Gambetea las barreras culturales

Miércoles 27 de mayo de 2015

A principios de 2013, el reconocido diario español Marca realizó una encuesta en la que una jugada del enganche Juan Román Riquelme fue elegida como “el caño más lindo” de los últimos tiempos en el fútbol mundial.
El otro protagonista de aquel recordado “túnel” fue el misionero David Charles Pérez, quien jugando para Rosario Central padeció ese lujo por parte de Román que lo dejó con la boca (y las piernas) abierta.
Pero la carrera del ex defensor canalla tuvo (y tiene) mucho más para destacar. Por estos días, Pérez, quien también supo vestir las camisetas de Argentinos, Chacarita, Platense, Tiro Federal y Guaraní, entre otros equipos, se encuentra trabajando en la búsqueda de talentos por el interior de la provincia con el objetivo de darles una oportunidad de probarse en clubes como Rosario Central, Atlético de Rafaela, Colón de Santa Fe o Boca Unidos.

Mediante esta búsqueda fue que Charles Pérez y su equipo de trabajo se encontraron con Becker Sosa (15), un chico mbya de la comunidad Virgen María de Puerto Leoni que se destaca por sobre el resto. Según aseguran los que más saben de ‘futuras promesas’, tiene un gran futuro y posee todas las condiciones para convertirse en futbolista profesional.
Becker tiene dos personalidades totalmente diferentes cuando está dentro y fuera de la cancha. Del otro lado de la línea de cal, sus palabras y sus expresiones son casi nulas. Se muestra sumiso y vergonzoso al momento de hablar de fútbol u otras cuestiones relacionadas al momento que le toca vivir. Sin embargo, cuando agarra la pelota e ingresa al campo de juego su rostro y su postura cambian. Toda esa timidez que tiene para comunicarse desaparece y aflora esa sangre guaraní que lleva en sus venas.
“En una de las pruebas que hicimos por el interior de Misiones lo vimos a Becker y la verdad que nos encontramos con un jugador muy destacado. Uno lo primero que observa es ‘el jugador’ por lo que hace dentro de la cancha, pero después viene la persona que está atrás de ese ‘jugador’. Sabemos que tenemos que trabajar mucho. Él es un chico muy sumiso que quizás la comunicación le cuesta un poco más que a los otros. Gracias a Dios acá hay un grupo que lo integró rápidamente, él está contento acá”, remarcó Charles Pérez en diálogo con Más Deportivo.
Becker viaja, acompañado por su padre Sergio Sosa, tres veces por semana desde Ruiz de Montoya hasta Posadas para entrenar junto a otros chicos que fueron seleccionados a lo largo y ancho de la provincia. Lo hace bajo las órdenes de Charles Pérez, quien prepara a los jóvenes para cuando surja alguna posibilidad de probarse en algunos de los clubes para los cuales trabaja.
“Becker mejoró mucho en cuanto a la potencia, que era uno de los temas que hicimos hincapié porque es fundamental para cumplir con las expectativas en alguna futura prueba. Becker marca diferencia cuando hacemos fútbol. Además de sus condiciones naturales, ahora que está incorporando otros factores está creciendo mucho como jugador”, advirtió el ex jugador de Guaraní.
Sin lugar a dudas que el intercambio cultural que se produce entre un chico que se crió en una comunidad aborigen y otro que lo hizo en otro contexto es importante y en algunas ocasiones suele resultar una barrera para aquel que llega de un lugar ‘diferente’. Sin embargo, para Becker el aprendizaje y el respeto son algo natural y no presentó ningún tipo de inconveniente a la hora de tener que relacionarse tanto con su entrenador como con sus compañeros de equipo.
“A nosotros nos sorprendió para bien la facilidad que tiene para incorporar los conceptos tácticos. Él ejecuta a la perfección cosas muy puntuales que le pedimos en los entrenamientos y eso nos tiene muy contentos. Es un chico con el cual se puede trabajar porque acata bien las órdenes, es respetuoso, buen compañero, trabaja siempre al 100% y eso es lo que buscamos”, valoró Pérez.

Lo que natura non da
Además de la facilidad para incorporar los conceptos que le transmiten sus entrenadores, Becker cuenta con lo más importante, que son sus condiciones naturales. La velocidad  y la hablidad es lo primero que destacan los que lo vieron jugar. “Aunque sabemos que llegar a convertirse en un futbolista profesional es muy difícil, en él vemos condiciones distintas a las que generalmente tienen los otros chicos. La velocidad que tiene es fundamental. En los mano a mano con los marcadores de punta él desborda siempre. Tiene buena terminación en los centros. Cuando uno ve todas esas condiciones se da cuenta que tiene un gran futuro. Nosotros le vamos a brindar todas las armas para que consiga su sueño, pero después eso depende exclusivamente de él”, finalizó Charles Pérez, quien sabe que lo primordial, que era romper la barrera cultural, ya está hecho.


“Desde chiquito le vi condiciones”, afirmó su padre
Aunque el hecho de hablar ante el grabador no le resultó para nada cómodo -al igual que su hijo-, Sergio Sosa (37), quien trabaja como auxiliar de docente en una escuela mbya de su comunidad, no pudo ocultar su orgullo al  referirse a Becker. “A los 7 años lo llevé a jugar al fútbol infantil en Ruiz de Montoya y ahí me contacté con Cubas (el padre del jugador de Boca y la selección argentina sub 20). Desde chiquito le vi condiciones a mi hijo, yo me siento bien con él y por eso lo acompaño en cada paso que da. Me gusta su estilo. Es muy buena su velocidad y manejo de pelota. Yo le veo mucho futuro. Estoy muy orgulloso y feliz de mi hijo y agradecido a los entrenadores que le dan esta oportunidad. El hecho de tener que viajar para cada entrenamiento es un sacrificio, pero lo hacemos porque sabemos que es algo bueno para él. Tengo gente que me ayuda con los pasajes, pero necesitamos un poco más de ayuda para que él siga progresando”, cerró Sergio.

Por Facundo Alzaga