En el A 3.2 ahora son mujeres las que asaltan a los del barrio

Viernes 1 de agosto de 2014
Acceso Sur. | El predio alambrado, el que intentaron ocupar semanas atrás.

En el complejo habitacional A 3.2 construido para los relocalizados por la Entidad Binacional Yacyretá (Eby), en Miguel Lanús, los vecinos e integrantes de la asociación civil Familias Unidas por Más Seguridad debieron cambiar de mirada a quienes siempre tienen el perfil de sospechosos.
Es que desde hace un par de semanas, se suceden nuevamente asaltos a mano armada en la vía pública y con cuchillos tipo navajas, pero los autores no eran muchachos con capuchas o gorras, sino chicas no mayores a los 20 años y a cara descubierta.
“Son del barrio, es así, nosotros siempre estábamos en alerta cuando observábamos a personas que no son de acá, esos muchachos que merodean entre dos o tres y todos andan con capuchas o gorras... Ahora resulta que quienes asaltan a los vecinos durante la noche son chicas, al menos dos, que ya atacaron a otras mujeres del barrio”, detalló César Melgarejo, integrante de la organización no gubernamental que funciona desde hace tres años para combatir la creciente inseguridad.

En el barrio continúan sucediendo con más frecuencia precisamente los asaltos en la calle y los robos de motocicletas. “Nosotros recuperamos o evitamos que roben varias motos, en varias ocasiones tuvimos que correr a los chorros nosotros mismos, soportando pedradas, palazos. Los chorros las arrastran por la calle y muchas veces lo logramos gracias a la intervención de los vecinos que se contactan entre sí mediante los teléfonos y podemos seguir la ruta de los ladrones”, explicó Melgarejo.
De acuerdo a las denuncias recibidas por los vecinos del barrio a los más activos de la red de vecinos en alerta, las chicas atacaron primero a una adolescente que caminaba a la noche por la vereda, a quien le arrebataron al teléfono celular utilizando un arma blanca. Y luego, ya entre dos chicas, encerraron a una mujer que había bajado del colectivo y se aprestaba a volver a su casa. “Hacen eso, se esconden en la oscuridad y siguen a sus presas hasta que consideran el momento justo para hacerlo. Lo que nos dijeron, es que a la mujer la apuntaron con el cuchillo y le sacaron la cartera con todas sus pertenencias”, explicaron desde la red Familias Unidas por Más Seguridad.

Atracos y peajes
Con los seguimientos que hacen los vecinos una vez que se dispara el alerta ante una situación de robo, los integrantes de la red vecinal más envalentonados lograron incluso llegar hasta el lugar de un desarmadero, por lo que al advertir esa situación, debieron apurar el escenario para evitar que los ladrones lograran entrar con la moto, ante el temor de que si la Policía llegara tarde, ya nada se podría hacer.
“También se dan atracos tipo peajes sobre la avenida Soldado Argentino, pero hay que resaltar que los vecinos están más tranquilos que años atrás, además nosotros ahora también contamos con la ayuda de los integrantes de la subsecretaría de Seguridad y Justicia, como por ejemplo Julio Lenzken y el comisario Víctor Ruthman, con quienes articulamos trabajos y estamos en contacto permanente”, detalló Melgarejo, quien resaltó que su organización se constituyó y fortaleció mucho antes de la aparición de los foros de seguridad.


La Policía custodia un predio
En toda la jurisdicción del complejo habitacional A.3-2 se suceden desde hace al menos dos años las intrusiones en tierras privadas y en las que pertenecen a la Entidad Binacional Yacyretá. Hace dos semanas, los vecinos involucrados en la red vecinal Familias Unidas por Más Seguridad debieron llamar de emergencia a la Policía en horas de la noche “porque había unas 70 personas que se estaban organizando para ocupar el terreno que está ubicado en el acceso Sur, sobre la calle de acceso al barrio”, dijo César Melgarejo, que reconoció la rapidez de la Policía en actuar, tanto a través del GOE como de la Montada.
Hasta ayer continuaban los integrantes de la última sección custodiando el predio, ante los constantes rumores de una nueva intentona de las familias que buscan entrar al terreno que, inclusive, está alambrado.