Después que suceden las grandes tragedias, la memoria colectiva suele comenzar a evocar algo así como advertencias que no fueron escuchadas. Indicios del peligro inminente que lamentablemente fueron ignorados, pero que si hubieran sido tenidos en cuenta podrían haber evitado los males que más tarde se lloran.
El lunes en la madrugada ardió una carpintería en el barrio Las Dolores. Los vecinos vieron el humo y lograron despertar al propietario que dormía dentro de la vivienda que también fue alcanzada por las llamas. Doce horas más tarde, el fuego comenzó en una tornería, pasó a la casa del propietario, a un árbol y finalmente a la casa lindante.
Ayer, las llamas estallaron nuevamente por la tarde en un asentamiento ubicado detrás del Palacio Judicial. Unas 16 familias lo perdieron todo, pero no hubo que lamentar muertos ni heridos. Pero poco faltó para que sea una fatalidad (Pág. 20).
María Marta Fierro
Prosecretaria de Redacción
mfierro@elterritorio.com.ar