El drama de los ferrys se tratará mañana en el Concejo

Miércoles 7 de octubre de 2015
El centenario Ramos Mejía, cada vez más comprometido. | Foto: Tatiana Lencina
La dramática situación de los centenarios ferrys generó revuelo y mañana en el Concejo Deliberante capitalino se tratará un nuevo pedido de que la comuna y la Provincia tomen cartas en el asunto y eviten el hundimiento de los históricos barcos.
Luego de la tormenta del jueves último, el Ezequiel Ramos Mejía tiene sumergida gran parte de su estructura en las costas del arroyo Mártires, en Nemesio Parma, mientras el Roque Sáenz Peña también presenta grave deterioro.
“El jueves (por mañana) vamos a realizar una presentación en el Concejo Deliberante pidiendo que el municipio intervenga. En el año 95 se declara patrimonio municipal, o sea que el municipio y la Provincia no pueden hacer oídos sordos. Esos dos barcos son únicos en el mundo, porque a diferencia de otros ferrobarcos, son los únicos que subsisten con la parte de abajo plana adaptados al río Paraná. Y además por la historia que tiene”, anunció el edil Martín Arjol, quien repasó dos pedidos del mismo tenor realizados “un año y medio atrás y hace seis meses”.
La Cámara de Diputados declaró a los ferrys Monumento Histórico Cultural-Fluvial en 2002.
Desde la Municipalidad, el director general de Cultura, profesor Víctor Cáceres, afirmó que la comuna realiza gestiones desde tiempo atrás para hacerse cargo de los ferrobarcos.
El Territorio recorrió la zona el lunes y dialogó con buzos de Prefectura que trabajan en la reparación del Ramos Mejía para evitar que se hunda por completo.
“Esto es producto de la desidia ya desde hace dos años, en el lugar en que estaban antes, con el choque que tuvieron entre sí con el que se rompieron los cascos porque no tenían la separación para eso. El Ezequiel Ramos Mejía está mucho más sobre el río que el Roque Sáez Peña, lo cual lo pone en un peligro más constante y más grave. Seguramente con la tormenta del jueves se golpeó contra las piedras”, señaló Analía Colazo Bidegain, referente de la Asociación de Ferroaficionados e hija de Sixto Colazo, el último maquinista del ferry que durante décadas transportó vehículos entre Posadas y Encarnación antes de la inauguración del puente internacional.
“La solución es que nos lo dejen reparar, pero lamentablemente el ministro de Turismo y subsecretario de Gestión Estratégica, Sergio Dobrusin, no nos deja acceder. Hay gente con mucha intención de reparar el casco, pero él no te deja acceder. Él me dijo en un mail que todavía conservo que los considera totalmente obsoletos. El año pasado yo les expliqué que la idea era sacarle las paletas al Sáenz Peña, cerca de Misiones no hay ningún dique seco, no van a aguantar ir hasta Buenos Aires. Hay que repararlo en tierra, porque lo que ellos hacen es usar unas chaponetas de madera con un hierro atravesado, sellan para subirlo a flote, pero lo ideal es que se suelde con chapa, con algo que sea efectivo y dure. Conseguimos donaciones de pintura, pero no nos dejan ayudar”, disparó Colazo.
Este medio intentó sin éxito comunicarse con Dobrusin para que brindara su versión.
Colazo opinó: “Es un atropello total a la historia. El domingo 18 cumplen 103 años y están pidiendo auxilio. Esto es la crónica de una muerte anunciada”.

El proyecto
A iniciativa de los ferroaficionados, Arjol presentó la propuesta de llevar al Ramos Mejía a la estación de trenes de Miguel Lanús, sacarlo a tierra y ponerlo en valor como museo a cielo abierto, mientras que el Sáenz Peña se repararía para instalarlo en la bahía El Brete y transformarlo en atractivo turístico.