“Mi forma de hablar es con el acordeón”

Miércoles 7 de octubre de 2015
Zezé, Emiliano y Luciano en Apóstoles.
Con apenas once años, Emiliano López, o el Bebé del Acordeón, como se lo conoce en el mundo del chamamé, ya vivió experiencias que algunos artistas esperan años  poder conseguirlas. El mes pasado compartió escenario en la Capital Federal con artistas misioneros como el Chango Spasiuk, Los Núñez y las correntinas hermanas Vera. Ante un Centro Cultural Kirchner colmado, el pequeño López se lució y fue ovacionado por la multitud.
Sin embargo, la bonanza no terminó allí. El domingo último, el acordeonista acompañó en Apóstoles a los brasileños Zezé Di Camargo & Luciano y la multitud presente -más de 80 mil personas- se maravilló ante sus delicadas notas que estremecieron el Parque Centenario.
“Cuando me llamaron a casa atendió mi mamá. Al principio pensamos que era una broma, pero después empezamos a averiguar más y conocimos qué clase de personas son”, contó Emiliano a El Territorio en charla telefónica sobre su acercamiento al dúo brasileño.
“Primero le dijimos que no, pero después me di cuenta que era una gran oportunidad para mí y acepté. Son muy humildes. A mí y a mi familia nos trataron muy bien”, señaló el pequeño con una voz suave.
En el recital del domingo, López fue la revelación de la noche. En esa ocasión, Zezé no escatimó en elogios y buenos augurios para el chamamesero. “Nunca vi un niño con esta habilidad. Va a traer alegría a los argentinos como lo hizo Messi, Maradona y el papa Francisco”, le dijo el brasileño y agregó: “Traté de buscarlo por todas partes y lo encontré en Buenos Aires. Me impresionó más por qué un niño se iría a interesar por el chamamé cuando es más tocado en Corrientes”.

Inicios
Hijo de madre correntina y padre chaqueño, por sus venas corre sangre chamamesera y, a pesar de que vive en la provincia de Buenos Aires, lleva bien alto la bandera litoraleña tocando chamamé en cada lugar donde va.
“Mi papá tocaba en un conjunto y lo acompañábamos a todos lados donde iba, y al crecer en el idioma del chamamé me empezó a gustar y comencé a tocar el acordeón”, relató el niño que está en el primer año de la escuela secundaria y nunca había dado un entrevista, por lo que aún no está acostumbrado a esta fama repentina.
“Yo soy muy tímido y mi forma de hablar es con el acordeón. Me expresó de esa manera”, sostuvo el pequeño que tocó por primera vez a los cinco años y nunca más se detuvo.
En su corta pero prolífica carrera ya lleva grabados cinco discos y el mes próximo está invitado a visitar Brasil y tocar nuevamente con el dueto del país vecino.
Ahora, Emiliano ansía terminar sus estudios para poder avocarse de lleno a la vida artística, donde poco a poco comienza a pisar más fuerte.