El grito no se desata

Jueves 18 de septiembre de 2014

Guaraní se recuperó ayer de un mal primer tiempo, de sus urgencias para convertir y de la necesidad de darle una alegría a su gente, que casi se fue con otro 0 a 0, pero que terminó resignándose con otra igualdad, esta vez 1 a 1.
Otra vez, como en cada partido que jugó fuera de Posadas, los últimos minutos fueron los peores para el conjunto dirigido por José María Bianco, que podrá descansar con la mente tranquila tras haber abierto el marcador en casa, pero nuevamente con la tarea de aprender a cerrar los trámites.
Alan Vester, para el local a los 36 minutos, y Laliende, a los 45’ y para la visita, marcaron los goles del empate entre la Franja y Ferro, por la 8ª fecha de la Zona A de la B Nacional.

Absolutamente nada hizo Guaraní como para quebrar ese maleficio de sequía, esa racha negativa de goles que pareció hacerse eterna en los 45’ iniciales. Sin ideas, con pelotazos, ni siquiera insinuando y con un Ferro más preciso por momentos, la Franja ahogó las esperanzas de su gente, que dedicó sus cánticos a la dirigencia.
Por la necesidad, de Guaraní se esperaba otra cosa, pero los nervios se hicieron dueño y quedó evidenciado que, en Villa Sarita, se enfrentaban los dos equipos más urgidos de la Zona A.
Para colmo, Bianco tuvo que cambiar sobre la marcha, ya que Osvaldo Young chocó fuerte y sufrió un corte en la parte posterior de su cuero cabelludo. El dueño del mediocampo intentó seguir, pero la sangre continuó su escape y la variante se hizo efectiva a los 15’, cuando Darío Cardozo ocupó su lugar.
Antes y después, Milton Zárate fue quien manejó los hilos, parado como un falso doble 5, pero lanzado a la creación cuando Guaraní se quiso hacer dueño de la pelota. Como esa no fue la tendencia que prevaleció, la figura del ex Tiro Federal se fue desvaneciendo con el correr de los minutos, hasta su desaparición en la parte final del primer segmento.
Fue quizás el remate desde mitad de cancha por parte de Salmerón, que se fue apenas por encima del travesaño de De Olivera, la situación más clara para el conjunto visitante.
Y si una selección de jugadas peligrosas es meritoria en 45’, para el local llegó a los 28’ en una contra que se ejecutó a un toque. Narese picó hasta el fondo y metió en profundidad, pero el ingreso de Pirchio fue justo después del despeje de Páez.
El complemento entonces fue con mejoría en el juego, con situaciones para Guaraní, pero con un cero difícil de mover.
Las dos primeras situaciones fueron desde tiros libres, uno para Barinaga y otro para Mancinelli, uno para cada equipo. El del local se fue alto, el de la visita, ancho.
Entre minutos para uno y otros para el otro, Ferro fue encontrando aire como para inquietar y cerca de los 35’, Albarracín tuvo que cerrar con lo justo.
Pero esa réplica fue para Guaraní, que aprovechó la inteligencia del ingresado Ostrowski para inventar una falta al lado del juez de línea y ganarse un tiro libre a pedir de Alan Vester, ese defensor que está hecho para abrir los marcadores, para romper las malas rachas y para hacer delirar al Clemente Argentino.
Fue el 2, que en el Argentino A también había sido el primero en convertir, quien saltó con lo justo para dejar en el camino a Albil y quebrar esa racha injusta de 431 minutos sin goles en Posadas.
Pero cuando Guaraní no encontró la forma de aguantar el resultado, el que encontró la variante para igualar fue Ferro. En el cierre y también tras una jugada de pelota parada, marcó el 1 a 1, ahogó las esperanzas y festejó el punto.