La campeona que dio la chacra misionera

Miércoles 21 de marzo de 2018
“Se conoce como perseverancia a aquel valor que disponen algunos seres humanos en su actuar y que implica la constancia, la firmeza y la tesón en la obtención de algo”, reza la frase acerca de las personas que trabajan duro en post de sus metas sin flaquear ante los obstáculos. Y sin lugar a dudas esta definición se pega a la voluntad de hierro de la multicampeona provincial de triatlón, Viviana Cukla (36).
“Cuando empecé no sabía nadar, en la chacra no existía eso de ir a natación y en mi familia nadie hacía deportes”, recordó Viviana, hoy una reconocida abogada del foro local, título que también le llevó esfuerzo y dedicación.
Oriunda de la localidad de Gobernador Roca, la atleta misionera comenzó su carrera por el triatlón -que combina la natación, el ciclismo y el pedestrismo- allá por el 2001, en tiempos de crisis en los que trabajaba en Oberá como secretaria  en un consultorio médico. Un día de aquellos, un profesor de educación física pegó un papel promocionando sus clases de natación y eso le despertó curiosidad y ganas de aprender.
“No tenía dinero para pagar así que el profesor Pepe Martínez me indicó que le dijera a los otros entrenadores que era una triatleta de la provincia así entrenaba gratis pero yo sólo nadaba perrito”, dijo entre risas.

Una reliquia de dos ruedas
Hoy esos recuerdos la llenan de orgullo porque la construcción de esta “forma de vida” como ella describe su cotidianeidad con el deporte como base, fue realmente a puro corazón. Su primera bicicleta se la prestó una tía de San Vicente, que tenía como hobby el ciclismo, y luego un tío fue otro de los benefactores con su carrera, ya que le otorgó un rodado que había traído de Suiza.
“Mi primer triatlón lo hice a los tres meses de entrenamiento con la bicicleta de mi tío que había traído de un viaje y era vieja pero linda; como una reliquia, con un cuadro antiguo y con la que incluso corrí después en el circuito entrerriano -uno de los mejores del país-”, recordó emocionada.
En esas primeras competencias “realmente sufría mucho, mi cuerpo se sometía a dolores nuevos, además no tenía entrenador, iba evolucionando preguntando a otros atletas por ciertas técnicas y formas de entrenamiento”.
Es que su alma competitiva no la dejaba rendirse fácilmente y fue lo que la llevó a ganar sus primeros trofeos en duatlón y después triatlón y que su nombre saliera en los diarios. “Salir en El Territorio también era algo emocionante y hasta me hizo seguir en esta carrera. Me acuerdo que en mi primera competencia salí en el diario y en la foto decía ‘Cukla debutó y ganó’...fue muy motivador”.
Recordando aquellas épocas a Viviana la voz se le entrecorta al traer a su mente una anécdota.“Con mucha expectativa de ganar, una vez me fui a correr solita al Centro de Convenciones, y no me sentía muy bien y encima terminé segunda, así que el trayecto en bici a mi casa venía llorando a mares, no es fácil no sentirse acompañada, por eso valoro mucho hoy tener a mi pareja Juan Carlos Agulla apoyándome en cada carrera y también entrenar con Claudio Viñas”.

“Hay que usar lo que uno tiene”
En su núcleo familiar no había alguien que la apuntalara en el deporte pero eso no le impedía a Viviana entrenar en el potrero que tienen sus padres en la chacra de Roca.
“Tengo un espacio grande en un potrero atrás de mi casa que tiene una empinada muy importante y  ahí solía hacer mis entrenamientos de la parte de trote y tiradas. Hay que usar lo que uno tiene”, reflexionó.
En cuanto a su actualidad, el domingo la triatleta volvió a sumar una nueva corona provincial y junto a Rafael Noguera son dos emblemas misioneros que se mantienen vigentes y se los ve disfrutar.
“Parece que nos resistimos a retirarnos (risas). Es muy gratificante porque te demuestra que a pesar de que pasan los años a veces no es una cuestión de edad sino de actitud y de constancia; también de mantenerse con energía y con perseverancia. Hoy me siento mucho mejor que cuando corría hace unos buenos años atrás, sufro menos y lo disfruto más”.
Es que realmente debe ser una pasión el motor para seguir ‘en la pelea del campeonato’ después de tantos años, ya que son tres deportes los que requieren entrenamiento. “Para que me dé el tiempo sacrifico otras cosas y hasta me puedo considerar una persona un poco antisocial porque no asumo actividades que me hagan renunciar a mi entrenamiento. Por ejemplo, el sábado a la noche tuve un casamiento, no podía faltar, se casaba una amiga, fui y tomé agua mineral y 1.30 desaparecí de la fiesta porque corría el domingo”.
Así es el compromiso de Viviana, aquella chica que no sabía nadar y cuyos recuerdos hoy le traen emoción y hasta risas, y su vara, lejos de estancarse, sube cada vez más y la misionera por estos días se alista para llegar en junio a decir presente al Mundial de Eslovaquia, un medio inronman, al que clasificó el año pasado en una prueba de Foz de Iguazú.
“Estoy intentando conseguir recursos económicos para viajar. Espero cumplir esa meta porque me llevó mucho esfuerzo lograr la clasificación”, comentó la campeona que sabe de sacrificios y seguro luchará una vez más para concretar este sueño.

Sin excusas para soñar

“Tengo un espacio grande en un potrero atrás de mi casa que tiene una empinada muy importante y ahí solía hacer mis entrenamientos de la parte de trote y tiradas. Hay que usar lo que uno tiene”


Por Roxana Ramírez
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