Más contradicciones que certezas antes de los alegatos

Sábado 27 de agosto de 2016
Romero cumplía funciones en la Comisaría de Puerto Leoni. | Foto: Facundo Correa
Con más contradicciones que certezas en sus relatos, cuatro testigos declararon ayer en la segunda jornada del juicio contra el policía Miguel Antonio Romero (36), acusado de hurtar unos 5 mil pesos que había en el interior de un automóvil siniestrado, cuyo conductor había fallecido en el acto.
En la víspera, ante los magistrados del Tribunal Uno, comparecieron dos efectivos policiales, un bombero voluntario y un sereno, quienes de alguna u otra forma participaron o vieron algo del irregular procedimiento realizado en 2012 y que actualmente se ventila en el debate.
El primero en ser llevado ante el estrado del tribunal fue el comisario Luis Alberto Villalba, quien se desempeñaba como jefe de la comisaría de Puerto Leoni al momento de los hechos y a quien el imputado había mencionado varias veces en su declaración.
El uniformado sostuvo que Romero le entregó un sobre con dinero que en primera instancia guardó en un cofre sin contabilizarlo. El hombre dijo que el imputado le había mencionado que “eran unos 2 mil pesos”, pero aseguró que “nunca se supo a ciencia cierta de cuánta plata se hablaba”.
En ese punto, por requisitoria de los magistrados, por secretaría se leyó la declaración que Villalba había aportado al momento de la instrucción, evidenciando ciertas contradicciones o cuanto menos discrepancias entre las versiones y se rectificó.
El accionar de Villalba tampoco quedó bien visto tras su declaración, dado que los magistrados le llamaron la atención por algunos procedimientos realizados fuera de lo establecido por los protocolos policiales.
Es más, por este mismo hecho, Villalba recibió diez días de sanción aunque ante el tribunal aseguró había sido absuelto de la causa judicialmente y administrativamente no había sufrido ninguna consecuencia. Al recordarle la sanción recibida, el comisario se justificó: “Bueno, no soy de esos policías que tiene un legajo intachable, se me pudo haber pasado eso, no recuerdo las sanciones que tuve”.
Por último, tras casi una hora de testimonio, el comisario aclaró que “nunca tuve intención de ocultar nada, era un hecho grave y los oficiales estaban todos acelerados”, justificando así el porqué no revisó como correspondía el dinero en cuestión.
Lo que sí pudo haber complicado al imputado es que Villalba aseguró que varias bolsitas similares a la que contenía el dinero fueron halladas en el basurero de la oficina de Romero, como dando a entender que éste intentó desprenderse de eso, pero la inspección realizada por la Policía lo habría dejado al descubierto.

Un testigo más y alegatos
Minutos después se vivió uno de los momentos más tensos del debate, cuando al recinto fue solicitado el testigo Miguel Ortiz, que era compañero de Romero en la comisaría de Leoni.
La defensa del imputado, representada por Inés Belloni, detectó serias contradicciones en las declaraciones del efectivo y solicitó falso testimonio. En el recinto, Ortiz aseguró que sólo intervino en la búsqueda de testigos del accidente y que permaneció lejos del lugar del hecho, mientras que en su declaración aportada en la etapa instrucctoria se registraba todo lo contrario.
Para la víspera también estaba citado Javier Ibarra, otro uniformado que cumplía funciones en Leoni y que intervino en la escena del accidente ocurrido que agosto de 2012 sobre la ruta nacional 12, poco antes del puente sobre el arroyo Tabay.
Sin embargo, el sujeto que también está pasado a disponibilidad por la Jefatura de Policía, no se presentó y el tribunal ordenó que sea buscado por la fuerza pública, ya que su testimonio es considerado de interés tanto por la defensa como por la Fiscalía representada por Liliana Picazo.
De esta forma, el debate pasó a un cuarto intermedio hasta el lunes a las 8.30, cuando se espera contar con la presencia de Ibarra y luego será el turno de los alegatos.