Las bocas de urna daban el triunfo a los europeístas

Viernes 24 de junio de 2016
El líder del Partido Unido de la Independencia, Nigel Farage.

Un sondeo y uno de los líderes de la campaña contra la Unión Europea concedieron ayer una ligera ventaja al campo proeuropeísta en el histórico referéndum británico sobre la UE, que mantiene en vilo al continente y a los mercados mundiales.
La organización YouGov dio un resultado de un 52% de votos a favor de que el Reino Unido permanezca en la UE y un 48% en contra, apenas minutos después del cierre de los colegios electorales, a las 21.
Los resultados son ajustados y es demasiado pronto para darlos como definitivos. Pero estos resultados, sumados a las recientes tendencias y precedentes históricos, sugieren una victoria de la permanencia" en la UE, explicó su comunicado de prensa.

Paralelamente, el líder del Partido de la Independencia del Reino Unido (Ukip), Nigel Farage, declaraba a la emisora Sky News que "al parecer el voto para quedarse [en la UE] ganará".
Farage, que sacudió una y otra vez la escena política británica con sus ataques a los inmigrantes, destacó que la campaña había sido "extraordinaria" y que, según sus datos, la asistencia a las urnas había sido "excepcionalmente alta".
Los resultados oficiales no se conocerán hasta bien avanzada la madrugada de hoy.
La salida británica supondría el mayor cuestionamiento al proyecto europeo en su más de medio siglo de historia.
Unos 46,5 millones de electores estaban llamados a participar en el referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la UE, tras dos meses de agotadora campaña.
" Debe el Reino Unido seguir siendo miembro de la Unión Europea o abandonar la Unión Europea?" era la pregunta de la consulta.
Nunca en la historia de la UE un país ha votado para abandonar el proyecto nacido en los años 1950. En el Reino Unido, el último referéndum de este tipo se remonta a 1975, cuando los británicos dieron el "sí" a la permanencia en el bloque.
La bolsa de Londres  y las grandes plazas europeas cerraron ayer con fuertes alzas movidas por la convicción de que el Reino Unido seguirá en la UE.
Las apuestas acabaron siendo mejor termómetro que las encuestas en los últimos comicios, generales y referéndum de independencia escocés, y éstas eran claras: 81% de posibilidades de que gane la permanencia.
El primer ministro británico, David Cameron, que fue quien decidió convocar el referéndum y que se juega su futuro político en la consulta, votó en el centro de Londres poco después de la apertura, sin dar declaraciones.
Más suspenso tuvo la votación de otro de los líderes de la campaña anti-UE, el exalcalde de Londres, Boris Jonhson, que llegó apenas 18 minutos antes del cierre de su centro electoral.
Inmigración, economía, soberanía, independencia o interdependencia... Todos los temas suscitaron controversia y agrios debates, hasta el punto de dividir en dos a la sociedad británica.
Una salida atizaría las demandas de los independentistas escoceses y de los republicanos norirlandeses. Finalmente, dejaría en territorio desconocido a millones de inmigrantes europeos en el Reino Unido y de británicos en la UE.
Otros países como Holanda, o incluso Francia, muestran en los sondeos unos niveles de euroescepticismo muy elevados.