Flaco glosario

Lunes 20 de febrero de 2017
Dos tazas; y café mediante en la mesa de un boliche suburbano, compartiendo soledades, alientan el divague metafísico surgido desde la Nada, desde un artículo pasatista, olvidable, (aparentemente) descartable. Le comento a mi partenaire (yo lo llamo Juan Moreira porque se le parece, pero que resulta ser un anunaki camuflado, venido -asegura Moreira- “de la antigua Sumeria”) un par de párrafos que contienen la esencia: “Hay un tal Maldacena, físico argentino, que hace sus investigaciones en Princeton. Nada menos. Por donde pasó Einstein… que fue quien dijo que “todo lo que cae en un agujero negro no puede volver a salir”. Y eso, parece, según Maldacena, que no funciona para los agujeros negros chiquitos. No importa si estaba o no, uno u otro, equivocado; lo interesante es un axioma del mentado Maldacena, que además de parecernos bastante jactanciosa, dio pie a otras reflexiones de Moreira: “Dios puede haber creado las leyes que gobiernan el Universo, dijo el físico, y el Tiempo es parte de las leyes que gobiernan el Universo; no tenemos que pensar en Dios creando el Universo en un tiempo dado; el Big Bang es parte de las leyes que tenemos que entender”. Acá viene Moreira, el anunaki: “Fíjese que el glosario de la Humanidad resulta ser medio limitado, como que se ha quedado corto para definir algunos misterios que obsesionan al hombre de siempre. Dicen como si nada: Dios creó a todos los seres del universo, que viene a ser una frase más, y desde un punto de vista, tan vaga, como definir a un tsunami apenas como un fenómeno climatológico. Toda la ciencia se queda atragantada en el flaco glosario, y hasta el arte: el Paraíso de Miguel Ángel o el Infierno del Dante no son sino borradores frente a la fantasía suprema de “crear” el corazón del colibrí, las alas de la libélula, las auroras boreales en los anillos de Saturno, ¡y que todo se mueva, que funcione y que sea además, bello! ¿Cabe el universo entre estas dos tazas oscuras?”