Hay que defender el voto como se defiende la vida

Lunes 13 de febrero de 2012

En un tiempo presente donde conceptos como "reforma política", "reforma electoral" y "reforma constitucional" son utilizados con tanta liviandad y poca responsabilidad de cara a la sociedad, desde la Unión Cívica Radical conmemoramos la sanción de una Ley que 100 años atrás cambió la historia de nuestro país.
En la historia del nacimiento de la UCR se encuentra un drama colectivo; irrumpe como expresión de demandas populares y democráticas.
Tal como diría Yrigoyen, con la UCR surgió una conjunción de fuerzas solidarizadas con las reivindicaciones públicas. El radicalismo nació como una fuerza cívica, o como sostenía Leandro N. Alem, como la causa de los desposeídos para luchar contra un régimen ilegítimo que se manifestaba a través del fraude y la violencia.

El 26 de Julio de 1890 la Junta Revolucionaria de la Revolución del Parque expresaba en su manifiesto que "Acatar y mantener un Gobierno que representa la ilegalidad y la corrupción; vivir sin voz ni voto la vida pública de un pueblo que nació libre; ver desaparecer día por día las reglas, los principios, las garantías de toda administración pública regular (...) sin tentar el esfuerzo supremo, sin hacer los grandes sacrificios que reclama una situación angustiosa y casi desesperada, sería consagrar la impunidad del abuso, aceptar un despotismo ignominioso, renunciar al Gobierno libre y asumir la más grave responsabilidad ante la patria". La Revolución del 90, no sin errores y contradicciones, logró poner en escena la ilegalidad del Régimen y los acuerdismos de la oligarquía.
Los revolucionarios de los 90 levantaban la bandera del protagonismo popular y la transformadora idea del sufragio universal, no para ser gobierno, sino para establecer el derecho del pueblo a elegirlo.
Los años que pasaron hasta 1912, viciados de un sistema electoral poco honesto y votaciones fraudulentas, profundizaron la ilegalidad del Régimen y abrieron el camino para la sanción de la Ley 8.871, popularmente conocida como "Ley Sáenz Peña", garante del establecimiento de la democracia material en nuestro país.
El 11 de febrero se cumplieron cien años de la sanción de esta Ley. La Historia nos exige recordar esta fecha en atención al salto cualitativo que significara para el sistema político- institucional de la República Argentina; hasta entonces dominado por acuerdos sellados a espaldas de los intereses del pueblo, en una clara subestimación a su capacidad de elegir sus propios destinos.
Aunque con la posibilidad de la participación femenina clausurada, la Ley Sáenz Peña supuso un avance crucial hacia la universalización del voto y la garantía del mismo como expresión máxima de ciudadanía, independientemente de consideraciones sociales, culturales, económicas o de raza.
Como presidente del Bloque de Senadores de un partido nacido de la frase "Hay que defender el voto como se defiende la vida", creo necesario hacer honor a nuestra historia y recordar acontecimientos como este, que han cambiado la realidad de nuestro país para siempre.
La fecha que se conmemora debe servir como un llamado a la reflexión acerca del valor y el significado de la ciudadanía, empero, debe ser útil también para trabajar juntos para subsanar las deudas pendientes que nuestro sistema democrático aún tiene con la sociedad.

 

Luis Petcoff Naidenoff
Presidente del bloque de senadores nacionales de la UCR. Difundido por DyN