Detuvieron al empresario Simon e investigan presunto encubrimiento

Viernes 28 de noviembre de 2014
Agredida. | Las marcas de golpes en el ojo de Chamula son elocuentes.

A partir de la orden emanada por el juez de Instrucción Penal en turno de Posadas, Carlos Jorge Giménez, el empresario Carlos Simon (50) fue detenido en la localidad de San Ignacio y trasladado a la capital provincial, donde se prevé que durante la jornada de hoy sea indagado en sede judicial.
La aprehensión se concretó en la noche del miércoles, alrededor de las 22.30, en un control policial sobre la ruta nacional 12, circunstancia en que los uniformados identificaron al acusado de golpear y amenazar con un arma de fuego a su ex esposa, Nancy Chamula de 38 años.
Simon se movilizaba en su camioneta Toyota Hilux y era acompañado por un familiar. Se presume que tenía intenciones de trasladarse hasta la localidad de Ituzaingó, Corrientes, donde poseería otra propiedad.

Horas antes, el juez Giménez había ordenado la detención del obereño por una causa caratulada como “lesiones y amenazas”, luego de que en la mañana del mismo miércoles su ex esposa realizara una ampliación de la denuncia que radicó el último domingo en la comisaría de San Ignacio.
El martes, cansada de los golpes, Chamula decidió publicar un video en YouTube donde se observa cómo el empresario la atacó con patadas y cachetadas dentro de su propio comercio. La filmación de las cámaras de seguridad del local data del 2012 y constituye la principal prueba de una de las tres causas penales contra el sujeto que ya fueron elevadas a juicio por la Justicia de instrucción local.
La crudeza de las imágenes generó indignación y repudio, trascendieron a medios nacionales y apuró la decisión judicial de ordenar la detención del violento ante el reciente hecho denunciado por la señora Chamula.
Ahora, además de resolver la situación del detenido, la Justicia avanza sobre el presunto encubrimiento policial en la comisaría de San Ignacio, donde la víctima no habría sido atendida como corresponde en los casos de violencia de género.
Incluso, fue necesario que la víctima realice una ampliación de la denuncia original, ya que los uniformados obviaron especificar que las amenazas fueron efectuadas con un arma de fuego. La irregularidad en el accionar de los funcionarios públicos estaría explicitada en el hecho de que la víctima ni siquiera fue revisada por el médico policial de la citada dependencia.
Fue atendida recién por un médico en Oberá y el profesional que la examinó constató que la mujer presentaba “traumatismo de cráneo y facial con excoriaciones varias, tiempo de curación estimado en 21 días”. La foto publicada ayer por El Territorio constató la existencia de un hematoma en el ojo izquierdo de la víctima.
Según fuentes del caso, inicialmente en la comisaría de San Ignacio sólo le tomaron la denuncia por amenazas, sin constatar la gravedad de las lesiones. Asimismo, como Chamula no supo precisar con qué modelo de arma el sujeto le apuntó en la cabeza, dicha circunstancia no figuró en la denuncia. 
Sabido es que Simon tiene negocios en Oberá y una arenera en San Ignacio, donde es tan conocido como en su ciudad de residencia y tendría aceitados contactos con el personal policial. En ese contexto, la Justicia investiga el proceder de los uniformados y desde la Jefatura iniciaron la instrucción de un sumario administrativo interno.
Con relación a la víctima, se dispuso una custodia policial en su casa por el término de cuatro días y una restricción de acercamiento para el acusado.

Actitud valiente
La trascendencia del video donde se observa la cobarde agresión de Simon a su ex esposa generó un amplio debate en esta localidad, que se prolongó por las redes sociales y los diferentes ámbitos comunitarios.
Quedó en evidencia el papel de la Justicia y el accionar de la Policía ante casos de violencia de género, ya que Chamula venía denunciando al empresario desde hace por lo menos tres años por agresiones, amenazas, portación ilegal de armas de fuego e incumplimiento de la cuota alimentaria de 2000 pesos que nunca abonó.
“La publicación del video fue una consecuencia por no tener respuestas de los jueces y la Policía. Ahora todos se acuerdan, me llaman y me reciben. No es lindo hacer pública la vida privada de uno, sobre todo por los hijos, pero tuve que hacerlo por el infierno que estaba viviendo. Ojalá que todo esto sirva para algo”, subrayó.
En las últimas horas su actitud despertó un amplio reconocimiento social, ya que se transformó en la voz de muchas mujeres que a diario padecen violencia.
“Cualquier mujer debería tener las garantías necesarias cada vez que denuncia un hecho de violencia de este tipo. La protección a la víctima debería ser desde el día uno, pero yo esperé años y años. La del video fue una de las agresiones más leves que recibí y la del domingo tampoco fue la primera vez que me apuntó con un arma”, reconoció la víctima.
Sobre el cuestionado proceder del personal de la comisaría de San Ignacio, consideró: “Quiero creer que fue una falta de criterio. Después de lo que me hizo fui a la comisaría para hacer la denuncia por amenazas y lesiones, pero la oficial que estaba a cargo me dijo que era mejor que yo hiciera la denuncia en Oberá por las causas que ya tenía Simon allá”.
“Yo insistí y me tomó una denuncia por amenazas y no por lesiones, en el momento no me di cuenta por la alteración nerviosa que tenía. Incluso (el agente) no quería dejar sentado que (Simon) me había apuntado con un arma porque yo no le sabía describir de qué tipo de arma se trataba. Pero tampoco me constataron las lesiones en la cara y la cabeza”, agregó Chamula.