En Candelaria, las familias de oleros piden asistencia

Jueves 27 de abril de 2017
"Aquí vienen a sacar fotos y nunca traen ni siquiera harina". | Foto: María R. fernández
Los oleros de esta localidad se encuentran en el barrio 2 de Febrero, se trata de un centenar de familias que vive de manera precaria con las casas llenas de rendijas, sin piso, con techos en muy malas condiciones.
Las condiciones en las que viven afectaron la salud de muchos de ellos, que no tienen dónde cocinar, hacen fuego en el suelo dentro de la casa cuando llueve y si no en los patios. Muchos tienen lonas sobre las casas para reducir el ingreso de agua de la lluvia o el rocío de las madrugadas.
Roberto Medina habló con El Territorio respecto de las necesidades que padecen allí e hizo graves denuncias: “Aquí vienen, sacan fotos cada dos por tres, sacan fotocopias de los documentos de todos, diciendo que era para una ayuda de mercadería y chapas y de algo de 7 mil pesos o algo así”.
“No se cuántas veces vinieron con la misma historia llevaron toda la documentación y ninguna de las veces han traído siquiera una harina de maíz barata para comer una polenta. Ahora llueve, no podemos trabajar y se come lo que hay, si no, no se come. Ahora optamos por criar algún animal para tener carne aunque sea, mi esposa es asmática, esta situación agrava su salud, nosotros vivimos sobre el barro ya que ni piso tenemos en la casa”, expresó el hombre casi con desesperación. Agregó que durante los temporales nadie se acercó.
“Necesitamos asistencia urgente, somos humanos y que vengan a ver como vivimos, muchas veces las autoridades provinciales ni se enteran de lo que pasa  en los pueblos porque confían en quienes nos representan a nivel local pero pido por favor ayuda”, dijo.
Lidia Mercedes, vecina del barrio, acotó que cada día salen a buscar changas. En total, son ocho los integrantes de la familia. Mercedes va muy poco al médico porque le cuesta caminar, padece diabetes y vive postrada en una cama al costado del lugar donde cocinan. “No pido mucho, sólo atender mi salud y una casa digna”.
La situación de estas dos familias es similar en las demás casas. Cuánto más cerca del río están, más problemas tienen, todas son viviendas muy precarias con muchísimas necesidades. Los oleros denuncian no tener ya ni herramientas como palas o carretillas para realizar el trabajo de la manera adecuada.