Los militares en las calles

Domingo 25 de febrero de 2018
Catalogado por algunos como mero oportunismo político, por otros como una juzgada de ajedrez magistral, la militarización de la jurisdicción del estado de Río de Janeiro provocó las más diversas  reacciones en el arco político del vecino país. La Cámara de Diputados de Brasil aprobó esta semana por 340 votos a favor, 72 contra y una abstención el  contenido del decreto del Gobierno que determinó una intervención en la seguridad de Río de Janeiro, por la que esta pasa a manos del Ejército hasta finales de 2018. La medida, decretada por el presidente ultra conservador del Brasil, Michel Temer necesita el respectivo aval del Poder Legislativo. En el instrumento legal citado se establece una intervención en el área de seguridad en toda la jurisdicción del estado de Río de Janeiro, que se vio sacudido por una creciente ola de violencia en los últimos meses.
La intervención entrega a los militares la tarea de intentar acabar con la ola de violencia que desangra a esa región desde hace meses y que el año pasado causó 6.731 muertes, entre las que se cuentan las de más de 100 policías y diez niños alcanzados por las denominadas “balas perdidas”.   
 A través del decreto se nombra interventor militar al general Walter Souza Braga Netto, quien ya tiene bajo su mando a todos los miembros de la Policía Militar, la Policía Civil, los Bomberos y las cárceles. 
Braga Neto estuvo al mando del dispositivo especial de seguridad concebido para los Juegos Olímpicos de 2016 y tiene fama de severo.  
Auguran que Braga Netto no se andará con contemplaciones y aplicará acciones de mano dura en las favelas, nido de delincuentes y criminales, pero también de ciudadanos trabajadores, desfavorecidos y muy vulnerables. Los uniformados lanzarán operaciones de registros en barrios enteros, lo que puede significar detenciones colectivas y posibles abusos, según alertaron los organismos de derechos humanos.  
Aunque el Gobierno justificó la intervención de Río de Janeiro como una medida de carácter excepcional y de emergencia para combatir al crimen organizado en la ciudad, muchos ciudadanos consideran a la medida como una acción de Temer de pleno oportunismo partidario. 
Por su parte, el ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva aseguró que el verdadero objetivo de Temer es usar a las Fuerzas Armadas para garantizar el respaldo de la población de cara a los comicios presidenciales de octubre próximo. 
Incluso los funcionarios que integran la Fiscalía Federal afirmaron que esta política pública representa un serio riesgo tanto para las garantías ciudadanas consagradas en el plexo de la Constitución brasileña, como para los derechos humanos. 
Cecília Olliveira, especialista en cuestiones de seguridad pública, aseveró que “el hecho de que las autoridades estén recurriendo nuevamente a este tipo de estrategias deficientes significa claramente que no existe un plan estratégico e integral para hacer frente a la situación de seguridad. El despliegue del ejército se está utilizando sólo para controlar las circunstancias inmediatas, pero no para resolver los problemas estructurales. Si ésta fuera una estrategia efectiva, no necesitaríamos al ejército en las calles una vez más”.
La mayoría de los diputados atendió la petición del presidente de la Cámara Baja, Rodrigo Maia, un legislador conservador del estado de Río de Janeiro y quien defendió la aprobación de la que calificó como la mayor de las herramientas para combatir al crimen organizado.  
Al presentar el proyecto en el pleno de la Cámara, Maia, del partido Demócratas (DEM), aseguró que “no se trata de intervención militar. Si fuera una intervención militar, sería rechazada por esta casa con toda razón y con todo mi apoyo y energía”, añadió el legislador nacional.  

Escrito con sangre  
En 2017, el índice de mortalidad violenta en la región de Río de Janeiro fue de 40 casos por cada 100.000 habitantes, lo que significa que se regresó a los niveles imperantes del año  2009 (44,9 puntos) y del 2010 (36,4 puntos).  
El índice para todo Brasil se sitúa en los 29,7 puntos de homicidios por cada 100.000 habitantes, según el balance correspondiente al período de 2017 realizado por los miembros del grupo InSight Crime, una fundación científica dedicada al estudio de la principal amenaza a la seguridad nacional y ciudadana en todos los países de  Latinoamérica y el Caribe: el crimen organizado.  
Sólo el año pasado murieron casi 40 niños alcanzados por balas perdidas en la zona carioca. 
Los puntos considerados como peligrosos por las propias autoridades de Río de Janeiro se centran en las inmediaciones y dentro de las propias zonas más desfavorecidas en lo que atañe a la infraestructura básica y los servicios públicos, las denominadas favelas. 

