Las abuelas revelan sus secretos de cocina

Domingo 22 de octubre de 2017
Amor a la familia, repiten las abuelas que es el ingrediente clave en cada preparación. | Foto: Marcelo Rodríguez
Son el centro de las reuniones familiares y el motivo por el que esos encuentros se siguen realizando. A su alrededor se congregan grandes y chicos para que ellos, evocadores de un pasado que les parece presente, relaten sus vivencias, anécdotas, amores, enseñanzas… porque “más sabe el diablo por viejo que por diablo”, se los habrá escuchado decir en algún momento.
Y así es, aunque muchas veces acallados y venidos a menos por una sociedad que los posterga, los adultos mayores tienen una cargada experiencia para compartir con las nuevas generaciones. Experiencias aprendidas con el trabajo, con el dolor de abandonar un hogar en busca de otro que les ofrezca un mejor futuro, con las pérdidas, con las alegrías.
Dentro de ese abanico de posibilidades, las historia culinaria ocupa un papel sobresaliente. Porque no hay nada que le guste más al ser humano que comer; y más si ese platillo está cargado de la historia de sus antepasados. Porque la comida es una comunión entre el joven y el viejo, entre padres e hijos y así hasta que la cadena se siga manteniendo y reinventándose.
Los hombres y mujeres que componen este informe hacen el rescate de los platos de su libro culinario, los más importantes de su familia, los ritos que giran en torno a su preparación, las fiestas en las que se sirven y el modo y momento en que lo aprendieron.
En la edición de hoy, El Territorio se mete en la cocina de abuelos misioneros con el afán de darle notoriedad a esa sapiencia popular.
Así aparece el borí borí de doña María Eva Duarte, una histórica locataria del Mercado Modelo La Placita, quien dice que “en mi familia yo siempre implemento la comida que resalta a nuestra cultura misionera”.
O en la zona Norte, en San Pedro, las historias de Miguelina Jakubow, un baluarte de 85 años que marcó a sus hijos y nietos con sus enseñanzas al punto tal que ellos hoy mantienen viva cada una de sus tradiciones a la hora de cocinar los pierogi.
En Campo Grande, el matrimonio compuesto por Odulia y Ceferino recuerda sus años en la tarefa o de ardua labor en la chacra. Y traen a la retina todo lo que vivieron a la hora de criar a sus trece hijos con uno de sus platos favoritos: el locro.
Todo ello se plasma en las páginas que siguen las historias de estas familias que alzan las banderas de la cultura intangible gastronómica de la región. Se refleja también que existe un miramiento técnico en cada preparación, muchas veces inconsciente por parte de ellos. Algo que tiene que ver con los objetivos que tienen a la hora del plato concluido.
A continuación, un homenaje a los más viejos y queridos de la casa y sus platos regionales favoritos.

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