El día comienza con una bendición

Viernes 23 de marzo de 2018
La bendición de la mañana y la comida, tradición que retomaron los monjes. | Foto: Natalia Guerrero
Posadas. La jornada empieza temprano. Antes de la salida del sol, los dos monjes se alistan para recorrer Yacyretá en el oeste de Posadas. En un predio de seis manzanas, y con el alba incipiente, la caminata empieza desde el templo ubicado en medio del barrio. Descalzos y con la túnica naranja, de lunes a viernes pasan por las casas de los vecinos, que los esperan en el portón (uno o dos miembros por cada familia).
Sentados, esperan pacientes la visita de Somsak y Sivone, con vasijas doradas llenas de frutas y verduras que luego serán compartidas con ellos. La bendición consta de un canto corto entonado en laosiano y es recibida por los representantes de la casa.
 Al término de la oración se comparte el alimento; un ayudante que acompaña a los monjes es el encargado de llevar el canasto que transporta lo que cada familia visitada quiere invitar.
Finalizando el recorrido, regresan caminando al templo, donde continúan con sus tareas diarias. La limpieza de la amplia galería es una de ellas, por eso no es raro verlos con la escoba. Los zapatos son dejados en el umbral de la puerta, ya que al lugar se accede descalzo.

Ingreso al templo
El ayudante que acompaña a los jóvenes monjes es un vecino del barrio, que antes vivió en El Brete, el primer destino del grupo de inmigrantes laosianos. Cuenta que todos los días se turnan entre varios mayores “para esta grata tarea”. Compartir es algo cotidiano en el día a día de los budistas, se comparten alimentos y el acto de comer como gran reunión.
La abuela Phet llega todos los días desde San Isidro para estar en el momento del desayuno, una de las dos únicas comidas sólidas que tienen. Trae consigo comida caliente con ingredientes de pescado y, por supuesto, arroz.
Arrodillados en sus almohadas y con la estatua de Buda a sus espaldas, los monjes esperan que la abuela disponga los alimentos sobre la mesa redonda. Comida caliente, té, frutas, agua, arroz son bendecidos con un cántico.
Primero comen los religiosos y al finalizar, los que están sentados a su alrededor pueden imitar la acción. El desayuno es a las 8 de la mañana, estando presente los ayudantes  y algún vecino; la segunda comida del día se realiza a las 11.
Sobre las alfombras dispuestas dentro del templo, el que asiste se puede sentar y charlar con los monjes, en español o en inglés. Al salir, uno de los vecinos del barrio muestra orgulloso el sillón confeccionado con botellas de plástico por los hombres vestidos de naranja. La bendición de la comida de la mañana se hace de lunes a viernes y a la tarde, Somsak y Sivone asisten a la escuela de adultos, por eso quedan en el barrio.
Mientras, los fines de semana se trasladan a la colonia, la sede la Asociación Civil Laosiana en Misiones, frente al barrio Itaembé Guazú por la ruta nacional 12, donde ayudan en la construcción del Buda Sama Samphutachao de 9 metros de ancho por 14 de alto.

Por Natalia Guerrero
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