

Entre tantos gritos de alegría de los más chicos por el inicio de los Juegos Evita, pasaron desapercibidos. Llegaron a esta ciudad en silencio y tranquilos, pero con el mismo entusiasmo que los jóvenes y con las ganas de demostrar que la edad no es un límite para disfrutar el deporte.
Los abuelos de la Asociación Años Felices hallaron en el newcom (una adaptación del vóley en el que no es necesario saltar y rematar a la altura de la red) su manera de revitalizarse y encarar la tercera edad de otra manera. Se juntan tres veces por semana para entrenar y conformaron un grupo del que, aseguran, además de asados y festejos de cumpleaños, salen algunas parejas.
“A esta altura de la vida uno ya cumplió con muchas cosas. Trabajó y tuvo hijos y ellos ahora tienen chicos también, pero uno tiene ganas de seguir”, contó Enrique Benecz, uno de los que más años tiene dentro del equipo que viajó hasta La Feliz para, según afirman con ganas, “llegar bien lejos”.

Una excusa para la amistad
El deporte es una excusa para juntarse, para conocer gente nueva y para “mantenerse en forma”, bromean. Encontrarse tres veces por semana en el club Villa Urquiza de Posadas a entrenar los llevó hace ya cinco años a participar de los Evita por primera vez.
Después de esa experiencia quisieron repetir, consiguieron un entrenador y desde entonces dicen presente todos los años.
Dejar de trabajar para muchos es un paso complicado. Tienen más tiempo libre y buscan alternativas para “no estar tanto en casa”.
“Con los años uno se llena de mañas y se vuelve complicado, pero esto para nosotros es único. Tenemos nuestro grupo, viajamos juntos y nos divertimos mucho”, relató Gustavo Alviso.
“Nosotros acá venimos a disfrutar de todo”, agregó, al tiempo que él y sus compañeros espiaban a los futuros rivales de la zona mientras tomaban unos mates. Aseguró que “el deporte es una buena manera de mantenerse en el ruedo”.

Todo bajo control
Si no te muestran una foto o los ves mientras se dirigen a la cancha, te los confundís con cualquier equipo profesional. Hay charla técnica para ajustar detalles después de la entrada en calor. Se repasa la estrategia y los puntos débiles del rival, para sacarle provecho a la situación, y se recuerdan los torneos previos y los anteriores juegos ante las diferentes provincias.
Javier Estrukel es el entrenador y es el que más conoce al equipo. “Nosotros somos 35 en el grupo grande y acá vinimos 9 para competir. Yo hace cuatro años viajo acá y son unas personas increíbles”, rescató, al tiempo que señalaba su celular y contaba entre risas que “tenemos un grupo de WhatsApp y los que quedaron mandaron mensajes de apoyo y sobre todo para que no se lesione ninguno”.
El paso del tiempo no es un límite. Está más que demostrado, y el equipo de la Asociación Años Felices lo sigue reafirmando. Llevan al deporte como su bandera para que en la nueva etapa que les toca vivir, la alegría siga intacta como cuando eran chicos, y esperan que muchos otros se sumen a esta forma de “no jubilarse de la vida”.



Por Diego Vain