La emoción toma las calles

Cuando la saudade llegó a la ciudad carioca, de a poco los Juegos Paralímpicos vuelven a encender la llama y de una manera más emocional y por ello especial, imperdible para el que puede vivir en carne propia el verdadero sentido de la entrega total en cada competencia.
Aún en Río de Janeiro se viven días de respiro con respecto a los recientemente finalizados JJ.OO. Las cosas volvieron, por lo pronto, a la normalidad, y los turistas ya no son decenas de miles como hace unas semanas.
Lo que sí se puede ver es cómo se van adaptando rampas y ocupando de la movilidad de los atletas con discapacidad que desde el 7 de septiembre serán las estrellas de unos Juegos Paralímpicos que prometen quedar en la historia.
Ayer, la delegación argentina tuvo su despedida oficial antes de partir hacia la Ciudad Maravillosa por parte del gobierno nacional y el Comité Paralímpico Argentino.
Entre ellos estuvo el atleta de la tierra colorada Jonathan Avellaneda, que se encuentra en la puesta a punto en el Cenard para competir en salto en alto.
Jonhy, de Colonia Delicia, con una marca de 1,69, la mejor de su carrera, logró ser convocado para vivir y soñar en grande en la cita máxima del deporte adaptado.
Y como premio llegará a Río junto a su familia y su entrenador en Eldorado, José “Leo” Ibarra, por lo que la contención y el disfrute serán a pleno.
Por otra parte, estará la ciclista posadeña Mariela Delgado, con grandes chances de medalla tras su paso triunfal por competencias mundiales que ya la tuvieron en el podio, y podría repetir rivales, por lo que las expectativas son altas.
La Argentina contará con 85 atletas y participará en quince disciplinas. Todo va tomando color para que el 7 de septiembre, en el Maracaná, el tenista Gustavo Fernández marque el camino como abanderado de una delegación récord para el país en un Juego Paralímpico, y en ella dos misioneros, algo también histórico para la provincia.