Miedo a la vida

Sábado 27 de agosto de 2016
La Viuda, de Fiona Barton, es la apuesta de la editorial Planeta para la estación y es un thriller de esos que nos agarran del pescuezo y nos arrastran hasta la última página. Su elemento principal son los secretos del matrimonio, amplificados -o más bien distorsionados- en la caja de resonancia de la prensa amarilla. La fórmula, el domestic thriller: historias de terror cotidiano, basadas en las pequeñas cosas de la vida diaria como los periódicos, el fracaso laboral o, sobre todo, el matrimonio. El reinado del domestic thriller a estas alturas del siglo XXI contrasta con las historias góticas del siglo XVIII, cuando nos daban miedo las historias góticas con castillos embrujados o fantasmas. O con el XIX, aquel siglo de Dráculas y Frankensteins. Incluso con el XX, cuando, ya a través del cine, los zombies entraron en la cultura popular.
Hoy en día, ya no nos asustan los fenómenos de ultratumba. Las fuentes de nuestros terrores está mucho más cerca: en la almohada de al lado. O en el vecino malhumorado. Tememos a los refugiados. Tememos a los banqueros. Los ingleses temen a los europeos. Los franceses, a los burkinis. Ya no tememos a la muerte, sino a la vida y todo lo que lleve dentro. Desde el siglo XVII hasta hoy, no sé si nos hemos vuelto más racionales, pero sí mucho más miedosos.

Por Santiago Roncagliolo
Para El País