Distribuidor de Arcor sufrió tres asaltos en poco más de dos años

Jueves 27 de octubre de 2016
Uno de los asaltos a la distribuidora de Alvarenga fue frustrado por la alarma, en el otro robaron $250 mil.

Los baches en la ruta fueron la trampa perfecta para un trío de delincuentes armados que aprovechó la desaceleración del camión conducido por un transportista local para, a punta de pistola, robarle alrededor de 50 mil pesos entre dinero en efectivo y cheques.
El dinero pertenecía a la recaudación diaria del reparto de golosinas y la víctima -por tercera vez en dos años- fue Diego Alvarenga (35), propietario de la distribuidora que hace poco más de doce meses fue asaltada y de la cual los delincuentes se llevaron 250 mil pesos. Aunque un año antes (en 2014), otra banda, en ese caso integrada por dos policías, había entrado con el mismo fin pero la activación de la alarma terminó frustrando el robo.
En esta ocasión los asaltantes lo abordaron cuando transitaba por la ruta provincial 71 en Colonia Liebig, Corrientes. De acuerdo a la denuncia policial, el robo fue a las 19.30 del martes, muy pocos kilómetros antes de llegar a la ruta nacional 14 cuando debió circular casi a paso de hombre para no romper el transporte y en ese contexto, fue sorprendido por los malvivientes. 

Por lo que el empresario detalló, cuando miró a un costado los desconocidos lo apuntaron con un arma por lo que no tuvo otra alternativa más que detener la marcha. Supone que se movilizaban a pie, aunque no descarta que una moto u otro vehículo los estuviera haciendo de apoyo para escapar rápido de la zona, alejada de la urbanización.
Pero más allá de esos detalles, lo cierto es que una vez que el transporte de golosinas se detuvo, los asaltantes se hicieron con la suma cercana a los 25 mil pesos en efectivo y otra similar en cheques a nombre de la distribuidora.
La emboscada duró menos de un minuto y si bien lo amenazaron de muerte en varias ocasiones, no lo hirieron. Los investigadores correntinos suponen que son oportunistas que aprovechan la disminución de velocidad de los autos para atacar, es decir que no hubo inteligencia previa y actuaron al voleo.
Desde ayer hay presencia policial en la zona, de acuerdo a lo informado por fuentes policiales de esa localidad. Es a modo preventivo, ante el temor de que puedan asaltar de nuevo a los habituales automovilistas que transitan esa ruta. 

Tres robos
El del martes es el tercer robo que sufre Alvarenga en poco más de dos años. El primero fue a mediados de julio de 2014, cuando una banda irrumpió en el local de la avenida San Martín al 930 de esta localidad a través de un boquete que hicieron en el techo.
En esa oportunidad los boqueteros actuaron con suma violencia pero tuvieron que abortar la operación por la activación de uno de los sensores de la alarma cuando se disponían a hacer un hueco en la caja fuerte, utilizando para ello un soplete.
Desde ese momento se inició una investigación que estuvo varios meses sin sospechosos hasta que fue detenido un hombre con antecedentes penales y catalogado por los investigadores como un experto abridor de cajas fuertes: Leonardo Martínez. En su teléfono los pesquisas de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic), mediante pericias técnicas informáticas, hallaron registros de permanentes contactos con el comisario César Aníbal Salinas (43) y el suboficial Jorge Antonio Alarcón (38), tanto antes, como durante y después del intento de robo.
Las pruebas en contra de los integrantes de la Policía de Misiones eran tan contundentes que en septiembre del año pasado ordenaron sus detenciones y desde entonces se encuentran privados de su libertad, acusados de formar parte de la banda de boqueteros.
El segundo asalto armado a la firma ocurrió el 26 de mayo de 2015. Fue durante la noche, cuando al menos cinco empleados hacían el arqueo de caja y fueron abordados por los encapuchados que a fuerza de golpes se alzaron con 250 mil pesos en efectivo.
Fue un golpe a pura violencia, que incluyó un simulacro de fusilamiento al mismo comerciante que fue asaltado el martes en Liebig y lo llamativo es que quedó filmado desde el principio por el sistema interno de videovigilancia. Por ese episodio fueron detenidos cuatro hombres, pero al poco tiempo recuperaron la libertad y un año después ni siquiera hay sospechosos en la mira.