Iba a ser la Casa de la Memoria, pero se convirtió en aguantadero

Jueves 24 de abril de 2014
El edificio ubicado en el bulevar de la avenida Corrientes, en la intersección de la calle Belgrano, se cae a pedazos. Por décadas funcionó en la particular edificación el comedor de la Universidad Nacional de Misiones hasta que por la creciente demanda, las autoridades debieron gestionar la construcción de otro más grande y funcional para los estudiantes. Desde entonces, se mencionó el proyecto de que al viejo edificio de la avenida Corrientes se lo transformaría en la Casa  de la Memoria.
“Esto depende de la Municipalidad, está abandonado y nadie hace nada. Por las noches eso es tierra de nadie, ya rompieron las puertas y adentro pasa de todo”, dijo Jorge, uno de los frentistas de la vieja edificación y que conoce bien todo lo que sucede en medio del bulevar.
A mediados del año pasado, el propio Rubén Zaremba, director de Derechos Humanos de la Municipalidad de Posadas, había adelantado que con respecto a la Casa de la Memoria en el ex comedor universitario había avanzadas gestiones con el Gobierno provincial para su construcción.
El objetivo por entonces, según lo explicado a la prensa, era abrir un espacio similar a la de un museo para que los estudiantes y jóvenes puedan obtener la información de las etapas sociales y políticas por las que atravesó la Argentina.
Pero en la actualidad, lo que se planificó como un lugar para no perder la memoria es, como lo acreditan los vecinos, un aguantadero.
El techo está a punto de desplomarse y en su interior hay un verdadero basurero.
El olor es nauseabundo y el abandono es evidente. De acuerdo a los frentistas, las peleas entre quienes duermen o pasan la noche en el aguantadero son recurrentes y el nivel de violencia en cada una de ellas obligaron siempre a llamar a la Policía.
“Pero no pasa nada, viene la Policía, los detienen, los calman, pero todo sigue igual a las horas o a la noche siguiente”, explican quienes viven más cerca de lo que fue por años el comedor universitario al que asistían más de 200 estudiantes, en su mayoría del interior de la provincia.

Ladrones y algo más
Quienes hablaron con El Territorio aseguraron que a veces, inclusive, los merodeadores empiezan a llegar al ex comedor al atardecer y desde entonces se enciende el alerta entre los frentistas por la posibilidad latente de que se produzcan más robos.
Además de la variedad de personas que andan sin motivos algunos por el lugar, la basura creciente que se acumula adentro y afuera está empezando a generar problemas sanitarios importantes que también preocupa a los que viven más cerca de la construcción en estado de decadencia total.
A esas situaciones que ponen en alerta a los vecinos, se suma también la sospechosa presencia de otros individuos en las inmediaciones del anfiteatro Griego, que al no ser utilizado constantemente también se convierte en ideal para quienes poco tienen que hacer por las noches.