Ya no se trata de El Niño o La Niña, es el cambio climático el que es adicto a los extremos, y que se expresa en el calentamiento simultáneo de ambos océanos. Ya no basta aguardar que un cambio de vientos nos traiga la mejora: tanto los vientos del Este como del Oeste continuarán cargados de humedad precipitable. Solo nos queda el viento Sur, que con la fractura de los hielos antárticos, que enfriarán los mares del sur, vendrá más frío y seco que de costumbre, generando fuertes altibajos de temperaturas en un invierno que promediará lluvias y temperaturas más cálidas que lo normal, y fríos intensos con sol toda vez que el viento pampero alcance nuestras latitudes. Y en la temprana primavera, el golpe del clima vendrá con el viento Norte que se montará a la crecida de los ríos, para reeditar situaciones que ya vividas en 1983. El clima nos ha dado suficientes “alertas tempranas”, es hora de actuar en previsión del riesgo, capacitando responsables en los municipios y en cada pueblo, mantener un riguroso inventario de familias, necesidades y lugares en riesgo, de forma que la ayuda les llegue aún antes que la requieran. Todos estamos cansados de políticos recorriendo el barro con discursos melosos y repetidos y estrenando botas que nunca antes usaron.
Estamos cansados de chapas de cartón que se reparten en épocas de granizo para mantener la “clientela”, y de los fondos para emergencias que se guardan en plazo fijo. Así como a nadie se le ocurriría poner como director de un hospital a un puntero de la campaña política, se impone “despolitizar” las emergencias, que los cargos responsables desde el pronóstico a la planificación de la ayuda, sean desempeñados por verdaderos profesionales, formados en nuestras universidades, ya sea en ciencias de la atmósfera, como en ciencias sociales. Lo opuesto a planificar es improvisar, pero por alguna razón la política argentina ha mostrado un cierto rechazo hacia la planificación, como si en lugar de ser una disciplina científica fuese más una cuestión de “manu militari”. Por ese motivo la Meteorología, que tiene su eje metodológico en la planificación, estuvo 40 años en manos de la Fuerza Aérea, y nuestros profesionales universitarios tuvieron inhibido el ejercicio de la profesión hasta 2007.
La circulación de viento Sur, durante el reciente fin de semana, será el preludio de la llegada de una masa de aire frío de características polares, que ha comenzado a adentrarse en la región pampeana, y que aguardará por un sistema de alta presión patagónico que genere un fuerte viento pampero, para llegar a Misiones en la noche del miércoles 26. Dicho viento suele llegar a Misiones en capas medias de la atmósfera, por lo que el frío intenso se sentirá en lo alto de las serranías misioneras, que pueden formar escarcha a nivel del suelo en la segunda mitad de esta semana. Es probable también, que en localidades bajas de la provincia alcancemos temperaturas de un dígito, entre 8 y 9º en la madrugada del jueves y en la del viernes.