Frondizi vuelve a iluminar

Domingo 25 de febrero de 2018
Los argentinos, estamos retrasados en la tarea común de construir una gran Nación. Cada uno de nosotros tiene responsabilidad por el éxito o el fracaso de la labor que nos hermana”. La frase de absoluta actualidad podría haberse expresado esta semana, pero fue dicha hace seis décadas por Arturo Frondizi siendo presidente de la Nación.
Frondizi llegó al poder hace 60 años.  Se afirma que Perón desde su exilio en Madrid, pidió a sus seguidores votar por  este radical disidente y desarrollista. 
Frondizi, lograba imponerse a Ricardo Balbín en las elecciones del 23 de febrero de 1958 y gobernó por cuatro años -hasta el 29 de marzo de 1962-, cuando fue derrocado dos años antes de culminar mandato por los militares.
Abogado de profesión, nacido en la ciudad correntina de Paso de los Libres en 1908, asumió en un país subdesarrollado y dependiente. Es que, por entonces, Argentina se apoyaba en su estructura productiva, básicamente en el sector agropecuario y tenía un sector industrial deficiente y obsoleto. 
Este dirigente formado entre la  generación de políticos e intelectuales provincianos y con ideas alternativas a la dirigencia porteña, apenas llegó al poder comenzó a impulsar el desarrollo, apuntó al perfeccionamiento de la industria pesada y en el crecimiento económico de las provincias. El plan desarrollista logró ponerse en marcha junto a la modernización de la Argentina, con obstáculos a raíz de la presión de la derecha que produjo más tarde un cambio en la política económica. Es que apenas asumió, promulgó la ley de inversiones extranjeras en la que basaba su desarrollo que posibilitó la radicación de capitales principalmente norteamericanos. Los peronistas nacionalistas que recibieron algunas concesiones -como una amnistía general para crear una nueva Ley de Asociaciones Profesionales y devolver al sindicalismo el control de la CGT- hablaban de entrega yanqui del país. En medio de una recesión, los peronistas comenzaron a movilizarse, cosa que inquietó a los militares que aconsejaron a Frondizi a desmovilizar a la clase obrera, iniciando con un estado de sitio. En el medio, el entonces presidente desarrollista autorizó al Partido Peronista a competir en elecciones para gobernadores y resultaron ganadores en cinco distritos. Tal situación resultó intolerable para los militares que terminaron derrocando al  creador de las teorías desarrollistas, quien ya había sembrado en breve tiempo, aquel sueño de construir un país industrial y moderno. Un claro ejemplo de éxito de la concepción de un nuevo gobierno fue haber logrado en 1962, el autoabastecimiento de petróleo. La política aplicada por este intelectual, permitió, entre aciertos, errores y debilidades, un importante crecimiento al sector industrial y con particularidades, en el sector automotriz cuya producción superaba la demanda. 
La intervención de las Fuerzas Armadas y un peronismo proscripto, sería un coctel explosivo contra la continuidad del gobierno de Frondizi, a quien se lo valora en la actualidad más que nunca por la honradez y sentido de patria que supo demostrar. Por eso, su figura crece, en momentos actuales, donde a diario se cuestiona el reinado de la corrupción.

