El nuevo gobierno de Brasil y la imprevisible bomba de Cunha

Viernes 21 de octubre de 2016
Muchos comparan a Cunha con el despiadado Frank Underwood, de la serie televisiva ‘House of cards’.

Michel Temer no sería presidente sin el impeachment tramado por su colega Eduardo Cunha, pero si el otrora poderoso diputado conservador, detenido el miércoles, decidiera revelar los laberintos de la corrupción en Brasil, podría convertirse en una bomba para el gobierno.
“Cunha tiene un potencial destructivo muy grande”, dijo a la AFP Alberto Almeida, director del Instituto Análise.
El expresidente de la Cámara de Diputados, un lobo político de 58 años a quien muchos comparan con el despiadado Frank Underwood de House of cards, cayó el miércoles en las redes del juez Sergio Moro, que investiga el escándalo de corrupción de Petrobras, y la posibilidad de que negocie una reducción de pena a cambio de confesiones causa sudores fríos en los pasillos del poder.

"¿Quién en Brasilia estaría inmune a una declaración premiada de Cunha?", se pregunta el profesor de Derecho Ivar Hartmann, de la Fundación Getulio Vargas en Río de Janeiro, al recordar que el llamado caso Lava Jato se ha llevado por delante a encumbrados empresarios y a importantes políticos de varios partidos y que tiene también en la mira al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT).
Sin ir más lejos, tres ministros de Temer tuvieron que renunciar al verse salpicados en este escándalo cuando el todavía presidente interino apenas llevaba un mes en funciones, en sustitución de Dilma Rousseff, del PT, destituida bajo la acusación de manipular las cuentas públicas.
Uno de ellos, Romero Jucá, presentó su dimisión como ministro de Planificación tras divulgarse una grabación en la que afirmaba que Rousseff debía caer para "frenar la sangría" causada por la investigación de Petrobras.
La detención de Cunha era esperada, pero verlo convertido en delator con su gran conocimiento de los bastidores políticos no sería una buena noticia para el cuestionado gobierno de Temer, a quien la noticia sorprendió en el viaje de vuelta de Japón, según precisó la Presidencia, al negar informes de que había precipitado su regreso.
"No dudo que si Cunha tiene que escoger entre preservar la reputación de su partido o salvar su pellejo, opte por salvar el pellejo", estima Hartmann.
De hecho, en septiembre, un destituido y desafiante Cunha anunció que preparaba un libro sobre los pormenores del impeachment y recordó que 160 legisladores tenían problemas con la Justicia. Ya sin fueros, también disparó contra algunos altos cargos del Ejecutivo como el jefe de Gabinete, Eliseu Padilha; el secretario de Gobierno, Geddel Vieira Lima, o el secretario del programa de asociaciones para inversiones, Moreira Franco.
Si Cunha decide hablar "la crisis puede afectar el núcleo duro del gobierno y esto llevaría a una inestabilidad política inevitable", afirma el analista Marco Antonio Teixeira, de la Fundación Getulio Vargas en San Pablo.