El líder independentista catalán, Carles Puigdemont, deberá comparecer de nuevo el 4 de diciembre ante el juez en Bruselas encargado de decidir sobre su extradición, una petición de la justicia española que ayer apoyó la fiscalía belga.
“El fiscal pidió la aplicación de la euro-orden” ante el juez, informó a los periodistas uno de sus abogados, Christophe Marchand, al término de la audiencia celebrada en el imponente Palacio de Justicia de Bruselas.
El presidente catalán cesado y cuatro ex consejeros de su gobierno, sobre quienes también pesa una euro-orden, lograron esquivar a la horda de fotógrafos y cámaras a su llegada al tribunal, que fue anunciada por su entorno.
Rajoy acatará la decisión
El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, aseguró ayer que acatará la decisión de la justicia belga, que debe pronunciarse sobre el mandato de entrega emitido por España contra Carles Puigdemont por su papel en la declaración unilateral de independencia en Cataluña.
“Yo confío en el Poder Judicial y, sobre todo, lo respeto y acato sus decisiones”, aseguró Rajoy al término de una cumbre en Gotemburgo (Suecia), preguntado sobre si confía en la justicia belga y en que acabe aceptando la extradición del presidente catalán cesado y de otros cuatro miembros de su ejecutivo a España.
Sus declaraciones se produjeron minutos después del final de la vista en Bruselas sobre la orden de entrega. Durante la misma, la fiscalía belga pidió al juez que acepte la euro-orden contra los políticos catalanes.
“A mí no me oirán más, sea lo que sea, que respeto y acato las resoluciones de los tribunales de justicia”, agregó Rajoy en Suecia.
El trámite judicial se extendería hasta enero
BRUSELAS. Aunque la Cámara del Consejo bruselense apruebe la petición de la justicia española, los políticos independentistas prevén agotar todos los recursos posibles, lo que podría prolongar el proceso en Bélgica hasta al menos fines del mes de enero, según los juristas consultados por los medios internacionales.
Mientras tanto, las cinco personas no pueden salir de Bélgica sin autorización del juez que lleva adelante la referida causa.
Además los ex funcionarios catalanes tienen el deber de comunicar su dirección y obedecer a todas las citaciones judiciales y policiales, tal y como decretó el juez el 5 de noviembre después de que se entregaran.
La estancia de Carles Puigdemont en Bélgica puso en un aprieto al gobierno de coalición belga liderado por el sector francófono-valón.
Además esa situación generó diversos roces con el Poder Ejecutivo de Mariano Rajoy, molesto por los llamados al diálogo y la condena de la violencia en Cataluña de su homólogo belga.
Pocos son los casos en los que se rechaza la ejecución de una euro-orden, puesto que este procedimiento se basa en el principio de “confianza mutua” entre sistemas judiciales que se presuponen cercanos.