De aquella y la actual gestión
La administración del gran estadista como Frondizi, tenía en la gestión a un destacado intelectual como Rogelio Frigerio, abuelo del Ministro del Interior del mismo nombre del gobierno de Cambiemos. De allí que se estimaba que las ideas desarrollistas podrían imponerse en la gestión actual, aunque al parecer el liberalismo económico corre con ventajas pero tropieza con un creciente malhumor de la ciudadanía y quizás a raíz de ello, el giro parcial del rumbo, buscando acuerdos políticos, económicos y sociales que apela al gradualismo. La resistencia se hizo notar esta semana frente al Ministerio de Desarrollo Social, que de por sí tiene mucho simbolismo, aunque más aún por la enorme efigie de Eva Perón. Desde ese lugar, se dirigieron al país varios dirigentes como el camionero Hugo Moyano que cuestionó a los antiperonistas que gobiernan el país. En número mostró que aún el sindicalismo -gran parte investigado por la justicia-, puede convocar a decenas y miles de simpatizantes, como la  lograda por Moyano junto a Hugo Yasky y Pablo Michelli de la CTA Autónoma, quien alentó la posibilidad de un paro nacional si no hay respuesta a los reclamos. En el caso de Moyano deberá demostrar ante la justicia aquello de que no está implicado en ningún tema de corrupción, como afirmó en su discurso. Aprovechando la multitud, el líder sindical pidió al presidente Mauricio Macri que frene las políticas que hambrean a los sectores más sensibles de la sociedad. Y para más adelante, pidió reflexionar en el momento de expresar la voluntad popular. Sus palabras tendrían aún mayor sentido durante la semana cuando uno de sus hijos, el dirigente camionero Pablo Moyano afirmó que la ex presidenta Cristina Kirchner tiene que estar incluida en el nuevo proyecto de unir al peronismo. Entiende que no se puede subestimar más del 30 por ciento de los votos que sacó en la provincia de Buenos Aires. 
El peronismo está claramente intentando reorganizarse y la falta de respuesta de este gobierno a los sectores más humildes, alimenta en algunos dirigentes y en parte, en la sociedad la posibilidad de un cambio.
A su vez, desde el exterior se monitorea qué impacto terminará teniendo la manifestación de los sindicatos movilizados como el intento del peronismo de reorganizarse. 
Lo que se pone a prueba es si Macri tendrá respaldo político suficiente para llevar a cabo el programa de reformas, que incluiría una dura política de ajuste fiscal y por lo tanto, medidas impopulares. Representan parte de las exigencias que plantean los inversores externos, además de cierta estabilidad en todas las instancias, incluso la económica o las proyecciones, que por ahora no son favorables teniendo en cuenta que uno de los rubros más importantes como la inflación calculada de manera oficial fue aumentando y a ello, se suma la desconfianza sobre el crecimiento económico. 

Números en rojo
Esta semana se conoció que por el pago de intereses de la deuda externa, el déficit fiscal creció en enero nada menos que un 366 por ciento. Desde el Gobierno afirman que se trató de un pago excepcional, que no volverá a repetirse durante el año y que la deuda estará, en similares niveles al del año pasado.
El pago de los intereses de la deuda externa, es porque la administración de Mauricio Macri fue pidiendo a bancos y organismos internacionales, préstamos junto a algunos sectores privados, para financiar proyectos.
Lo cierto es que tras aquellas anunciadas cancelaciones de los compromisos externos, como fueron los fondos Buitres rápidamente la Argentina volvió al sendero del endeudamiento. Economistas estiman que para cerrar las necesidades financieras del año, aún requeriría endeudarse por unos 20.000 millones de dólares más.
Esto hace que en la región, el país se encuentre en el cuarto lugar entre los más endeudados, detrás de México, Venezuela y Brasil. Estos números, más los de febrero, no solo son observados atentamente por analistas externos, sino que desde el Gobierno nacional también monitorearon con el sistema de semáforo que permite diferenciar cómo evoluciona la economía. De esta manera, concluyó la semana teniendo dos luces rojas que implican resultados negativos en especial en inflación y textiles, cinco amarillas que son consecuencias, como el freno o la falta de evolución en el consumo masivo, las exportaciones, la producción de vehículos, entre otros. 
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne reconoció durante su gira por España que el país atraviesa los peores meses por la suba de los precios de los servicios y, en el marco del plan de eliminación de subsidios se volvió a anunciar esta semana un gran aumento del precio del gas. “Los aumentos abusivos de los precios tornan ilusorios los aumentos de sueldos y perturban la estabilidad económica que exige el efectivo progreso nacional”, advertía Frondizi.
