Trampa en el cajero

Una docente intentó retirar dinero de un cajero automático de Posadas el sábado por la noche. La operación se completó correctamente pero, para su desgracia, el dinero de la extracción nunca salió de la máquina. Mientras esperaba la llegada de un familiar al que pidió ayuda, sonó un teléfono instalado allí. Un empleado del banco le informaba que había sido víctima de una maniobra ilegal y que el hecho ya había sido advertido a las fuerzas de seguridad que se estaban dirigiendo en ese momento al lugar.
A llegar, los efectivos de la Policía accionaron en la máquina y descubrieron el dinero de la docente bajo una placa metálica. Además, durante el percance de la clienta, las cámaras de seguridad ubicadas en el lugar registraron la imagen de un hombre que ingresó al cajero, pero se marchó cuando el teléfono de la entidad comenzó a sonar.
Tras la denuncia de la mujer y con las imágenes registradas en el cajero, la Policía dio con el sospechoso en un alojamiento de Posadas, al que llegaron por otra denuncia, esta vez por falta de pago (Página 23).
La detención del sospechoso y sus supuestos cómplices fue el cierre feliz de lo que pudo ser un gran dolor de cabeza y de bolsillo para la docente. Más allá de eso, con esperar en el lugar, la mujer evitó la estafa.
Conocer el protocolo de seguridad de la entidad bancaria con la que se opera habitualmente, cumplirlo sin desesperarse ni entrar en pánico y recordar que todas las operaciones están siendo registradas tanto electrónicamente como por las cámaras de seguridad son pasos fundamentales para contar con la tecnología como aliada.

Por María Marta Fierro
Prosecretaria de Redacción
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