Impulsan acciones para combatir el drama de los niños sin DNI

La falta del DNI vulnera el derecho a la identidad de un niño y, a su vez, su derecho a la educación y a la salud. La Defensoría de los Derechos del Niño, que depende de Vicegobernación, creó en 2013 un programa para darle solución a este problema latente en los hogares convivenciales.
Un equipo de abogados y psicólogos inició el relevamiento en toda la provincia y El Territorio accedió a un informe preliminar. Se trabajó en 23 hogares buscando la línea biológica del menor, se logró tramitar 75 documentos y se consiguieron 35 partidas de nacimiento de niños de otras provincias. El dato no es menor teniendo en cuenta que se refiere a chicos que llegan a los hogares, medida judicial mediante, apenas conociendo su nombre de pila o veces sólo un apodo. Desconocen su fecha de nacimiento, su edad, los datos de sus padres.
Si bien las acciones son evidentes el drama de la identidad persiste y lo expone el propio equipo de trabajo de la Defensoría. "Todavía existen obstáculos respecto del acceso al documento de identidad, se encuentra la imposibilidad de tramitar el DNI de aquellos niños y adolescentes que nacieron fuera de la provincia, ya que es necesario contar con la correspondiente copia del acta de nacimiento actualizada en los últimos seis meses, y es difícil su obtención y nuestro Registro Provincial de las Personas no cuenta con mecanismos para facilitarlos".
"Otra cuestión que dificulta tramitar los documentos es, que en los centros de documentación requieren del DNI de los padres 'porque el sistema (software) lo necesita para iniciar el trámite', circunstancia que no tiene en cuenta en lo más mínimo a los niños y adolescentes, debido a que la historia de vida de aquellos que se encuentran bajo medidas de protección, es justamente que no 'hay padres presentes', otra vez el sistema tiene como punto de partida al adulto; y no al niño y/o adolescente sujeto de derecho”, se destaca en el informe oficial.
En Misiones, en los distintos hogares, se encuentran niños y adolescentes que no cuentan con sus respectivos documentos; ya sea porque, al momento que se dispone la medida de protección de parte de los Juzgados de o con competencia de Familia -Defensorías Oficiales y/o la Dirección del Menor, Familia y Discapacidad dependiente del Ministerio de Desarrollo Social- no se solicita la entrega del DNI o cuando lo requieren quedan archivados en el expediente en los juzgados; o bien, a su vez, hay casos en los cuales los niños no poseen sus documentos por pérdida y/o destrucción y en el peor de los casos, existen aquellos que no han sido inscriptos y por ende carecen de identidad en el sentido formal. En esas situaciones, la Defensoría mediante resolución administrativa, generó los mecanismos de referencia para acceder al primer documento de identidad. Se requirió la rápida inscripción al Registro de las Personas. “Por eso solicitamos a los organismos del Estado, a todos (educación, salud) que promuevan la documentación de niños y adolescentes, y en casos extremos que denuncien, pero no podemos tolerar o dejar pasar esto" precisó Miguel Molina, defensor de los Derechos del Niño.




Cada vez menos chicos viven en los hogares Buenos Aires. Cada vez son menos los chicos y las chicas que viven en una institución al cuidado del Estado. Según un relevamiento nacional presentado días atrás por la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) y Unicef, en los últimos tres años el número de niños institucionalizados en el país se redujo en un 37%.
Los chicos, chicas y adolescentes sin cuidados parentales son aquellos que por algún motivo no viven con sus familias de origen e ingresan a una institución o un programa de cuidado familiar. En Argentina hay 9.219 niños y adolescentes en esa situación de los cuales, casi la mitad reside en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en la provincia de Buenos Aires. El 53,3% son mujeres y el 46,7%, varones.
El primer estudio sobre la “Situación de niñas, niños y adolescentes sin cuidados parentales” se hizo en 2012. En estos tres años el número de chicos institucionalizados no solo bajó, sino que aumentaron los egresos de aquellos que pudieron revincularse con su familia de origen o ampliada.
“La mayoría de los niños y adolescentes egresa de una institución de cuidado porque pudo ser revinculado con su familia de origen”, destacó Manuela Thourte, especialista en Protección de Derechos de Unicef. En otras palabras, casi 7 de cada 10 chicos pudieron regresar a su casa, una vez resuelto el conflicto que generó el alejamiento, o se integraron a su “familia ampliada”, esto es primos, tíos, abuelos o adultos cercanos que asumieron las tareas de cuidado y tutoría legal.
Los otros dos motivos de egreso son la mayoría de edad (12,1%) y la adopción por parte de una nueva familia (8%). “Es importante que los chicos que egresan al cumplir los 18 años lo hagan con un proyecto de vida autónomo”, indicó Thourte. Éste es uno de los principales desafíos que enfrenta el Sistema de Protección del Estado: actualmente, el 8,2% de los adolescentes se va del hogar que lo contuvo hasta los 18 años sin saber dónde va a vivir ni de qué va a trabajar.
Al igual que en la medición anterior, la violencia es la principal causa de ingreso al Sistema de Protección del Estado: más de la mitad de los chicos que vive en hogares fue separado de su familia por situaciones de maltrato grave (52,6% de los casos), en tanto el 22,8% sufrió abandono y el 19% abuso sexual.