Lugares clave
Las favelas son una frontera palpable y visible. 
Hay tours que permiten ver estos barrios carenciados desde dentro, pero “que los turistas se aventuren solos es arriesgarse”, según los funcionarios locales.
También hay zonas en otros barrios en los que, de manera habitual, se producen robos, asaltos y delitos más sanguinarios.    
Las favelas son una seña de identidad más de la ciudad. Su origen se remonta al siglo XIX en la época de los “quilombos”, las revueltas de esclavos que huían de las plantaciones y se refugiaban en las afueras de las ciudades formando esta llamadas “comunidades libres” que tuvieron su auge a finales del siglo XIX con la abolición de la esclavitud formal en el territorio brasileño.   
Se calcula que en Río hay más de 1.000 favelas y que concentran a más de dos millones de personas, sabiendo que la población de Río y su zona metropolitana supera los 16 millones.  
En los últimos años las favelas ingresaron en los circuitos turísticos y muchas empresas ofrecen rutas por estos barrios e incluso en Vila Canoas, una de las favelas más tranquilas, hay alojamientos para turistas.  
Las favelas son una seña de identidad de la ciudad y, también que la inmensa mayoría de las personas que viven en estos asentamientos son víctimas dobles de un sistema que no lucha contra la pobreza y que no actúa con contundencia contra las mafias que usan el lugar.

Tecnología 
Se conoció meses atrás el lanzamiento de la aplicación “Dónde fui robado”, la cual puede ayudar a identificar los lugares donde se concentran los asaltos y los hurtos.
El referido mapa de la inseguridad de Río de Janeiro se basa en estadísticas oficiales, noticias de multitud de medios locales y extranjeros, foros y blogs de viajeros.   
Allí se destaca que la playa de Arpoador es el epicentro de las “arrastroes”, una serie de robos realizados por grupos de varias decenas de menores que siembran el caos a su paso gracias a unas corridas en las cuales intentan apropiarse de todo lo que encuentran a su paso. 
Esta modalidad de robo incrementó su incidencia en los últimos años concentrándose además en algunos semáforos, y con mucha menor frecuencia en Ipanema y Copacabana. Estas dos grandes playas no están exentas de problemas y son frecuentes los arrebatos y pequeños hurtos aprovechando los descuidos de los bañistas. 
La inseguridad ciudadana actual no es una problemática que pueda analizarse sólo a través de los fríos números (lo cual se estudió en una investigación con estudiantes universitarios de Abogacía y de Psicología que fue publicada en la Revista Conexiones), sino que debe buscarse sus múltiples causas para  que las autoridades puedan tomar determinaciones que estén acordes  a las cambiantes necesidades de la población. 

Con información útil en caso de una balacera

Los alumnos de todas las escuelas de Río de Janeiro tendrán que usar uniformes que pongan su tipo sanguíneo y el factor Rh.
Así lo determinó una ley aprobada por el Concejo municipal y que el alcalde de esta ciudad, Marcelo Crivella, intentó vetar infructuosamente.
Las informaciones sanguíneas, que podrán facilitar la atención médica en casos de urgencia, tendrán que estar en la parte superior derecha del uniforme de los estudiantes, sea en la camiseta o en el suéter, y podrán ser pintados o bordados de cualquier forma, siempre que sean permanentes, de acuerdo con la nueva legislación municipal.
La ley fue aprobada en marzo de 2016 por la Cámara Municipal, aunque la Alcaldía recurrió a la Justicia para intentar derrumbarla con el argumento de que viola el principio de separación de los poderes y crea un vicio de iniciativa, es decir, que da nuevas tareas al Poder Ejecutivo.
El Órgano Especial del Tribunal de Justicia del Estado de Río de Janeiro que analizó el recurso de la alcaldía decidió la semana pasada que no hay ninguna inconstitucionalidad en la nueva normativa y que ya puede ser aplicada.
El juez Gabriel de Oliveira Zéfiro, instructor del caso, aseguró que, aunque la norma cause gastos en la administración pública, no generará nuevas atribuciones a la Alcaldía, que ya tiene el papel constitucional de garantizar la protección a los niños y adolescentes, y consideró el recurso de la municipalidad como improcedente.


