La Corte se quedó con la investigación a Lula da Silva

Miércoles 1 de junio de 2016
En San Pablo, obreros y estudiantes se manifestaron a favor del PT, lo que replicó en muchas otras ciudades.
La Corte Suprema de Justicia de Brasil le concedió una victoria al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva ayer cuando decidió no devolverle a un juez una investigación por corrupción en contra del mandatario. Lula había acusado al juez de parcialidad por enfocarse en su contra injustamente.
En una decisión de ocho votos a favor y dos en contra, la Corte, el más alto tribunal de Justicia del país le quitó la competencia del caso Lula al juez Sergio Moro, que lidera una investigación de un entramado de corrupción de sobornos a cambio de contratos en la estatal petrolera Petrobras.
Moro, un juez de Curitiba, se ha vuelto en una figura importante del aparato judicial brasileño en los últimos dos años mientras adelantaba la investigación en la que han sido involucrados acaudalados hombres de negocios y prominentes figuras del espectro político brasileño.
Moro fue acusado de no actuar imparcialmente a principios del mes cuando ordenó detener temporalmente y conducir a Silva para que se le tomara una declaración en un interrogatorio como parte de la investigación de Petrobras.
Los partidarios de Silva dicen que Moro está adelantando una campaña en contra del líder del Partido de los Trabajadores y temían que el juez detuviera a Silva indefinidamente, una decisión que se cree que es poco probable que la Corte Suprema tome, al menos en el corto plazo.
La plenaria de la Corte no ha estudiado varios recursos de apelación sobre unas órdenes que suspendieron el nombramiento de Lula como jefe de gabinete del gobierno de su sucesora, la presidenta Dilma Rousseff, lo que le daría una mayor protección legal frente a este tipo de investigaciones.
Según la ley brasileña, sólo la Corte Suprema puede autorizar una investigación penal en contra de un ministro del gabinete o de un congresista y sólo dicho tribunal puede ordenar su detención.
El nombramiento de Lula ha estado en el limbo durante las últimas semanas a la espera de que la Corte Suprema decida sobre los recursos de apelación. Lula, que fue presidente de Brasil de 2003 a 2010, ha negado haber cometido ilegalidad alguna.
Entretanto, miles de manifestantes se reunieron en ciudades de cinco estados de Brasil para apoyar a Lula y a Rousseff, sobre quien pende la amenaza de que se le adelante un juicio político en el Congreso por presuntamente violar normas fiscales.
Los manifestantes se vistieron de rojo, el color que es símbolo del izquierdista Partido de los Trabajadores, o PT, al momento de reunirse en Brasilia, la capital del país, en el centro financiero de Sao Paulo y en otras urbes cariocas.
Las chances de que Rousseff sobreviva un juicio político en el Congreso han disminuido notablemente luego que el partido político más grande de Brasil, el partido Movimiento Democrático, o PMDB, se retirara del Gobierno. Esa decisión también ha creado confusión acerca de la permanencia de algunos ministros en el gabinete oficialista.
Líderes del PMDB dijeron el martes que todos los ministros de su partido así como cientos de empleados federales debían renunciar de manera inmediata a sus cargos.
Pero la ministra de agricultura, Katia Abreu, dijo en Twitter que no tenía planes de dejar el cargo o salirse del partido que se retiró del Gobierno.