En tanto, Dujovne buscando inversiones españoles pasó un mal momento, cuando se le cuestionó que siendo titular de Hacienda aún mantenía su patrimonio en paraísos fiscales. Tras esa situación incómoda, prometería nuevamente que la inflación bajaría más adelante, aunque según sus palabras se seguirán tomando préstamos ya que el pico de endeudamiento se extendería hasta el 2020. Incluyendo este año, por lo tanto, aún quedan tres años de endeudamiento constante. 
El funcionario, con estos cálculos no solo está diciendo que Macri terminará endeudando al país hasta el fin de su mandato el 9 de diciembre de 2019, sino que ya está pensando en un segundo periodo de Cambiemos y de lograr la reelección, comenzaría endeudándose.  Encima los recursos privados que ingresan del exterior están siendo utilizados en su gran mayoría para la timba financiera, antes que aquel proyectado anhelo de Frondizi de destinar a la industrialización y modernización del país. Hasta se dijo en esta gestión -que ya lleva casi 27 meses-, que tomando préstamo externo se evitaría la emisión de billetes, sin embargo ello tampoco se detendría.  

Bajada de línea
Tal como se había adelantado el pasado domingo en esta columna, el gobernador Hugo Passalacqua concretó en la semana la reunión de gabinete. Los convocados sabían que este no sería una reunión más, porque tras tomarse unos días de descanso el mandatario recorrió las áreas y se reunió con sus principales colaboradores para conocer las debilidades y fortalezas para enfrentar el año. 
Los que estaban en falta o no habían realizado todos los deberes exigidos, llegaron intranquilos al encuentro, donde se dejó más que clara la línea a seguir. Les planteó que quienes no estuvieran de acuerdo tenían la puerta abierta. Por ahora, nadie se movió de su lugar, pero según asistentes al encuentro, muchos sintieron que los mensajes iban destinados a sus dependencias. Por eso, exigió a todos mayores rendimientos, pero aún más a quienes estaban demostrando limitados resultados o no terminaban de satisfacer las expectativas. 
Passalacqua,  dejó en claro a sus colaboradores que no permitirá más rencillas internas, como se dio en medio de la discusión de la tarifa eléctrica. 
Al contrario, según la fuente, exigió a sus funcionarios -a quienes les recordó que están de prestado en el cargo- que deben mantener la humildad, dejar de lado cualquier fanatismo partidario y  esforzarse en trabajar de manera solidaria, cerca de la gente que está lejos de las cuestiones ideológicas. Sobre todo, les remarcó que a los misioneros les interesa tener respuesta, sin importar de qué área del gobierno llegue y que la gente está preocupada y ocupada, en tener trabajo y bienestar para su familia. 
De esta manera cruda, les manifestó que no hay prioridad más grande que estar atento a lo que les pasa a la ciudadanía. Les exigió enfrentar con coraje estos momentos difíciles que transita el país y que fue oportuno, haber planteado siendo opositores -apenas iniciada su gestión- aquel concepto de gobernabilidad con gobernabilidad se paga; convirtiendo en una relación madura y de respeto con el gobierno de Cambiemos.
En la bajada de línea, les recordó a sus colaboradores que Misiones en cuestiones económicas y financieras es una de las provincias más previsibles por su política de ingresos, lograda mediante el acompañamiento estratégico y político de Carlos Rovira. 
Se indicó que ello permitió, entre otros aspectos, haber concretado los recientes acuerdos salariales, pero se  deben controlar los gastos en tiempos difíciles y administrar los recursos de manera austera e inteligente. De esta forma, el mandatario provincial transmitió cómo está la provincia; las expectativas que tiene de sus funcionarios durante el año y subió la vara de exigencias. Se mostró dispuesto a no tolerar más rencillas internas ni errores, requiriendo de sus funcionarios el máximo esfuerzo todos los días.