El objetivo predilecto de los uniformados son los jóvenes
La intervención militar en la seguridad del estado de Río de Janeiro puso a los jóvenes negros cariocas en alerta: la experiencia muestra que son las principales víctimas de los abusos y las represalias de la policía y las fuerzas armadas.  
Inquietos por las consecuencias que puede tener en su comunidad esta inédita situación, dos conocidos youtubers y un periodista de la favela de Rocinha lanzaron un video con recomendaciones a seguir en caso de abordaje por parte de agentes de seguridad, para evitar problemas. En los últimos días, esta suerte de “manual de supervivencia” se volvió viral en las redes sociales brasileñas, donde ya ha sido visto por más de 2,5 millones de personas.
Evite salir de casa a altas horas de la noche. No vaya sin documentos. Avise a sus amigos dónde estará. Intente ir siempre acompañado. No deje de andar con su celular y utilícelo para grabar la cara de los agentes, su uniforme y la patente de los vehículos. En lugares públicos, evite el uso de paraguas largos que pueden ser confundidos con armas. No acelere el auto cuando sea abordado. No haga movimientos bruscos. Lleve comprobantes de pago de las cosas valiosas con las que anda. Tenga a mano el teléfono de un abogado. Estos son algunos de los consejos prácticos, acompañados por comentarios, que en la grabación de casi tres minutos dan los youtubers Adilson “AD"”Junior y Spartakus Santiago y el periodista Edu Carvalho.
“La gente no sabe el infierno que vivimos a diario los jóvenes negros en Brasil. Hay un racismo estructural que inmediatamente nos identifica como bandidos, narcotraficantes o asesinos; somos vistos como una amenaza. Y ahora, la intervención militar va a agravar lo que ya sucedía”, advirtió el mineiro AD Junior, licenciado en Comunicación de 31 años, quien normalmente trabaja con refugiados en Alemania pero pasa largas temporadas en Brasil.
La idea del trío surgió cuando el presidente Michel Temer decretó la intervención militar en la seguridad del estado de Río de Janeiro. AD Junior había leído un texto creado por el actor, director y productor teatral Rodrigo França con estas recomendaciones y lo subió a su página de Facebook. Pero su cuenta fue pronto bloqueada por presentar “contenido impropio”, según denunciaron otros usuarios que leyeron el mensaje. “Hay una minoría de personas blancas conservadoras y racistas que siempre trata de silenciarnos y dominan las redes. Parece que cuanto más oscuro es nuestro color de piel, menos visibilidad quieren que tengamos”, apuntó.
Mientras presentaba su descargo a Facebook, a AD Junior se le ocurrió transformar los consejos en un video simple y distribuirlo por los canales de YouTube suyo y de su colega Spartakus Santiago, publicista de 23 años, así como de los contactos de Edu Carvalho, estudiante de Periodismo de 19 años que trabaja para la página www.faveladarocinha.com. Cada uno grabó su parte, lo editaron y lo pusieron online el pasado sábado. La respuesta fue impresionante; el video se expandió rápidamente por todas las redes sociales.
“Nos sorprendió la gran repercusión que tuvo. Mucha gente al principio pensó que buscábamos ser irónicos, que era una suerte de broma, pero las situaciones que contamos ahí son cosas que sufrimos nosotros, nuestros parientes y amigos. Se basan en conversaciones que tenemos en casa y en los consejos que nos dan nuestras madres para evitar que nos suceda algo más grave frente a los abusos de las fuerzas de seguridad”, destacó preocupado Spartakus Santiago.
De acuerdo a un estudio del año pasado del Foro Brasileño de Seguridad Pública, la tasa de homicidios en la población negra es casi 2,5 veces mayor a la de los blancos, y una de las principales causas es el accionar letal de la policía.   
Según datos del Instituto de Seguridad Pública, en el estado de Río de Janeiro, nueve de cada diez muertos por la policía son negros o pardos.