El regreso de malena solda

Martes 22 de agosto de 2017

Malena Solda es una actriz que cultiva el bajo perfil, incluso lo hizo cuando en sus comienzos estalló el frensí de Montaña rusa. Tenía tan sólo 16 años. Sus primeros pasos los dio con Hugo Midón y cuando el medio parecía devorarla se fue a estudiar teatro clásico a Londres. A su regreso supo surfear distintos momentos de la profesión, pasando por tiras exitosas (Los ricos no piden permiso, Mujeres asesinas, Gasoleros), cine y piezas teatrales con la misma solidez. Su talento fue reconocido con varios premios. Ayer, el desafío le llegaba con la remake de la reconocida serie española Cuéntame cómo pasó, que ya lleva 18 temporadas al aire en su tierra natal y cuyo formato se vendió a 20 países. Acá contará la historia de una familia de los suburbios de Buenos Aires, entre los años 1974 y 1983, mientras refleja además las transformaciones que tuvo el país y el mundo en ese período.
Entusiasmada con esta propuesta, la actriz charló sobre esta novela, que se estrenaba anoche, a las 22, por la TV Pública.

De las historias que tiene la ficción, ¿cuál te parece que va a enganchar más?
De las historias de amor, que son varias, la de nuestros personajes, el de Nico (Cabré) y el mío, me parece preciosa. Además, muy reconocible: una pareja de muchos años con tres hijos y lo difícil que es poder mantener el vínculo sensible, vivo y amoroso, cómo se relacionan ellos frente a los demás y en la intimidad cuando están en su habitación y el mundo es otro. La relación es muy hermosa.

¿Qué es lo mejor de esta tira?
Tiene una reconstrucción de época impecable y todos estos detalles no son sólo visuales sino que la historia del país también es una forma de hablar de los personajes, y al revés. Por otro lado, tiene contenido, pero que no se olvida de lo central de una telenovela que son las historias de amor. El elenco y la calidad del trabajo es excelente, desde la reconstrucción de época hasta los guiones donde se tocan temas que habitualmente no se ven en las novelas pero que son nuestros, como el aborto, las expectativas que tenemos los padres con respecto a los hijos, entre otros.